
La masiva participación en las diferentes movilizaciones en esta Diada ha sorprendido hasta a los mismos convocantes del acto central, una manifestación organizada por ANC y Ćmnium a la cual han acudido 400.000 manifestantes segĆŗn los organizadores, 108.000 segĆŗn la GuĆ rdia Urbana de Barcelona. Y aunque estos nĆŗmeros pueden parecer pequeƱos comparados con los de las Diadas mĆ”s participativas (1.800.000 personas en 2014 segĆŗn la GuĆ rdia Urbana), el contexto de pandemia y crisis dentro del independentismo no han podido evitar que las calles se vuelvan a llenar, siendo una de las manifestaciones mĆ”s grandes de Europa (quizĆ”s la que mĆ”s) en tiempos de coronavirus.
#Diada2021 El pueblo catalĆ”n se moviliza masivamente para exigir amnistĆa a los independentistas encarcelados y para reclamar su derecho a la autodeterminación. pic.twitter.com/of8kLi8vSt
— Izquierda Web CR (@izquierdawebcr) September 11, 2021
Sin embargo, no todo es motivo de celebración para las fuerzas independentistas hoy en el Govern. Y es que la polĆtica de acercamiento y diĆ”logo con el Estado espaƱol que vienen impulsando, asĆ como el premeditado olvido de todo lo que fue el 1 de octubre y las protestas contra la sentencia en Urquinaona, empiezan a pasar factura. Ejemplo de ello fueron los gritos de ātraidorā y ābotiflerā propiciados hacia Oriol Junqueras en el Fosar de las Moreras, o los pitidos contra el president Pare AragonĆ©s en sumarse al acto central de la Diada. Y si bien en ambos casos los abucheos no eran unĆ”nimes, pues tampoco faltaron los aplausos y aprobaciones, se hizo patente una división dentro de las bases del independentismo del Govern.
Dentro del acto central destacaban los escritos como āExigim la independĆØnciaā, āVolem la independĆØncia araā oāProu simbolismesā, dejando claro que la promesa de AragonĆØs de un referĆ©ndum acordado para 2030 no ha casado bien.
Tanto ANC como Ćmnium llamaron a la āunidad estratĆ©gicaā y a que se acaben ālos reproches y las desconfianzasā. La presidenta de ANC, Elisenda Paluzie, ha insistido al Govern a āpreparase para la rupturaā, mientras que el presidente de Ćmnium, Jordi Cuixart, en su primera Diada desde que salió de prisión, ha afirmado que āho tornarem a ferā (āLo volveremos a hacerā).
Y a pesar de esta notoria división del independentismo en las calles, la unidad de las diferentes direcciones independentistas tampoco parece estar tan fragmentada. Porque mĆ”s allĆ” de sus diferencias en la retórica, tanto ERC como Junts per Catalunya siguen la misma hoja de ruta, que pasa por mantener una negociación con el Estado espaƱol con al intención de ganar mĆ”s autonomĆa, enterrando cualquier pretensión de conseguir la independĆØncia en un futuro próximo, asĆ como las movilizaciones que lucharon por ejercer el derecho a autodeterminación en el 1 de octubre y contra la represión en febrero de 2019.
Porque mĆ”s allĆ” del āescepticismoā de Jordi SĆ”nchez y Laura BorrĆ s, de Junts, hacia conseguir un referĆ©ndum acordado con el Estado espaƱol, no dan ninguna alternativa mĆ”s allĆ” de discursos vacĆos y simbolismos, mientras sostienen y participan en la polĆtica de ERC fundamentada en la āmesa de diĆ”logoā.
Y es que es significativo que las palabras ānegociaciónā, āconsensoā o ādiĆ”logoā estuvieran dentro de las declaraciones de los lĆderes polĆticos de ERC, Junts, PSOE y Comuns, en la ofrenda floral a Rafael Casanova.
La movilización de la Esquerra Independentista fue tambiĆ©n masiva, aplegando a 15.000 personas, segĆŗn los organizadores formados por la CUP, Arran, Alerta SolidĆ ria, el Sindicat dāEstudiants dels PaĆÆsos Catalans (SEPC), Endavant i la Coordinadora Obrera Sindical (COS). Al igual que en la movilización previa de los CDR, en este bloque se constataba un rechazo mĆ”s amplio a la mesa de diĆ”logo entre los dos ejecutivos, mostrĆ”ndose crĆticos hacia el papel del Govern de no confrontación con el Estado y de gobernabilidad de las administraciones.
Especialmente crĆticos con el Govern las organizaciones como Arran o Alerta Solidaria, quienes conocen de primera mano la represión sufrida tanto por parte del gobierno central como por parte de la Generalitat, esta Ćŗltima no sólo responsable de reprimir en las calles, sino tambiĆ©n de mantener persecuciones judiciales a independentistas que van mĆ”s allĆ” de la dirección. No obstante, estas posiciones polĆticas son algo contradictorias con el accionar de la CUP, pues todavĆa mantienen el apoyo parlamentario al Govern a pesar de ver como el acuerdo con ERC queda en nada. En estas manifestaciones tambiĆ©n predominaban carteles en contra de la ampliación del aeropuerto del Prat, evento que marcarĆ” la agenda de los próximos dĆas.
En definitiva, esta Diada ha demostrado que la derrota del procés, la pandemia y el viraje de los partidos independentistas no han conseguido callar al independentismo, ni mucho menos cerrar la herida que supone la problemÔtica nacional y el deseo de autodeterminación del pueblo catalÔn dentro del Estado español.