Ciencias Sociales de la UBA

No a la Reforma de Sociología

La reforma de la gestión cede a la presión de la derecha ultracapitalista de Milei, a quien le molesta que nos formemos para transformar la realidad. Desde el ¡Ya Basta! alertamos sobre la necesidad de organizarse para frenar esta reforma y defender una carrera para la transformación de la realidad, crítica del capitalismo y con presupuesto para garantizar condiciones de cursada y trabajo.

En un contexto donde Milei y su gobierno de extrema derecha atacan las ciencias sociales y la Universidad pública, la gestión de Sociología de la UBA busca imponer una reforma del plan de estudios que rebaja la calidad de la carrera y la adapta a los intereses del mercado en detrimento de su perspectiva crítica. Desde el ¡Ya Basta! alertamos sobre la necesidad de organizarse para frenar esta reforma y defender una carrera para la transformación de la realidad, crítica del capitalismo y con presupuesto para garantizar condiciones de cursada y trabajo.

El lunes 22/9 se realizó una reunión convocada por la Gestión de la carrera de Sociología donde las autoridades presentaron una propuesta de reforma del plan de estudios. A pesar de la convocatoria sin anticipación y en un lugar escondido de la biblioteca, decenas de estudiantes nos acercamos para escuchar con preocupación los cambios que la gestión quiere imponer para nuestra carrera. Las autoridades presentaron su plan en un PPT, con información poco clara, y dejó sin respuesta los interrogantes de estudiantes y docentes.

Desde el ¡Ya Basta! alertamos sobre los intereses que guían esta reforma del plan de estudios: en medio del ataque de Milei, la gestión busca ceder a las presiones de la derecha  y “normalizar la carrera”, disminuir la planta docente, someter nuestra formación a los requerimientos del CIN, adaptándose al mercado y a un perfil populista que rebaja la calidad y hace la carrera más técnica buscando formar futuros sociólogos que sean funcionarios del Estado capitalista.

Esto implica además sumar materias obligatorias que vayan en el sentido deseado por la gestión y reducir las materias optativas, recortando opciones de cursada para les estudiantes y puestos de trabajo docentes. Las excusas de la gestión para llevar adelante la reforma no aparecen justificadas en ningún momento, ya que no hay datos que respalden sus afirmaciones de que rebajar la carrera solucione el problema de la baja en la matrícula y permanencia de les estudiantes.

Una reforma en el contexto de ataque a las Ciencias Sociales por parte de la extrema derecha

La gestión de Sociología lanza esta propuesta de reforma de plan de estudios en un contexto donde la extrema derecha oscurantista de Milei ataca las ciencias y busca destruir la universidad pública. Figuras del gobierno como Lilia Lemoine defienden los salarios de miseria y el vaciamiento en salud y educación públicas diciendo que mejor que estudiar medicina es ser maquilladora de Cosplay.

El gobierno ultracapitalista de Milei no reconoce otro valor que el del mercado pero además lo hace en su versión más berreta. Ahora, en medio de su crisis política, recibe apoyo de Trump, un negacionista del cambio climático, un racista anti migrantes apoyado por terraplanistas y que defiende el genocidio en Gaza. Para el ultracapitalismo de MIlei, las ciencias sociales son un problema porque construyen un pensamiento crítico de las relaciones de explotación y opresión, la desigualdad y todos los conflictos sociales que ellos buscan tapar con represión.

Por eso Milei ataca una conquista como la Universidad pública de masas, donde estudiamos les hijes de les trabajadores que hoy estamos sufriendo un ataque terrible a nuestras condiciones de vida. En medio de estos ataques, la reforma cede a la presión de la derecha y el rectorado y busca modificar la carrera para adaptarla a leyes menemistas, como la Ley de Educación Superior, para volverla funcional al capitalismo, formando sociólogos para el mercado y, sobre todo, funcionarios del Estado capitalista.

¿Qué cambios plantea la reforma?

En primer lugar, se crean 4 ejes con orientaciones para la carrera que limitan la mirada sobre las posibles trayectorias estudiantiles. Por los títulos, por ejemplo el “Eje 1: Estado, estructura social y políticas públicas” es clara la orientación de formar funcionarios estatales, ya que además se agrega una materia obligatoria de “Población y estructura social” además del  “Taller de análisis de datos”  imponiendo contenidos acordes a los requerimientos del mercado y el Estado capitalista. Esto se expresa en el título intermedio que quiere crear la reforma, donde te recibís de “Bachiller en análisis de datos sociales”, un título no habilitante que significa trabajo precarizado.

Esta orientación se completa reduciendo las materias optativas, materias que elegimos al final de la carrera, que son la parte más rica de la misma porque permiten orientarnos como profesionales absolutamente críticos sobre la base de las materias troncales que dan una visión histórica y general del conocimiento y la sociología. Este carácter generalista también es atacado ya que se busca incorporar como obligatorias “perspectivas latinoamericanas” en toda la carrera, sin aclarar de qué marco teórico, con una orientación que se intuye populista.

La reforma de la gestión cede a la presión de la derecha ultracapitalista de Milei, a quien le molesta que nos formemos para transformar la realidad. Esta perspectiva, por la que les estudiantes elegimos y amamos la sociología, va mucho más allá que formarse para hacer encuestas y asignar las ayudas que el Estado pueda ofrecer en un país capitalista periférico.

Por el contrario, la carrera que imagina la gestión en tiempos de Milei es adaptada al mercado bajo los criterios de la ley del valor, y para eso buscan realizar un autoajuste recortando las materias optativas y reemplazándolas por electivas, lo que obliga a les docentes a concursar sus cargos, bajo criterios poco transparentes y mientras la gestión dice que hay “demasiados docentes” en sociología. Por último, se pone como requisito para recibirse las prácticas “profesionalizantes”, cuyo contenido y modalidad no están aclarados en el plan presentado, pero que en otras carreras como Trabajo Social muchas veces implican trabajo gratuito en organismos vaciados del Estado.

Con esta reforma, la gestión restringe las miras que puede tener una carrera que actualmente brinda una formación generalista e incluye muchísima diversidad en el tramo de las materias optativas. Así, rebaja la calidad de la carrera para formar técnicos de datos para el mercado y funcionarios del Estado burgués, el mismo que administra la miseria en el marco del sistema, en vez de una sociología que brinde herramientas para una crítica y transformación anticapitalista de la realidad.

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