
Con una resolución del juez federal Sebastián Casanello, otorgaron la prisión domiciliaria a Sebastián Romero, ex-delegado de General Motors y militante del PSTU, quien fuera perseguido por utilizar pirotecnia (un elemento de venta libre y no un arma casera como dijeran) durante la represión policial en las puertas del congreso contra las protestas que se oponían a las contrarreformas macristas, entre ellas la previsional, durante la jornada del 18de diciembre del 2017.
Su imagen con un elemento de pirotecnia en las manos dio pie a la demonización y campaña macartista que fue montada por los medios en sintonía política con la persecución por parte del gobierno de Macri y justicia. Tras ese contexto fue acusado de intimidación pública, daño, lesiones y resistencia a la autoridad. El Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich llegó a ofrecer una recompensa millonaria de 1 millón de pesos por el militante de izquierda.
Sebastián Romero estuvo prófugo cerca de dos años y medio. Recientemente fue extraditado en junio de este año, luego de ser encontrado un mes antes en la ciudad de Chuy, en Uruguay. Desde su llegada al paísel 25 de junio fue mantenido con prisión preventiva en la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal, por orden del juez Rodolfo Canicoba Corral. El 16 de julio último rechazaron un pedido de excarcelación presentado por su defensa.
La domiciliaria es un paso adelante, pero hay que seguir exigiendo la absolución completa y el cierre de la causa. ¡Basta de perseguir a los que luchan!





