El día miércoles 5, les estudiantes del Instituto Lomas de Zamora eligieron una nueva conducción para su Centro de Estudiantes. Únicamente contaron con la presentación de la Lista 16 de septiembre, conformada por militantes de Tinta Roja junto a un importante grupo de estudiantes independientes.
La campaña fue fugaz, pero dejó en claro la necesidad de un Centro presente y solidario, que sea una alternativa colectiva ante el individualismo y el “sálvese quien pueda” promovidos por el gobierno de Javier Milei y la ola reaccionaria a nivel mundial. Quedó clara, también, la necesidad de un espacio de organización que contrapese a la pasividad de las principales conducciones sindicales y estudiantiles a nivel nacional, además del propio vaciamiento al que se encontró sometido hasta esta semana el CEILZ.
El Instituto Lomas es una escuela (ya) histórica de Temperley. Es la cooperativa educativa más antigua de la provincia, sino del país, y aun siendo atravesada en sus más de 70 años por dictaduras, derrumbes económicos, pandemias mundiales y crisis de alternativas, a nivel pedagógico y comunitario la escuela ha mantenido niveles de organización colectiva y fomento al pensamiento crítico relativamente altos. Esto, fundamentalmente, a través de diversos (aunque también salteados y entrecortados) procesos de lucha en el movimiento estudiantil, y en la organización (un poco más constante) del cuerpo docente.
Al Instituto asisten muches estudiantes provenientes de familias con sensibilidad social, familias de activistas sindicales o sociales de la zona y también de militantes políticos. Para la zona, la escuela es un lugar con tradición de “ayuda mutua”, “cooperativismo” o, en definitiva, de solidaridad y organización.
El vaciamiento del Centro de Estudiantes en los últimos años (por el que podríamos remontarnos hasta antes de la pandemia), mostró ciertos elementos de recuperación con la vuelta a la presencialidad en la escuela, hasta volver a caer en total desarticulación luego de las elecciones del 2024.
Esta situación (además del contexto particularmente asfixiante que sienten les adolescentes en tiempos de crisis infinita combinado con individualismo mileísta), empujó a muches estudiantes a buscar canales alternativos de organización para expresar nuestras ideas y reivindicaciones, como una comisión de género que montara sus propias proyecciones en la escuela, o la organización auto-convocada de una manifestación propia en conmemoración de la “Noche de los Lápices”, por el centro de Lomas y con la participación de más de 50 estudiantes. Desde Tinta Roja, impulsamos cada una de estas acciones, valiosísimas para que les estudiantes canalicemos nuestros debates y reivindicaciones con organización propia.
También, entendimos que había que ir por más, y que con lo aprendido en esas experiencias había que apostar a recuperar el Centro de Estudiantes. Entonces, desde Tinta Roja impulsamos el armado de la lista 16 de septiembre, junto a activistas independientes que habían participado de estas acciones, para empujar a la organización (nuevamente auto-convocada) de las elecciones, y construir una campaña por un nuevo CEILZ presente, solidario y construido desde abajo por el conjunto de les estudiantes.
A pesar de que ningún otro espacio pudo concentrar la fuerza suficiente para presentar lista, la campaña se encontró con algunos detractores. Algunos grupúsculos de jóvenes libertarios arengaron contra el feminismo, que fue uno de los ejes de campaña de la lista 16 de Septiembre y la mayoría de las integrantes son mujeres. Otros, no necesariamente libertarios, decidieron que los asustaba más la fuerza que puede tener la organización estudiantil cuando hay un centro presente, y cuestionaron el posicionamiento político de la lista, que puso foco en la necesidad de defender nuestros derechos ante los ataques del gobierno. Y unos pocos, ligados al peronismo, cuestionaron la presencia de agrupaciones estudiantiles (como lo es Tinta Roja) en la lista, y se expresaron en contra del derecho de les estudiantes a organizarse políticamente.
Entre esos grupos, hicieron causa común, e impulsaron el voto en blanco o nulo contra la reconstrucción del centro de estudiantes y la organización estudiantil.
Desde Tinta Roja y la Lista 16 de septiembre, nos plantamos por un Centro de Estudiantes presente y solidario, que convoque a asambleas y sea una herramienta de organización para todes les estudiantes. Que debata política y ponga sobre la mesa la necesidad de enfrentar los ataques del gobierno de Milei. Que sea feminista y defienda la ESI, el lenguaje inclusivo y el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Que se solidarice con el pueblo Palestino. Un centro que organice talleres, festivales y espacios de encuentro y socialización.
Y la respuesta de les estudiantes fue categórica: más del 80% acompañó con su voto a la Lista 16 de septiembre, expresándose a favor de la salida colectiva, de la organización y de la solidaridad. Ese es el camino que se abre hoy para el movimiento estudiantil en el Instituto Lomas.
Desde Tinta Roja, invitamos a todes les estudiantes a sumarse a construir un Centro de Estudiantes que sea un canal de organización para las peleas que se vienen, por la defensa de la educación pública y todos nuestros derechos.





