El gobierno de Milei recibió un duro golpe en la Cámara de Diputados, luego que se rechazara por mayoría agravada (⅔ de los presentes) el veto nefasto a la Ley de Emergencia en Discapacidad.
El equilibrio conseguido por el gobierno antes de octubre es como el de un castillo de naipes construido sobre pólvora. No es seguro que una mecha lo vaya a encender, pero nadie duda de que es perfectamente posible. El equilibrio es frágil, muy frágil.
El cierre de listas para las elecciones de la provincia de Buenos Aires fue caótico, desprolijo y precario. Un reflejo de la acumulación de problemáticas que configuran una coyuntura de pre-crisis que ponen en duda las condiciones de gobernabilidad de un país ingobernable.
Milei apostó todas sus cartas en una sola jugada: llegar a octubre. La hoja de ruta era sencilla. Con la ayuda del FMI, postergar todos los problemas para después de las elecciones y volver entonces con el shock y la ruina para millones de personas.
Luego de semanas centradas en el fallo proscriptivo contra CFK, vuelven los reclamos por el salario y las manifestaciones de la crisis económico-social, mientras la coyuntura se encamina hacia las elecciones. La izquierda tiene el desafío de dejar de lado las mezquindades de aparato para abrir un canal unitario alternativo a Milei y al kirchnerismo.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia contra Cristina Kirchner.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia contra Cristina Kirchner.
Después de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.
El acuerdo con el FMI.
Otra vez el FMI, otra vez sopa. Son 23 los endeudamientos que han llevado adelante los diversos capitalistas que pasaron por el gobierno desde 1958 a la fecha.