A medida que el gobierno continúa con su avanzada contra los derechos laborales, en los depósitos y fábricas se incrementa la precarización y la flexibilización de nuestras condiciones de trabajo.
El gobierno de Javier Milei declaró la guerra a los trabajadores de toda la Argentina con la implementación del DNU 847/2024, el cual dio rienda suelta a los empresarios del país para cuestionar y atacar conquistas en materia de derechos laborales que se habían conquistado desde hace varias décadas. Desde el cambio brutal de la indemnización por despido a los famosos fondos de cese laboral, hasta la ampliación del periodo de prueba de 3 meses a 6, 8 y hasta 1 año.
Un ataque brutal que, también, permitió a un gran sector del empresariado industrial y logístico tener mano de obra completamente precarizada y hasta desechable, generando una suerte de trabajadores de temporada (o golondrina, si se quiere llamar de alguna manera). Mientras los trabajadores día a día vamos perdiendo nuestro casi nulo poder adquisitivo.
Para poder mantener a raya los reclamos de los trabajadores y mantener esta suerte de trabajadores temporales, empezaron a resurgir (o a tomar más protagonismo) las agencias, un sector del empresariado, cuya única función es la de conseguir mano de obra para distintas empresas, más que nada del sector industrial y afines.
Este grupo de empresarios, dueños de consultoras y agencias de capital humano, aparece cada día más fortalecido y enriquecido. No pierden dinero por ningún lado: le cobran tanto a los empresarios por conseguirles trabajadores ultra precarizados, como a nosotros, quienes nos cobran por conseguirnos el dichoso trabajo. Así, nos descuentan de nuestros recibos de sueldo el dinero que va para nuestra jubilación y aportes a la ART (dinero que en muchos casos no va al lugar al que tiene que ir, es decir a la ex AFIP, ahora ARCA), como también parte de nuestro sueldo final (este es un hecho a pesar que en el recibo de sueldo no se vea reflejado). Es decir, que los salarios pagados a los trabajadores por agencia son mucho más bajos que del personal efectivo.
Dependiendo de la agencia el porcentaje aumenta, la base parte de un 8.3% del salario anual, aunque la gran mayoría suele cobrarnos entre un 15% y un 20%. Hay casos en los que esos montos son más elevados, pues oscilan entre un 25% a un 35% anual, lo que equivale a 3 sueldos o 3 mensualidades.
Pero estas agencias no solo hacen esto, sino que sirven de escudo para las empresas ante las demandas por parte de los trabajadores, tanto por despido injustificado, como también por las pésimas condiciones laborales, accidentes o incluso en caso mucho más graves lesiones permanentes y muerte.
El trabajador, al ser contratado por estas agencias de capital humano o también conocidas como “head hunters”, no tiene vínculo laboral con la empresa en la que físicamente está trabajando. Así, al ver la nómina de la empresa, esos trabajadores no aparecen como empleados de la misma, si no como colaboradores externos.
Esta es una realidad en la Argentina. Si uno navega por las páginas de empleos solo podrá encontrar trabajos con contratos temporales y por agencia. Generalmente, de una gran cantidad de trabajadores que ingresan a trabajar a una empresa por medios de estas agencias, solo un puñado es efectivizado, condenando al resto a la ultra precarización y al miedo constante de perder el trabajo y, por ende, a tener que buscar constantemente otro trabajo a pesar de estar trabajando actualmente.
Para frenar está avanzada de parte de los empresarios y la ultraderecha que hoy gobierna nuestro país, hay que tomar medidas desde las bases, organizarnos en cada lugar de laburo. Porque si no nos organizamos con el compañero de al lado, los sindicalistas tradicionales nos dejan tirados; solo basta mirar a la CGT que, hace 1 año y medio, está durmiendo la siesta cuando los ataques hacia los trabajadores se profundizan día a día.
Por eso la salida es anticapitalista. Sumate a organizarte con el Nuevo MAS y la Corriente Sindical 18 de Diciembre.




