Ni el narco, ni los robos en los barrios: Bullrich señala como su principal enemigo a las protestas. Todo lo que hizo y dijo tras las elecciones van en el mismo sentido. Son todas provocaciones represivas.
Así se preparan para la reforma laboral, con señales claras de que se mueren de ganas de desatar su violencia contra la movilización popular. Se sienten más impunes tras el inesperado triunfo electoral.
Este gobierno de delincuentes pasa por encima de las leyes con la a provocación de dejar sin fondos a las leyes de discapacidad, pediatría y presupuesto para las universidades. Este gobierno de delincuentes tiene en sus filas a Karina Milei, la ladrona del 3% de los discapacitados, y sostuvo hasta el final a su narco candidato José Luis Espert. Este gobierno de delincuentes ahora quiere usar las elecciones para pasar por encima con la violencia de todo el que se queje de sus crímenes.
“Cuando empiecen a tirar piedras, vamos a actuar una y otra vez”, afirmó Bullrich. Mintiendo como ya es costumbre, dijo que hubo alrededor de 9 mil piquetes y que cada vez que hubo represión se debió a que hubo militantes que tiraron piedras e hicieron destrozos. El gobierno tuvo un funcionario que renunciaron denunciando que sus propios aliados en el poder usaron los servicios para espiarlos: ¿a quién podría sorprenderle que usen provocadores para así justificar las represiones?
La semana pasada, Bullrich se presentó en el Congreso para defender su gestión ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Envalentonada por la victoria del gobierno en las elecciones de medio término, afirmó que el ministerio, ahora a cargo de su segunda, reprimirá “una y otra vez” con las fuerzas policiales. Sus planes de pasar por encima de las vidas de millones de trabajadores no pueden pasar sin la amenaza latente o la violencia directa sobre las manifestaciones.
Otra provocación fue ideológica, con el anuncio de la restauración del nombre «Ramón Falcón» para una escuela de cadetes de la Policía Federal Argentina. “Esta escuela nació por un policía, Ramón Falcón, quien le dio una orientación y que además fundó esta escuela. Por una cuestión ideológica, le sacaron el nombre y yo instruyo al jefe de la PFA para devolver la verdad. Es para nosotros un valor innegociable” dijo en el discurso del viernes por el aniversario de la fundación de la Federal.
«Es una cuestión ideológica» para Bullrich no reivindicar a un asesino de obreros, represor ajusticiado, pero no es «ideológico» defenderlo. En 1909, Falcón encabezó el operativo represivo conocido como la Semana Roja, cuando la policía asesinó a decenas de obreros por protestar frente a los precios de los alquileres de los conventillos.
También reivindicó a Alberto Villar, policía represor miembro de la Triple A. “No queremos que la ideología antipolicía sea la que domine las escuelas y que puedan volver a tener los nombres de los que fueron asesinados por ser policías. Estamos cambiando una filosofía que regía en nuestro país, donde siempre el victimario era el policía y la víctima, el delincuente. Lo dimos vuelta”.
Tanto Villar como Falcón eran viles asesinos. El mensaje de Patricia Bullrich es muy claro: es un mensaje ideológico de justificación de matar por protestar o manifestarse.
«Un reconocimiento a quienes forjaron la historia y el espíritu de nuestra Policía Federal Argentina» festejó el jefe de la Federal.
Todo apunta al mismo lugar. Todo es una puesta en escena fascistoide.




