
Los trabajadores han realizado movilizaciones al Ministerio de Trabajo, a la UOM, cortaron las vías del Roca e incluso tomaron por varias horas la sede quilmeña del sindicato metalúrgico. Son obreros combativos que saben que luchando frenaron los 66 despidos en 2020 y conquistaron las condiciones de trabajo que hoy la patronal quiere arrebatarles.
Este año, y en particular las últimas semanas, la multinacional española se está mostrando a la ofensiva. Cuentan con el apoyo abierto del gobierno nacional y provincial que militarizaron la fábrica, y de la UOM que no hizo un paro seccional ni de dos minutos por los compañeros.
La lucha tuvo su origen a raíz de los 36 despidos, los cuales tienen un claro carácter antisindical y persecutorio por tratarse del núcleo del activismo. Luego, la patronal sumó a 5 más como represalia por apoyar a los despedidos. Y como si esto fuera poco, la empresa emitió el viernes pasado un comunicado anunciando 90 días de suspensión sumados a los 90 que ya tienen (algo completamente ilegal) y dos días después envió un segundo comunicado anunciando que el lunes ingresarían a trabajar algunos trabajadores. Cosa que no ocurrió. Es innegable que todos los ataques son a modo de extorsión para quebrar la resistencia frente a la flexibilización que intenta imponer la patronal.
La empresa juega con el trabajo de los compañeros y busca de esta manera que los trabajadores estén pendientes de los movimientos de la fábrica para no sacar el conflicto a dónde a los empresarios, al gobierno y a los burócratas sindicales más les duele: la calle.
El «Barba» Gutiérrez, burócrata de la UOM, Quilmes, se limitó a tratativas de buena voluntad con la empresa, sin llevar adelante ninguna medida concreta.Por exigencia de los compañeros de GRI Calviño, se dedica a «bajar» mercadería y mil pesos para cada despedido ¡por semana! para mantener contenida a la base. ¿Qué familia puede vivir con esa plata? Ese camino le hace el caldo gordo a la patronal y al gobierno cómplice, llevando al desgaste.
El pasado sábado 19/2 los compañeros llevaron a cabo un exitoso festival recibiendo muchísimo apoyo y solidaridad, puntos fundamentales para juntar fuerzas en la lucha que sigue. Son momentos decisivos, donde el camino a tomar puede destrabar el conflicto y poner a los obreros a la ofensiva.
Es necesario romper el inmovilismo y sacar el conflicto hacia afuera: organizar acciones de lucha contundentes que pongan en «cadena nacional» la lucha de los trabajadores, aliarse con otras luchas, ir a las facultades a hablar con los estudiantes: ¡que todo el mundo conozca la lucha de los trabajadores de GRI Calviño!
La crisis económica, la inflación galopante, el acuerdo con el FMI en puertas están produciendo un malestar social cada vez mayor. A los trabajadores no les alcanza el sueldo, la sensación de que la economía se descalabra cada día un poco más generan preocupación en sectores cada vez más grandes de la sociedad. Estamos en un momento en el que, si aparecen en escena los reclamos obreros, la agenda de los trabajadores, el impacto que pueda generar puede ser enorme y golpear de lleno el plan de ajuste del gobierno y el Fondo Monetario.
Es muy importante romper el cerco mediático de la empresa, el gobierno y el “Barba” Gutiérrez. Hay que seguir por el camino de la asamblea dónde se discuta democráticamente los siguientes pasos y organizar una gran movilización de los trabajadores de GRI Calviño al puente Pueyrredón para que todo el mundo se entere que la organización y la lucha van a revertir los despidos y los planes de flexibilización laboral.






