
Tras el aumento crítico y exponencial de los contagios que registra el área metropolitana del país, las camas o unidades de terapia intensiva, UTI, alcanzan ya un preocupante índice de ocupación.
Se trata de camas y sobre todo respiradores, además de trabajadores/as profesionales de salud que, en los principales hospitales provinciales de algunos distritos están cerca de no dar abasto en su posibilidad de atención a pacientes en caso de continuar aumentando el número de contagios.
El promedio de casos registrados no baja de los más de mil por día, concentrándose la mayoría en el AMBA y en el conurbano bonaerense en particular. Tal como vemos en las cifras diarias.
Los hospitales que comienzan a saturarse se encuentran en La Matanza, que ya registra 5.517 casos; Quilmes, con 2.977; José C. Paz, con 2.346; Lanús tiene 2.125; Moreno 1.033 y en la zona norte Escobar casi satura el sistema publico provincial con 642 casos activos. A este dato hay que sumar los cuatro hospitales públicos con el total de sus camas ya ocupadas, como el Luis Güemes de Haedo, el Simplemente Evita de González Catán; el Magdalena Villegas de Martínez en Tigre y el hospital regional de Quilmes, Dr. Iriarte con un 95% de las UTI completas.
A lo largo de este periodo de tiempo, donde la batalla pasaba por ganar tiempo, y aplanar la curva para evitar el colapso, a las 2.800 camas iniciales que poseía el sistema público provincial se sumaron más UTIs. Esto permite contar hoy con 5.197 camas para atender a pacientes graves por el Covid-19 en el sistema público. Actualmente de esa cifra un 46,2% ya está en uso, son 2.404 camas con unas 297 que tratan a pacientes por la pandemia.
Dado el repunte alarmante de los casos registrados en los últimos días, el gobierno nacional y así como el de la provincia y ciudad de Buenos Aires, decidieron la vuelta a la fase 1 de confinamiento. Sin embargo, esta vuelta tuvo la particularidad de haberse hecho a medias, dadas las vergonzosas concesiones al empresariado. Las y los trabajadores continúan asistiendo a trabajar, sin garantías sanitarias mínimas en la mayoría de los establecimientos. En distintas empresas las tareas que siguen pese a haber casos sospechosos o positivos de Covid-19. Obviamente este desprecio descarado por la vida de las y los trabajadores ocurre con el aval de las direcciones sindicales traidoras y propatronales.
A tal situación se debe sumar la dificultad de afrontar una cuarentena, luego de más de 105 días, con un acatamiento estricto. La aglomeración de la población en la zona es un primer factor, en el área metropolitana de la provincia de Buenos Aires viven más de 13 millones de personas. Sólo en La Matanza hay más de 2,2 millones, para darnos una idea. De más está decir que las condiciones económicas, sociales y habitacionales no dan margen para dudar del abandono del estado, gestionado por los sucesivos gobiernos a la mayor población del país, que paradójicamente alcanza los peores números de pobreza y desempleo.
Hay que estar alerta ante estos datos, dado que el gobierno encara prácticamente sólo discursivamente el problema sanitario, y las medidas son insuficientes. Los Operativos Detectar no redundan en testeos masivos como se necesita, el reforzamiento de la presencia de las fuerzas represivas en los barrios de momento da más rienda suelta a los casos de violencia institucional.
Si a esto vamos sumar el factor de la ayuda económica, con un IFE que no cubre, en caso de las y los sectores sin empleo o informales, las necesidades básicas ni por asomo. Un salario universal que alcance los costos de la canasta familiar, ni cerca está de los planes de un gobierno urgido por cerrar un acuerdo con el FMI y seguir pagando fortunas a los acreedores. El tibio intento de disponer de los equipamientos e infraestructura del sistema privado poco duró. Y los insumos tampoco se garantizan para evitar contagios entre el tan esencial sector de las y los trabajadores de la salud.
La gestión 100% capitalista por parte de Alberto Fernández y Axel Kicilof, dejan claro que para priorizar la salud de las grandes mayorías, sólo se puede contar con la acción independiente de las mismas, porque las ganancias empresarias son el factor más importante en medio de un panorama que se puede tornar preocupante y crítico de no haber medidas al servicio de la salud y la vida de las y los trabajadores y sectores populares en la provincia.






