Mirgor “aprovechó” la cuarentena para anunciarles a más de 700 trabajadores que no les renovará el contrato que vence hoy 31 de marzo, a pesar de que se había comprometido con los trabajadores a que mantendrían sus puestos de trabajo.
A pesar de los llamados del gobierno a la “solidaridad” de los empresarios, la crisis por el coronavirus y sus consecuencias en la economía afecta a los mismos de siempre: los/as trabajadores/as.
Luego del escándalo de los despidos en masa del grupo Techint, ahora una nueva ola de despidos masivos provienen nada más ni nada menos que de una empresa de Nicolás Caputo, mano derecha y “hermano del alma” (como él mismo lo definió) del expresidente Mauricio Macri. Recordemos que Caputo fue uno de los empresarios más beneficiados con los contratos de obra pública bajo la gestión de su “mejor amigo”.
Esta vez se trata del Grupo Mirgor, una empresa metalúrgica y de ensamblaje de productos electrónicos con sede en Río Grande (Tierra del Fuego) que hoy les anunció a unos 740 trabajadores que no renovará sus contratos que vencían el 31 de marzo. Estos trabajadores ya se encontraban en una situación precaria: del total de despedidos, unos 500 eran contratados con plazo fijo, y los más de 200 restantes se encontraban bajo la modalidad de “Prestación Discontinua”, un tipo de contrato altamente precario e inestable mediante el cual las patronales pueden desvincular operarios con facilidad, ya que esta modalidad prevé la finalización del contrato en plazos muy cortos, de hasta 4 meses, sujeto a las “perspectivas de productividad” de la empresa.
Sobre esta situación de precarización laboral se apoyó la empresa, mediante un comunicado, para negar los despidos asegurando que lo que se abrió fue una “instancia de negociación” dado que se alcanzó la fecha de vencimiento de los contratos. Según representantes sindicales, la “negociación” en realidad consiste en un compromiso de reincorporar a esos trabajadores una vez que finalice el período de cuarentena obligatoria en todo el país. Pero ese compromiso es sólo “de palabra”: en los hechos la empresa deja a más de 700 trabajadores en la calle.
La excusa es la cuarentena obligatoria y la caída de las ventas que trae como consecuencia el parate económico. Lo cierto es que, según el portal El Cronista, el Grupo Mirgor declaró en su último balance al 31 de diciembre de 2019 ganancias por $2123,87 millones. Como siempre, los capitalistas prefieren dejar en la calle a cientos de trabajadores y sus familias incluso en el marco de una pandemia con tal de no resignar sus ganancias millonarias.






