Un gesto de Diego

En el medio de la campaña por la libertad de Alcides y Panario, un compañero se cruza a Diego Maradona y le pide su firma, la misma queda estampada junto con un "Con cariño" en un volante que se había impreso para la campaña financiera. Un gesto humano y solidario.

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Es imposible sintetizar en un par de líneas el fenómeno Maradona, tuvo luces y sombras como cualquier mortal.

Rescato una historia de la juventud del Mas (otrxs aportarán o dirán lo suyo). Corría octubre del año 1995, cuando una movilización de desocupados de la construcción tomó la Casa de Gobierno de Neuquén. El gobernador Sobish lanza una verdadera cacería de los dirigentes de la lucha. Entre ellos se encontraban mis compañeros del MAS Alcides Christiansen, dirigente opositor de la UOCRA, y Horacio Panario, integrante de una coordinadora de desocupados. Ese día también estaba Carlos Fuentealba militante del Mas y la Naranja de la UOCRA.

Horario cae preso, inmediatamente salimos a hacer una Campaña nacional por su libertad y el cese de las persecusiones al resto de los dirigentes.

Como parte de la campaña, repartimos miles de volantes, pegamos stickers, hicimos pintadas y buscamos firmas de apoyo de personalidades y organizaciones de derechos humanos, sindicales, políticas, estudiantiles, etc.

En el medio de esa campaña un compañero se cruza a Diego Maradona y le pide su firma, la misma queda estampada junto con un «Con cariño» en un volante que se había impreso para la campaña financiera. Un gesto humano y solidario.

La historia sigue cuando a los pocos meses Alcides se presenta a la justicia y hace pública esta carta “Frente a (la) situación de ‘prófugo’ en la que me han colocado el gobierno y la justicia, y con la que pretenden condenarme a estar alejado de mis compañeros de trabajo, de mi provincia y de mi familia por largos años, resuelvo presentarme. Lo hago especialmente para asumir públicamente mi defensa y la de los compañeros perseguidos, de cara al conjunto de los trabajadores y el pueblo, ya que sostengo la misma y firme convicción de la justeza de nuestra lucha.No aceptaré ninguna otra responsabilidad que la de haber acompañado a miles de trabajadores desocupados que con sus familias reclamó, y sigue reclamando, vivir dignamente”.

La campaña se redobló, es largo de contar todo, en junio de 1996 estalló el Cutralcazo, finalmente, meses después en el juicio el mismo fiscal dijo algo así como «luchar no es delito» y Alcides salió en libertad junto a su compañero Horacio.

Un triunfo contra Sobish y el menemismo.
La foto me llegó por WhatsApp, compartida entre militantes de esa época.

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