Filosofía y Letras de la UBA

El Fitu en el Consejo Directivo de FFyL: otra vez la izquierda fantasma

El proyecto presentado por la minoría estudiantil (PTS) proponía repudiar la intervención de la policía en instancias de organización gremial docente. Pero ningún representante del Frente de Izquierda se hizo presente para discutir y defender el proyecto presentado por ellos mismos. El FITU es una izquierda fantasma que, además de dividir a la izquierda para regalarle el CEFyL al peronismo en Filo y a nivel nacional también, presenta listas en el consejo directivo de Filosofía y Letras de la UBA con candidatos inexistentes, que faltan a las sesiones del Consejo Directivo o que renuncian a su cargo.

Como normalmente sucede en los encuentros del Consejo Directivo, el organismo de cogobierno de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, el pasado martes (5/08) se realizó una nueva sesión de sus comisiones.

En la comisión de Enseñanza e Interpretación y Reglamento, se presentó a los consejeros un proyecto enviado por la minoría estudiantil (PTS), representada por la titular Micaela Martin. Sin embargo, al momento de discutirla para poder decidir si votar su aprobación, realizar modificaciones o no hacerlo, la representante por la minoría estudiantil no se presentó a ninguna de esas comisiones. Tampoco se presentó un suplente para poder reemplazarla y tomar su lugar de manera que se discuta y se trate el proyecto.

El proyecto presentado proponía repudiar la intervención de la policía en instancias de organización gremial docente, como el hecho de amedrentamiento de la Policía de la Ciudad irrumpiendo en la sede central de AGD UBA al momento de realizarse una asamblea docente.

Ningún representante de la minoría estudiantil del Frente de Izquierda se hizo presente para discutir y defender el proyecto presentado por ellos mismos. Incluso, en los últimos minutos de la última comisión del día, apareció una militante del Partido Obrero en carácter de oyente que, en sus palabras, no estaba al tanto del proyecto, sino que se estaba enterando en ese mismo momento lo que se había discutido. Y en su intervención solo se limitó a decir “Ah no sabía, muy bueno eso”.

Por si fuera poco, la consejera del PTS respondió en redes sociales, vía Twitter, que había faltado por “estar volando de fiebre”, sin dar ninguna explicación de por qué en su lugar no se presentó un suplente para que la reemplace. Minutos después borró el mismo tweet que la excusaba del faltazo. ¡Que raro!

Se supone que los estudiantes votan listas de representantes al Consejo Directivo de Filosofía y Letras con titulares y suplentes para que ocupen su lugar si es que la persona titular no puede presentarse a cumplir con su mandato. Entonces nos preguntamos: ¿por qué la consejera Micaela Martin del PTS borró el tweet donde indicaba que faltó por fiebre al consejo? ¿Es mentira acaso? ¿No quieren exponer en redes su falta de responsabilidad y de militancia? ¿Para qué quiere el PTS representantes estudiantiles? Y lo que es más insólito: si se presentaron en un frente con el PO para el CD, ¿cómo es que la referente del otro partido no tiene ni la menor idea de lo que sus “compañeros de fórmula” presentan en el espacio institucional que conduce la Facultad?

La respuesta parece sencilla, pero desnuda la concepción instrumental del FITU sobre el movimiento estudiantil. Para el PTS las representaciones solo sirven para poder llevarlas como sello partidario en su propio beneficio, como autobombo. Ni siquiera por un mínimo compromiso con la causa de la educación pública de los trabajadores.

La discusión de las representaciones sindicales con un partido que se dice socialista revolucionario, pero que actualmente se encuentra en un grave curso de adaptación al régimen burgués, que vive por y para los cargos en el Congreso, llega al punto de tener como único objetivo en el movimiento estudiantil ganar representaciones para sumar unos cuantos votos más a Bregman en las elecciones.

La participación electoral para los partidos socialistas revolucionarios nunca es un fin último ni el fundamental, es obligatorio y necesario para hacer llegar nuestra voz a amplios sectores de la clase trabajadora que, usualmente, están por fuera de la radio de las organizaciones revolucionarias. Sirve también como palanca para lograr que, ese sector de la sociedad que está más atrás que la vanguardia, logre movilizar y tomar acción directa para hacer escuchar a cada vez más sectores sobre sus reivindicaciones.

Pero la política del FITU es meramente oportunista, porque se presenta a las elecciones estudiantiles simplemente para ganar cargos. De ahí que su política estudiantil se muestre sumamente adelgazada de contenido político, que cada vez más en la juventud de Capital se hayan debilitado orgánicamente como se ve de manera clara en Filosofía y Letras.

Que el FITU es una izquierda fantasma es lo que venimos advirtiendo desde el ¡Ya Basta! desde el 2022. Una fuerza que, además de dividir a la izquierda para regalarle el CEFyL al peronismo en Filo y a nivel nacional también, presenta listas en el consejo directivo de Filosofía y Letras de la UBA con candidatos inexistentes, candidatos que faltan a las sesiones del Consejo Directivo o candidatos que renuncian a su cargo. El Frente de Izquierda es un chamuyo completo, es hora de renovar a la izquierda.

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