Miguel Murmis militó en el movimiento universitario en el tiempo de los primeros gobiernos peronistas. Relató en varias entrevistas que le hicieron, la represión cultural y política de la vida universitaria de ese momento. De su relato también se desprendía que si bien el curso del autoritarismo peronista fue real, la represión de ese tiempo tuvo características francamente amateurs. Esto, probablemente se deba a que el propio Perón jamás se tomó muy en serio al movimiento estudiantil como adversario. La represión del peronismo fue mucho más dura en las franjas minoritarias del movimiento obrero, especialmente entre los militantes comunistas.
El movimiento estudiantil de la época, aunque era relativamente hostigado en bloque por el peronismo, se dividió entre los que apoyaron una salida golpista y los que propiciaban una superación democrática del peronismo. Murmis, a pesar de estar ligado al Partido Socialista, que era ferviente entusiasta de la salida por vía golpista, se definió por la alternativa opuesta[i].
Murmis no se graduó como sociólogo en la carrera que contribuyó a formar. Su título de grado en la UBA fue de licenciado en Filosofía. Es a partir de su vínculo con la nueva rectoría de la UBA, dirigida por José Luis Romero, caracterizada por su esfuerzo renovador de la vida universitaria, que Miguel Murmis participó de la formación de la carrera de Sociología y de su organización por Gino Germani, adscripto a la corriente del estructural-funcionalismo. Si bien Germani pertenecía a la sociología académica, su obra escrita fue original y aguda. No puede dejar de reconocerse que dio el estímulo decisivo a una generación de investigadores que fueron los primeros graduados de Sociología (Marin, Sigal, Jelin y otros). El trabajo de Murmis en la formación de esta carrera es ampliamente reconocido. Durante los años sesenta va a trabajar a la Universidad de Berkeley, donde se gradúa de sociólogo. Posteriormente vuelve a Argentina para integrarse a la vida académica de la carrera de Sociología.
Poco tiempo después adviene el golpe de Onganía, y Murmis se encuentra entre los docentes cesanteados. Junto a Juan Carlos Marin y Silvia Sigal fundan el CICSO (Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales). El primer cuaderno editado por el CICSO fue un texto de Murmis titulado “Tipos de capitalismo y estructura de clases”[ii]. Miguel Murmis definió a la empresa del CICSO como “el matrimonio del marxismo con el método de investigación empírica de la sociología”, sesgo que ha acompañado hasta hoy a esta institución.
En 1971 Murmis publicó “Estudios sobre los orígenes históricos del peronismo” junto a Juan Carlos Portantiero. Formado por dos textos autónomos, uno que enfoca los dilemas de las clases capitalistas argentinas a partir de los años 30’s y otro sobre la lógica de la adhesión de diferentes núcleos obreros al peronismo. El primero de estos textos dibuja con precisión, y hasta sutileza, las diversas líneas de acción que atravesaron a las corporaciones burguesas argentinas. La segunda parte del libro ataca la tesis germaniana de una fracción obrera joven del interior que apoya al peronismo de manera apidérmica y sentimental que se contraponía a una clase obrera mayor, de cultura europea que se enrola en el antiperonismo. Murmis y Portantiero desbaratan esta interpretación mostrando que la distribución de las adhesiones al peronismo no era conveniente entenderla a partir de este corte generacional y cultural sino mediante otras lógicas de negociación de intereses, cooptación y otras variantes[iii].
En 1973 sale “Lucha de calles, lucha de clases”, una investigación del CICSO que Murmis dirigió junto a Marin y Beba Balvé[iv], que buscó entender la lógica implícita del Cordobazo en comparación con el Viborazo. El libro comienza por el Viborazo y retoma después el estudio del primer Cordobazo. La investigación integra un marco de análisis teórico marxista, entrevistas a activistas y obreros, mapas de la ciudad con el recorrido de las movilizaciones, la descripción minuciosa de acciones urbanas (violentas y no violentas), el debate de las organizaciones de izquierda (sus posiciones en el momento mismo de las acciones y su balance posterior).
Otro aspecto destacado de la labor de Murmis fue su trabajo como editor en Siglo XXI, junto a José María Aricó y Jorge Tula, de traducciones centrales del corpus teórico marxiano. La traducción de Pedro Scaron[v] de El Capital pero al cuidado de Murmis y Aricó sigue siendo la mejor que tenemos disponible. Pero además tiene una serie de notas críticas que ayudan verdaderamente a profundizar el estudio. Este equipo editor publicó también una edición cuidadísima de las Grundrisse, de la “Contribución a la crítica de la economía política” y de las cartas de Marx y Engels a Danielson , un estudioso ruso que militaba en las corrientes narodnikis.
Durante los años setenta Murmis enseñó sociología en la Universidad Nacional de La Plata. En esta ciudad el terrorismo abierto de las facciones peronistas de extrema derecha y de su reproducción ampliada durante la dictadura militar, fue probablemente más concentrado, brutal y persistente que en Capital y Gran Buenos Aires (donde a pesar de la violencia imperante las dimensiones de la ciudad lo diluían en cierto modo), lleva a Murmis a encarar el camino del exilio.
Cuando volvió a Argentina, como muchos de sus amigos, hizo una apuesta fuerte por la consolidación institucional de la democracia burguesa. Sin embargo, a diferencia de muchos de ellos, volcados al ensayismo apologético del orden constitucional que consolidó la derrota de las clases populares de 1976, Miguel Murmis se dedicó al estudio pormenorizado de la estructura social argentina y a la docencia universitaria. Su último libro “Tierra, trabajo y formas de poblamiento agrario”, utilizando como observable al partido de Lobos, brinda varias claves para entender el funcionamiento del capitalismo agrario argentino al mismo tiempo que se aleja de un enfoque unilateralmente centrado en los grandes propietarios.
Desde el punto de vista de una mirada marxista militante creemos que es importante destacar la trayectoria de un investigador que contribuyó al estudio de aspectos de la realidad social argentina con enfoques disruptivos a la vez que aportó decisivamente a la bibliografía marxiana en Argentina y en América Latina.
[i] Esta postura lo acerca más a la posición mantenida en ese momento por el Partido Comunista argentino. Más allá de la persistente propaganda de la posteriormente formada intelectualidad peronista, el PC apoyó la Unión Democrática en 1946 pero no apoyó a la Revolución Libertadora. Incluso fue una de las formaciones políticas perseguidas por este gobierno de facto.
[ii] Un breve texto muy útil para la formación política de cualquier militante mínimamente inquieto.
[iii] De todas formas conviene tener en cuenta que Germani nunca fue partidario de las interpretaciones más extremas del antiperonismo. En su conocida conferencia en el ILSE Germani se tomó la molestia de explicarle a la intelectualidad pequeño burguesa las razones materiales que empujaron a la mayoría de la clase obrera argentina a apoyar al peronismo así como a delinear con claridad la diferencia entre peronismo y fascismo.
[iv] Participaron en esta investigación Roberto Jacoby, Beatriz Balvé, Tomás Bar y Lidia Aufgang.
[v] Scaron fue un intelectual francamente singular. Nacido y formado en Uruguay fue un militante anarquista que empieza a estudiar a Marx a partir de la influencia de la revolución cubana y de asistir al discurso que Fidel Castro dio en el centro de Montevideo. Scaron leía en 6 o 7 lenguas y sus conocimientos no se limitaban a temas históricos y sociales sino que abarcaban la literatura y la filosofía.