Cierre de alianzas en la provincia de Bs. As.

Una vez más el FITU divide a la izquierda

El accionar divisionista del FITU es criminal y sin principios, muestra de la embriaguez de los cargos y de los “peligros profesionales” que trae el parlamentarismo burgués sobre las corrientes que no echan raíces en concepciones socialistas profundas. Desde el Nuevo MAS reivindicamos la pelea por la unidad que hemos dado, y que seguiremos dando de cara a las elecciones nacionales. Las y los simpatizantes de la izquierda podrán ajustar cuentas con los irresponsables políticos de cara a septiembre, acompañando nuestras candidaturas anticapitalistas y socialistas.

Como es de público conocimiento, el Nuevo MAS realizó recientemente un nuevo llamado a la mesa del FITU para terminar con la división de la izquierda y proponer una alternativa anticapitalista que enfrente consecuentemente al gobierno de Milei. Este llamado fue aceptado, para sorpresa de muchos, luego de 14 años de existencia de ese frente.

Nuestro partido ha hecho públicas cada una de las cartas convocando a unificar a la izquierda en todo este periodo, porque corresponde a las organizaciones que se reivindican de las y los trabajadores dar estas peleas sin secretismo, y con el objetivo de clarificar la ubicación de cada partido.

Sin ir más lejos, el último Congreso Nacional del Nuevo MAS en diciembre del 2024 votó un llamado a la izquierda que se difundió por medios y redes. Luego, previo a las elecciones legislativas de CABA de este año repetimos el llamado. Ni estos llamados ni los anteriores recibieron nunca una respuesta. De hecho, tampoco el FITU hizo pública la aceptación a la reunión que finalmente ocurrió el lunes 7/7, a 72 horas del cierre de alianzas. Pretenden esconder el divisionismo injustificable frente a quienes simpatizan con la izquierda y reclaman la unidad.

A escasas horas del cierre de inscripciones de alianzas, la mesa del FITU ha repetido su conducta habitual: no responder siquiera a los planteos de unidad expresados por nuestro partido. Engaños, maniobras y silencio, actitudes clásicas de los partidos patronales de quienes el PTS y el PO aparecen copiando conductas, que no tienen nada que ver con el legado clásico de la izquierda revolucionaria de discutir públicamente y con la verdad de cara a quienes se pretende representar.

Criterios políticos y el negocio de los cargos

Repasemos muy brevemente algunos criterios clásicos elementales de la izquierda para la conformación de alianzas electorales. Digamos por empezar que las mismas son eminentemente políticas, es decir que la conformación de esas alianzas o listas deben servir para disputar la independencia política de los explotados y oprimidos respecto de la burguesía y su Estado, en el terreno de la representación de los intereses sociales en las elecciones, como ocurre clásicamente bajo regímenes democráticos de los ricos.

Desde luego que las elecciones no son el único terreno de representación y que, salvo en el caso de corrientes que pierden el rumbo endulzadas por la representación parlamentaria, esta representación también se disputa en la inserción orgánica en la sociedad (estructuras, ámbitos sindicales, frentes de masas, etc).

Desde esa ubicación es que rechazamos cualquier frente electoral con sectores capitalistas. Esta definición general, que es comprendida por sectores amplios de la sociedad, hace que sea “natural” la unidad de la izquierda a la hora de disputar representación.

Con los partidos que integran el FITU tenemos enormes diferencias en el plano teórico-estratégico. Nos referimos a nuestra convicción profunda de que sin las y los trabajadores y sus organizaciones tomando en sus propias manos los destinos de la economía y la política, no hay posibilidad de socialismo, algo que nos diferencia de toda la izquierda objetivista y estalinófila argentina e internacional. También tenemos diferencias en la aplicación política de los criterios de principios, como en el caso de la unidad de acción que impulsamos desde nuestro partido con Manuela Castañeira movilizando en las calles frente al intento de magnicidio de CFK y, más tarde, frente a su proscripción; o a la crítica implacable al régimen proscriptivo de las PASO que el PTS defendió de manera abierta y oportunista, arrastrando al PO a un cambio de posición; o el hecho de que el FITU esté reducido a una “cooperativa electoral” (como escribió el propio PO en una nota reciente).

Más allá de todo esto, en la medida en que el FITU conserva una ubicación independiente, y en el contexto de un gobierno de guerra contra los trabajadores, la unidad electoral está habilitada y es además una necesidad política. Es ese mismo criterio el que hemos aplicado a lo largo de las elecciones pasadas, cuando, proscritos mediante el mecanismo PASO del cual el PTS es fanático, llamamos a votar al FITU críticamente.

Aquellos pretendidos referentes de izquierda que dicen que “si criticás, no pidas la unidad” parecen haber aprendido política mirando al estalinismo. Ninguna corriente que tenga alma y claridad política se mete sus críticas en el bolsillo para hacer un frente de independencia de clase. El Nuevo MAS no agacha la cabeza, eso se lo dejamos a otros.

Sobre esta base general, resumiendo, 1) el carácter independiente del FITU que posibilita desarrollar un programa común, 2) la situación política bajo Milei y su ataque directo a las libertades democráticas y los trabajadores, así como la impotencia del peronismo que elige garantizar gobernabilidad, y 3) el reclamo progresivo de amplios sectores simpatizantes de izquierda respecto de la unidad, llevamos a la reunión de la mesa nacional del FITU una propuesta sencilla: conformar una coalición sobre la base del resultado electoral de las últimas elecciones legislativas nacionales y provinciales, que ocurrieron en el 2021. Esta elección de misma categoría, expresó una diferencia entre el frente y el Nuevo MAS de 5 a 1, una distancia que se ha mantenido en general desde el 2011.

Esta coalición que propusimos estábamos dispuestos a llevarla adelante de cara a las provinciales y/o a las nacionales. Decimos “y/o” para dar cuenta de que no nos opondríamos a una coalición si el acuerdo no avanzaba al plano nacional, cuyas elecciones ocurrirán en octubre. Clarito, sin vueltas raras ni maniobras.

Junto con esto, planteamos la importancia de que cada partido y sus referentes principales pudieran encabezar algún rubro de los cientos que se disputarán en lo inmediato en las elecciones provinciales de Bs. As. (que serán tanto seccionales para diputados y senadores de la provincia, como municipales con concejales). Esto como resguardo de la existencia de cada partido y sus fuerzas reales, y de la posibilidad de tener voz propia durante la campaña.

Por el contrario, en dicha reunión el PTS expresó que para unir fuerzas deberíamos aceptar el criterio que aplica el FITU, que es la conformación de listas según los resultados del 2023, cuando las elecciones fueron presidenciales. Desconocemos qué cuentas y repartos hacen al interior del frente y en relación a qué parámetros, pero es completamente amañado pretender someter al Nuevo MAS, que ha sido sistemáticamente excluido del frente, a criterios que son de pura conveniencia interna. No hay parámetro más objetivo para establecer un acuerdo que partir de elecciones de misma categoría, como fueron las de 2021 respecto de las de 2025.

Esto deja claro nuevamente que la “cooperativa electoral” (PO dixit) maneja los criterios para su Frente como un negocio (ya habíamos escuchado de parte de dirigentes del PO la categoría de “negocios” para referirse al FITU) cuya única finalidad común es algún carguito y luego sacarse los ojos en la repartija y rotaciones. Desde luego que en los frentes electorales se discuten cargos, y no sólo política. Pero transformar los cargos, las repartijas y las cuentas para que cierre el negocio de la cooperativa en el fin último, desvirtúa por completo el sentido político de la participación electoral de las fuerzas revolucionarias.

Dicho esto, la reunión terminó con el compromiso elemental y básico de dar una respuesta del FITU a nuestro partido, cosa que no ocurrió. Una vergüenza completa que habla del nivel subterráneo de las fuerzas que lo integran.

Antecedentes del negocio FITU

En otras ocasiones a lo largo de esta historia divisionista, por la vía de citas bilaterales entre nuestro partido y alguna de las fuerzas del FITU, nos habían expresado varios condicionamientos excluyentes: que debíamos incorporarnos pero sin rotar en el caso de que se obtuvieran cargos; que no podíamos encabezar ninguna lista; que por no tener legalidad nacional (como ocurrió circunstancialmente en el 2011 por una serie de restricciones que se impusieron desde el gobierno de CFK junto con las PASO) teníamos que acompañar como adherentes, entre otros argumentos claramente provocativos. También rechazamos categóricamente la mentira expresada en una nota reciente del PTS, que asegura que fuimos convocados a incorporarnos al FITU en el 2019. Tal convocatoria no existió.

El país va a elecciones atípicas, sobre la base de una crisis orgánica que el gobierno de Milei no ha hecho más que agudizar y que lejos de resolverse podría estallar luego de octubre. En este marco, La Libertad Avanza ha firmado un acuerdo de sujeción con el PRO, el peronismo se encamina a sellar una alianza a los codazos entre los sectores de La Cámpora, Kicilloff y Massa, en medio de un clima de defraudación de expectativas y de falta de alternativas importante. En este contexto el accionar divisionista del FITU es criminal y sin principios, muestra de la embriaguez de los cargos y de los “peligros profesionales” que trae el parlamentarismo burgués sobre las corrientes que no echan raíces en concepciones socialistas profundas.

La unidad de la izquierda hubiera sido una “bomba política”, colocando como novedad nacional el hecho de que por primera vez en décadas y bajo el gobierno de Milei, la izquierda se unificara poniendo a sus referentes como Myriam Bregman, Manuela Castañeira y otros en una lista común para una batalla electoral. El FITU ha impuesto una vez más su divisionismo. Desde el Nuevo MAS reivindicamos la pelea por la unidad que hemos dado, y que seguiremos dando de cara a las elecciones nacionales. Las y los simpatizantes de la izquierda podrán ajustar cuentas con los irresponsables políticos de cara a septiembre, acompañando nuestras candidaturas anticapitalistas y socialistas.

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