Artículo de Socialisme ou Barbarie Francia tras la caída del Primer Ministro francés Michel Barnier.
El gobierno de Barnier acaba de caer, dejando al presidente Macron en una situación muy frágil. ¡La clase obrera y la juventud deben intervenir en la crisis política, para echar a Barnier, Macron y a todos los reaccionarios!
Un nuevo capítulo en la crisis política
La crisis política que comenzó con la disolución de la Asamblea Nacional por parte de Emmanuel Macron la primavera pasada parece profundizarse con los últimos acontecimientos. De hecho, la moción de censura contra Barnier abre un nuevo capítulo en la crisis política en Francia. Esta es una gran oportunidad para los de abajo, si la clase trabajadora y la juventud llegan a intervenir y desempeñar un papel importante en la situación actual.
Recordamos que después de unas elecciones legislativas sorpresa, de rupturas en todos los partidos burgueses, de dos meses de incertidumbre sin un Primer Ministro que sustituyera a Gabriel Attal, Macron había decidido confiar en Michel Barnier para dirigir los asuntos del Estado. Asignó así a un republicano reaccionario con la complicidad de la extrema derecha de Marine Le Pen. Sin embargo, este frágil equilibrio parece haber durado sólo tres meses y está hundiendo al país en una nueva situación de inestabilidad.
En los últimos días, Marine Le Pen había puesto condiciones a la aprobación del presupuesto de Barnier por parte de los parlamentarios de RN. Con estas condiciones “incumplidas”, la RN prefirió atacar al gobierno de Macron para no decepcionar a una parte de su electorado profundamente hostil al “presidente de los ricos”. En este sentido, es fundamental evitar la recuperación política de la extrema derecha, que intenta mostrar su oposición a Macron para imponer un régimen más autoritario y una agenda de gobierno más reaccionaria. La importante presión mediática ejercida sobre la figura de Marine Le Pen es sintomática de las intenciones de una fracción de la burguesía, que ya la presenta como la sucesora de Macron en el poder.
Del mismo modo, la hipótesis de un Macron aún más duro o incluso más bonapartista es otra posibilidad peligrosa para los de abajo. No es insignificante que el presidente opte por dar la bienvenida a Donald Trump este sábado. Intenta ganar fuerza apoyando a uno de los personajes más dañinos del actual panorama mundial, en total complicidad con el genocidio en curso en Palestina.
Por eso es fundamental que los trabajadores y los jóvenes entren en la lucha para que la crisis no resulte en un fortalecimiento de la extrema derecha o un Macron más duro. Esta perspectiva de movilización social podría abrir el camino para echar a Macron y a todos los reaccionarios, con las demandas de un gran movimiento social a construir.
Construir un gran movimiento social para echar a Macron y a todos los reaccionarios
La crisis política desde arriba debe convertirse en una crisis política desde abajo. No basta con proponer, como hacen la Francia Insumisa y el NFP, jugar a la “guerrilla parlamentaria” sin salir de la cámara. Este es el momento de que la fuerza de la clase trabajadora y la juventud movilizada entren en lucha a través de sus métodos de huelga, movilización en las calles y autoorganización de base en asambleas y coordinaciones generales.
En esta perspectiva, llamamos a unirse a todas las movilizaciones en curso, comenzando por la huelga del 5 de diciembre, día de movilización del sector público. Pero para construir el toustes ensemble -“todos juntos”-, tendremos que superar las tácticas de derrota de la intersindical y sus jornadas «de lucha» sin futuro. Existen otras convocatorias a la huelga, como en la SNCF, a partir de la semana siguiente. Por eso es fundamental la autoorganización de los huelguistas desde las bases para que desempeñen un papel activo en la movilización. Desde hace semanas, muchas fábricas están en huelga contra los planes de despidos masivos, como en Michelin o Vencorex. La posibilidad de empezar a ocupar lugares de trabajo comienza a discutirse en varias asambleas.
Por parte de los estudiantes, los jóvenes se movilizan contra el genocidio en Gaza y la guerra en Oriente Medio. Muchas universidades han sido bloqueadas en varias ocasiones y se está creando una coordinación entre facciones para denunciar la complicidad del gobierno francés en el genocidio en curso. Los jóvenes también exigen el fin de la represión y la liberación de Georges Ibrahim Abdallah, el preso político más antiguo de Europa. El 6 de diciembre se realizará una jornada de movilización nacional para exigir su liberación.
Es necesario luchar por la unidad de los trabajadores y estudiantes movilizados para imponer todas las demandas del movimiento social frente a los ataques patronales: contra los recortes presupuestarios y las intentonas de avanzada antidemocráticas; por presupuesto real para transporte, salud y educación públicas; para exigir el fin del genocidio en Palestina y de la participación del Estado francés, que suministra armas a Israel.
Una Asamblea Constituyente soberana podría promover demandas revolucionarias democráticas para poner fin al régimen autoritario de la Quinta República y abrir la posibilidad de un gobierno de los trabajadores. Barnier se ha ido, ¡muy bien! ¡Vamos a echarlos a todos! ¡Deshagámonos de Macron y de todos los reaccionarios!