Diada de Catalunya, el independentismo vuelve a las calles

Masivas movilizaciones a favor del derecho a decidir y la independencia en la Diada de Catalunya. Mientras las direcciones independentistas apuntan a una mesa de diƔlogo con el Gobierno espaƱol, en las calles crece el descontento con la hoja de ruta marcada desde el Gobierno.

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La masiva participación en las diferentes movilizaciones en esta Diada ha sorprendido hasta a los mismos convocantes del acto central, una manifestación organizada por ANC y ƒmnium a la cual han acudido 400.000 manifestantes segĆŗn los organizadores, 108.000 segĆŗn la GuĆ rdia Urbana de Barcelona. Y aunque estos nĆŗmeros pueden parecer pequeƱos comparados con los de las Diadas mĆ”s participativas (1.800.000 personas en 2014 segĆŗn la GuĆ rdia Urbana), el contexto de pandemia y crisis dentro del independentismo no han podido evitar que las calles se vuelvan a llenar, siendo una de las manifestaciones mĆ”s grandes de Europa (quizĆ”s la que mĆ”s) en tiempos de coronavirus.

Sin embargo, no todo es motivo de celebración para las fuerzas independentistas hoy en el Govern. Y es que la polĆ­tica de acercamiento y diĆ”logo con el Estado espaƱol que vienen impulsando, asĆ­ como el premeditado olvido de todo lo que fue el 1 de octubre y las protestas contra la sentencia en Urquinaona, empiezan a pasar factura. Ejemplo de ello fueron los gritos de ā€œtraidorā€ y ā€œbotiflerā€ propiciados hacia Oriol Junqueras en el Fosar de las Moreras, o los pitidos contra el president Pare AragonĆ©s en sumarse al acto central de la Diada. Y si bien en ambos casos los abucheos no eran unĆ”nimes, pues tampoco faltaron los aplausos y aprobaciones, se hizo patente una división dentro de las bases del independentismo del Govern.

Dentro del acto central destacaban los escritos como ā€œExigim la independĆØnciaā€, ā€œVolem la independĆØncia araā€ oā€œProu simbolismesā€, dejando claro que la promesa de AragonĆØs de un referĆ©ndum acordado para 2030 no ha casado bien.

Tanto ANC como ƒmnium llamaron a la ā€œunidad estratĆ©gicaā€ y a que se acaben ā€œlos reproches y las desconfianzasā€. La presidenta de ANC, Elisenda Paluzie, ha insistido al Govern a ā€œpreparase para la rupturaā€, mientras que el presidente de ƒmnium, Jordi Cuixart, en su primera Diada desde que salió de prisión, ha afirmado que ā€œho tornarem a ferā€ (ā€œLo volveremos a hacerā€).

Y a pesar de esta notoria división del independentismo en las calles, la unidad de las diferentes direcciones independentistas tampoco parece estar tan fragmentada. Porque mÔs allÔ de sus diferencias en la retórica, tanto ERC como Junts per Catalunya siguen la misma hoja de ruta, que pasa por mantener una negociación con el Estado español con al intención de ganar mÔs autonomía, enterrando cualquier pretensión de conseguir la independència en un futuro próximo, así como las movilizaciones que lucharon por ejercer el derecho a autodeterminación en el 1 de octubre y contra la represión en febrero de 2019.

Porque mĆ”s allĆ” del ā€œescepticismoā€ de Jordi SĆ”nchez y Laura BorrĆ s, de Junts, hacia conseguir un referĆ©ndum acordado con el Estado espaƱol, no dan ninguna alternativa mĆ”s allĆ” de discursos vacĆ­os y simbolismos, mientras sostienen y participan en la polĆ­tica de ERC fundamentada en la ā€œmesa de diĆ”logoā€.

Y es que es significativo que las palabras ā€œnegociaciónā€, ā€œconsensoā€ o ā€œdiĆ”logoā€ estuvieran dentro de las declaraciones de los lĆ­deres polĆ­ticos de ERC, Junts, PSOE y Comuns, en la ofrenda floral a Rafael Casanova.

La movilización de la Esquerra Independentista fue tambiĆ©n masiva, aplegando a 15.000 personas, segĆŗn los organizadores formados por la CUP, Arran, Alerta SolidĆ ria, el Sindicat d’Estudiants dels PaĆÆsos Catalans (SEPC), Endavant i la Coordinadora Obrera Sindical (COS). Al igual que en la movilización previa de los CDR, en este bloque se constataba un rechazo mĆ”s amplio a la mesa de diĆ”logo entre los dos ejecutivos, mostrĆ”ndose crĆ­ticos hacia el papel del Govern de no confrontación con el Estado y de gobernabilidad de las administraciones.

Especialmente críticos con el Govern las organizaciones como Arran o Alerta Solidaria, quienes conocen de primera mano la represión sufrida tanto por parte del gobierno central como por parte de la Generalitat, esta última no sólo responsable de reprimir en las calles, sino también de mantener persecuciones judiciales a independentistas que van mÔs allÔ de la dirección. No obstante, estas posiciones políticas son algo contradictorias con el accionar de la CUP, pues todavía mantienen el apoyo parlamentario al Govern a pesar de ver como el acuerdo con ERC queda en nada. En estas manifestaciones también predominaban carteles en contra de la ampliación del aeropuerto del Prat, evento que marcarÔ la agenda de los próximos días.

En definitiva, esta Diada ha demostrado que la derrota del procés, la pandemia y el viraje de los partidos independentistas no han conseguido callar al independentismo, ni mucho menos cerrar la herida que supone la problemÔtica nacional y el deseo de autodeterminación del pueblo catalÔn dentro del Estado español.

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