Rearme imperialista

Clase Trump: la nueva Flota Dorada estadounidense 

El pasado lunes (22), Trump anunció desde su residencia en Mar-a-Lago que lanzará una nueva flota de acorazados. De acuerdo al presidente, “fabricamos el mejor equipo del mundo, con diferencia, nadie se acerca. Pero no los producimos lo suficientemente rápido”. Por ello, tiene previsto reunirse con los principales contratistas estadounidenses para la construcción de los nuevos acorazados y otro tipo de armamento.

Según el diseño de Trump, los nuevos acorazados contarán con una longitud de 268 metros y tendrán un desplazamiento de 30.000 a 40.000 toneladas. El primero en ser construido será el USS Defiant. Estas serían las embarcaciones construidas más grandes desde la Segunda Guerra Mundial.

El anuncio lo hizo junto a Pete Hegseth, Secretario de “Guerra” y Marco Rubio, Secretario de Estado y asesor de seguridad nacional. Según Trump, la Flota Dorada va “ayudar a mantener la supremacía militar de Estados Unidos, a revivir la industria de construcción naval nacional y a infundir temor en los enemigos de nuestro país en todo el mundo”.

Durante la rueda de prensa, el presidentes estadounidense aprovechó para amenazar nuevamente a Caracas y aseguró que sería inteligente que Maduro abandonase el poder, pues “si se hace el duro”, será la última vez.

Este anuncio hace parte de la lógica armamentista y territorial por la defensa de las zonas de influencia que atraviesa la coyuntura.

La Flota Dorada: la carrera armamentista naval en medio de la pugna interimperialista

Lo que está detrás del anuncio de Trump sobre la Flota Dorada es la disputa geopolítica con China. Según el National Institute for Social Studies, el gigante asiático “está superando a Estados Unidos en la construcción de combatientes de alta gama, así como en el tamaño y sofisticación de sus misiles anti-navíos”.

Lo que está en disputa es la capacidad armamentista en el Pacífico Occidental. El mes pasado, Hegseth dijo que “la velocidad para proveer es nuestro principio estructural”. “El sentido de urgencia se nos escapa, y cuando miramos lo que tenemos enfrente, debemos recapturarlo”.

La nueva flota iría en dicha dirección. Los nuevos buques serían 100 veces más poderosos que los actuales y se espera construir entre 20 y 25 unidades. Estarán equipados con las armas más grandes, incluso contará con misiles crucero con cabezas nucleares. También estarán “equipados con cañones electromagnéticos de última generación, defensa antimisiles avanzada, sistemas de drones integrados y una estructura diseñada para minimizar la detección por radar. Además, incorporarán instalaciones de mando y control digitalizadas, con inteligencia artificial para la toma de decisiones en tiempo real”.

De hecho, para cumplir con el plan de los acorazados, la Casa Blanca necesitará ampliar la inversión militar, en particular para modernizar, ampliar o crear nuevos astilleros. Según el ex-capitán de la marina estadounidense, Carl Schuster, “ya no contamos con la infraestructura industrial naval y marítima para hacer esto rápidamente”.

Asimismo, “se requeriría un programa nacional de reclutamiento y capacitación para trabajadores de astilleros, electricistas, informáticos y especialistas en sistemas de sensores para apoyar este programa”.

Por su parte, tanto China como Rusia le han dado un seguimiento cercano al anuncio de la Casa Blanca. Este anunció podría dinamizar una carrera armamentista naval, con otros países sumándose a actualizar sus flotas.

En cuanto a la respuesta de China a la Flota Dorada, para Zhang Junshe, investigador del Instituto de Investigación Naval del EPL, estos nuevos acorazados son buques sobrecargados de armamento, lo cual les deja una mayor exposición a ataques de precisión, “especialmente en un entorno saturado de sensores, misiles antibuque y sistemas no tripulados”.

Los nuevos buques Clase Trump tienen limitaciones frente a las nuevas tecnologías militares y consumen muchos recursos para su funcionamiento. Las grandes plataformas, como la Flota Dorada, implican un despliegue militar considerable y, a pesar de tener gran poder de fuego, deben contar con una escolta para su defensa aérea en profundidad y una arquitectura de batalla integrada.

Lo que está de fondo con el anuncio de Trump, entonces, es su intención de “pasar a la ofensiva” y profundizar la lógica armamentista y militar. Para ello, en lo inmediato, es importante el despliegue en el Caribe para cuidar su “patio trasero”, en el marco de la disputa interimperialista que sostiene con China.

Seremos directos: Te necesitamos para seguir creciendo.

Manteniendo independencia económica de cualquier empresa o gobierno, Izquierda Web se sustenta con el aporte de las y los trabajadores.
Sumate con un pequeño aporte mensual para que crezca una voz anticapitalista.

Me Quiero Suscribir

Sumate a la discusión dejando un comentario:

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí