Estados Unidos

Un presupuesto al estilo MAGA

El Senado aprobó el presupuesto presentado por el gobierno de Donald Trump. Este proyecto regula los gastos e impuestos del gobierno federal y, a criterio de The Economist, es la “legislación más trascendental del segundo mandato de Donald Trump”.

Este martes (01) el Senado de los Estados Unidos aprobó el proyecto de presupuesto impulsado por Donald Trump, denominado por el presidente como un “Proyecto de Ley Único, Grande y Hermoso”.

Tras dos días de sesiones maratónicas, fue aprobado por un estrecho margen: 51 votos a favor contra 50. El voto de desempate lo dio el vicepresidente J.D. Vance.

Este proyecto regula los gastos e impuestos del gobierno federal y, a criterio de The Economist, es la “legislación más trascendental del segundo mandato de Donald Trump”. Veamos algunos de los principales puntos que contiene.

  1. Exenciones fiscales

Trump asegura que el proyecto de presupuesto contiene el “mayor recorte de impuestos en la historia de Estados Unidos”. Algo de razón tiene en lo que dice, pues contempla unos 4,5 billones de dólares por ese concepto.

Su objetivo es tornar permanentes los recortes del impuesto sobre la renta que impulsó en 2017, los cuales expiran en diciembre de este año. Además, quiere aprobar reducciones fiscales sobre las propinas, el pago de horas extras y los préstamos para automóviles, medidas que fueron promesa de campaña y que añadirían 500 mil millones de dólares al déficit.

De acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), este proyecto aumentaría el déficit fiscal del gobierno en más de 3,3 billones de dólares durante la próxima década. Esto explica la fuerte oposición por parte de la oposición demócrata e, inclusive, con los “halcones fiscales”’ republicanos en el Senado, los cuales abogan por un presupuesto más austero.

Esta contradicción es producto de las pretensiones de Trump de instaurar varios incentivos fiscales en favor de su base electoral. Es más, defendió el proyecto en sus redes sociales alegando que “EEUU quiere impuestos reducidos, incluyendo ningún impuesto sobre las propinas, horas extra y la seguridad social, seguridad fronteriza, un Ejército fuerte y una ley que es grandiosa para nuestros campesinos, manufactureros y el empleo general”.

  1. Recortes presupuestarios

En contraparte, el proyecto contiene recortes presupuestarios que, mayoritariamente, afectan los programas de ayuda sanitaria y alimentaria que son financiados por el gobierno federal.

Los recortes en el gasto federal ascienden a los 163 mil millones dólares para el año fiscal de 2026. Están orientados contra todos los programas que la administración Trump deplora por ser “woke” o atentar contra los intereses de los trabajadores estadounidenses (de los cuales el magnate se declara vocero).

Por ejemplo, recorta el gasto discrecional no destinado a defensa en un 22,6%, con lo cual llegaría a su nivel más bajo desde 2017. Asimismo, el Departamento de Educación sufriría un recorte de 12 mil millones de dólares, mientras que para Salud y Servicios Humanos el ajuste rondaría los 33.300 millones.

La OPC estima que cerca de 12 millones de personas quedarían sin seguro médico para 2034, además de que otros tres millones no calificarían para acceder a los cupones de alimentos.

Junto con esto, contempla fuertes recortes contra los programas de protección ambiental y los fondos para instituciones científicas.

  1. Fondos para la agenta anti-inmigrante y la militarización

El proyecto de presupuesto tiene el sello MAGA y, por tanto, afecta negativamente a los trabajadores migrantes, considerados como un enemigo interno por la actual administración estadounidense.

Entre sus disposiciones más retrógradas, impone un impuesto del 1% sobre las remesas que se envíen a países extranjeros (una reducción con respecto a la tasa del 3,5% que inicialmente aprobó la Cámara de Representantes).

Esta medida perjudicará particularmente a los países de Centroamérica, como El Salvador, Guatemala y Honduras, los cuales verán reducido su ‘Renta Nacional Bruta’ (indicador económico que mide el total de ingresos generados por los residentes de un país, tanto interna como externamente) debido al peso que tienen las remesas en sus economías.

Asimismo, aumenta significativamente el presupuesto para el Departamento de Defensa y del Departamento de Seguridad Nacional, en un 13% y 65%, respectivamente. Por ejemplo, inyecta unos 350.000 millones de dólares para las tareas de “seguridad nacional” en la frontera, de los cuales se destinarán 46.000 millones de dólares para el muro fronterizo con México y otros 45.000 millones de dólares para 100.000 camas en centros de detención de migrantes.

Con estas medidas, la Casa Blanca pretende desarrollar la infraestructura necesaria para cumplir las cuotas de deportaciones de migrantes, que, para el presente año, fue establecida la meta de un millón de personas (tres mil por día).

Junto con esto, el gobierno destinarías miles de millones de dólares para el Pentágono, con el objetivo de construir nuevos sistemas navales, de municiones y aumentar la renumeración para los militares. Por dar un ejemplo, la Casa Blanca pretende invertir  25 mil millones de dólares para desarrollar el sistema de defensa antimisiles “Golden Dome”.

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