Respuesta al PTS alrededor del resultado electoral de la izquierda

¿Tu candidate labura?

Si bien las cantidades de votos merecen su análisis y reflexión, es llamativo que para el PTS sea la única vara para medir las campañas electorales. Los rodeos que dan en su intento de polémica terminan por confirmar lo que ya sabemos: Nicolás Del Caño, su candidato en PBA, rota de cargo en cargo desde 2013 hasta la fecha, sin jamás haber vuelto a ningún tipo de puesto laboral que se le conociera. Y ni hablar de su candidatura testimonial este año, así como la de Christian Castillo que en este mismo año fue candidato… por dos distritos diferentes.

En una nota publicada el 31/10 y firmada por tres militantes universitarios, el PTS hace un pobre intento de llevar adelante una polémica con nuestro partido alrededor del balance de las recientes elecciones legislativas. Sorprende que entre tres personas hayan encontrado tan pocos argumentos y tan flojos de papeles cuando de política revolucionaria se trata.

En la misma, el PTS busca hacer valer el desempeño electoral del FIT-U en relación al Nuevo MAS, usando como único argumento y demostración de sus afirmaciones los porcentajes de algunas votaciones (seleccionadas según su conveniencia). Un razonamiento completamente “formalista” que mide los aciertos políticos de una corriente en relación a su desempeño en elecciones de la democracia burguesa y que recuerda a los pataleos democratistas de Kautsky contra los bolcheviques en los meses posteriores a la Revolución de Octubre, cuando reivindicaba a la democracia burguesa en abstracción de las clases sociales y sus intereses.

Si bien las cantidades de votos merecen su análisis y reflexión, es llamativo que para el PTS sea la única vara para medir las campañas electorales, ya que su nota no da cuenta de un solo elemento político.

El formalismo se expresa en que el PTS busca verificar un supuesto acierto de su campaña a partir de contraponer sus números a los nuestros. Podríamos pensar desde su lógica entonces que LLA, habiendo sacado diez veces más votos que el FIT-U, hizo una campaña acorde a los intereses de las masas y por eso obtuvo el resultado que vimos… ¿no?

Además, es muy sugestivo que solamente se refieran a sus resultados en PBA y CABA, cuando lo que reflejó el resultado nacional es que el FIT-U perdió 300.000 votos en todo el país, verificando, por el contrario a sus triunfalistas afirmaciones, un derrumbe del 25% en relación a su resultado de 2021. Conclusión de esto: la peor elección legislativa en la historia de FIT-U; desde que existen como frente nunca tuvieron un resultado tan bajo como el de este año.

En realidad, lo que los números del PTS buscan esconder a través de recortes interesados de la realidad, basándose sólo en sus resultados de PBA y CABA, es el hecho de que la campaña electoral llevada adelante por el FIT-U fue la campaña más lavada de ese frente, en la que tomaron la decisión de dejar de lado las reivindicaciones transitorias para reemplazarlas por una campaña propia de una corriente incapaz de señalar a las relaciones de explotación capitalistas como la fuente de la profunda crisis que atraviesan la Argentina y el mundo.

Cuando querer que gobiernen los trabajadores se vuelve “chicana”

Una de las causas que el PTS adjudica al “fracaso” de la campaña electoral de nuestro partido está relacionada con lo que para esta corriente son “chicanas indignas y macartistas” contra candidatos como Del Caño. Desde su punto de vista, señalar que es un problema que Del Caño hace más de 10 años rote de cargo en cargo sin volver a trabajar, es un argumento propio de la derecha. Aparentemente, para el PTS trabajar sería una propuesta mileísta.

Es inevitable que lo primero que nos preguntemos al leer esa parte de la nota sea ¿sabe el PTS qué fue el macartismo? La política del macartismo tuvo como fundamento las calumnias y falsas acusaciones (un método que el PTS conoce demasiado bien) contra organizaciones y militantes de izquierda. El PTS llega a asimilar el señalamiento nuestro con la campaña desplegada por el PO antes de las PASO en 2023, en la que acusaba a su rival en la interna de “racista” (algo que, por cierto, no impidió que siguiera el frente como si nada).

Más allá de la sorpresa que puede ser para cualquiera ver que se comparte un frente electoral con fuerzas que te acusan de “racista” (un problema de principios), nosotros le preguntamos al PTS en este caso: ¿Del Caño labura? Los rodeos que dan en su intento de polémica terminan por confirmar lo que ya sabemos: que su candidato en PBA rota de cargo en cargo desde 2013 hasta la fecha, sin jamás haber vuelto a ningún tipo de puesto laboral que se le conociera. Y ni hablar de su candidatura testimonial este año, así como la de Christian Castillo que en este mismo año fue candidato… por dos distritos diferentes. Todo esto son datos de la realidad.

Causa gracia, además, que los autores de la nota se refieran a nuestra campaña como una publicidad parecida a los “programas de chimentos”, cuando uno de ellos es quien se prestó a jugar un videojuego entre risas con el fascista de Ramiro Marra en un canal de streaming, mientras que la intervención de Nuevo MAS es de denuncia de estos personajes ultrarreaccionarios. El PTS, con tal de arañar algún voto más, entrega absolutamente cualquier principio y se dedica a banalizar a la extrema derecha, tomándola como si fuera un chiste. Si eso no es propio de un “programa de chimentos”…

Como ya señalamos en una reciente nota de este portal, es síntoma de una creciente adaptación al régimen político considerar como un argumento de bajo vuelo señalar que un referente de una corriente socialista no trabaja. Por el contrario, una de las tareas fundamentales de nuestras organizaciones de vanguardia es aportar a la educación política de la clase trabajadora, para que adquiera conciencia de sus intereses históricos como clase y pueda hacerse cargo de los asuntos generales de la sociedad.

En este sentido, la decisión de poner en lugares de representación a referentes políticos que son a su vez trabajadores, personas que viven de su salario, es también una demostración hacia el resto de la clase obrera de que la política no es una esfera que necesariamente los excluya, sino un espacio al que podrían acceder.

Es bien conocido el abordaje de Marx y Engels sobre la separación entre Estado y sociedad bajo el capitalismo. En el día a día, son los “políticos profesionales” provenientes de la burguesía o pequeño-burguesía quienes ocupan los lugares de poder en el Estado, que se coloca material e imaginariamente “por encima” de los trabajadores. Materialmente, porque viven condiciones de vida bien distintas de los laburantes (reciben nueve millones por mes, junto a otras formas de retribución) e idealmente, porque se los representa como “personas formadas”, capacitadas.

Por este motivo, para corrientes que reivindicamos la tradición política del marxismo revolucionario, no puede ser menor qué candidatos decidimos que sean (o no) la cara visible de la política de nuestras organizaciones. Y en ese sentido, un cuestionamiento que hemos hecho durante la campaña electoral de octubre a las candidaturas del PTS/FIT-U, remitió a que las mismas no expresaron necesidad y posibilidad de que los trabajadores se hagan parte de los debates y decisiones políticas. Una cosa que sí expresamos con las candidaturas del Nuevo MAS en PBA, CABA y en el resto del país. Por el contrario, desde el PTS esgrimían que conseguir uno o dos diputados sería la solución para los problemas de la clase trabajadora.

Sugerimos a los redactores de la “polémica” la lectura de los textos de Marx acerca de la Comuna de París, la primera experiencia de gobierno obrero, para descubrir el ABC de las formas representativas socialistas, basadas en la rotación auténtica (volver al trabajo), revocabilidad y condiciones de igual derecho con los demás ciudadanos. También, la lectura de El marxismo y la transición socialista, que provee el balance y conclusiones (que tanto les hace falta en su organización) de las experiencias revolucionarias y de poder del siglo XX, en especial de los “peligros profesionales del poder” (Rakovsky) y el dramático problema de la burocratización del partido y el Estado obrero en la URSS.

Buscando el programa del FIT-U

Es llamativo que, en la nota en cuestión, no se haga ninguna mención al contenido programático de las campañas desplegadas por nuestras fuerzas. En este punto parece ser necesario retomar una discusión que ya hemos venido teniendo con el FIT-U y, en particular, con el PTS.

Como puede leerse en nuestro balance de las elecciones del 26 de octubre, somos categóricos al afirmar la responsabilidad del peronismo en el triunfo electoral de las listas oficialistas en los principales distritos, PBA incluida. Argentina atraviesa una crisis orgánica que se refleja, en parte, en la enorme crisis social que es innegable para cualquier persona que hoy vive en el país.

De esta forma, la carencia de programa fue un regalo que le hizo el peronismo al gobierno de LLA que sí lo tiene: contrarreformas reaccionarias a medida de la burguesía argentina y el capital extranjero.

Sin embargo, todo un sector del peronismo salió a señalar el salvataje de Trump como causante de la victoria mileísta, lavando todas sus culpas, incluyendo las de su último (y fallido) gobierno. La misma explicación da el PTS, que no casualmente también careció de programa durante la campaña electoral. Las frases “frenar a Milei” o “necesitamos más diputados de izquierda”, son abstracciones ante una clase trabajadora que cada vez es más pobre.

“Cada movimiento real vale más que una docena de programas”, escribió Marx en su carta a Bracke, refiriéndose al programa del congreso de Gotha, y la interpretación del PTS fue que había que desechar el programa ante las masas. Y es que esta corriente, a la cabeza de la campaña del FIT-U (y la única del frente que hizo campaña de cara a octubre), no hizo ningún esfuerzo por diferenciarse programáticamente del peronismo, fuerza política que busca asegurarle la gobernabilidad a Milei hasta 2027.

Ser “la oposición que no transa” no es en sí mismo un programa (por si hacía falta decirlo). Como se dice hoy en día, “la vara está bajísima”. Este es un síntoma más de una adaptación que ha llevado al PTS a transformarse en un partido que ordena su accionar cotidiano en función de la obtención de parlamentarios. Es decir, ha hecho de esta táctica un fin en sí mismo, desdibujándose el filo revolucionario que reivindicaría tener esta organización.

De campañas con reivindicaciones abstractas como la jornada laboral de 6 horas en un país donde sus trabajadores caen en el pluriempleo para llegar a fin de mes, a hacer campañas sin ninguna reivindicación (ni siquiera abstracta) que hagan alusión a las necesidades e intereses de los trabajadores, hay un salto cualitativo en la forma en la cual el PTS encara la táctica electoral y que pone en cuestión el propio carácter de dicha organización. En sintonía similar fue su política ante la proscripción a CFK: Bregman y Del Caño reuniéndose en privado sí, ser parte de movilizar con las bases trabajadoras no.

El resultado de esto fue que el PTS no instaló (ni quiso hacerlo) siquiera una idea o debate en toda la campaña electoral que colaborara en el sentido de poner en agenda los intereses de los trabajadores y elevar su conciencia política. Su campaña giró pura y exclusivamente sobre ellos mismos, una campaña autorreferencial y personalista con el único objetivo de retener los cuatro diputados que ponían en juego, cosa que ni siquiera lograron porque perdieron uno de ellos.

Una campaña anticapitalista y revolucionaria

De manera altamente contrastante, desde el Nuevo MAS hemos sido la única fuerza política que puso sobre la mesa un programa para salir de la crisis, proponiendo medidas anticapitalistas, en el vértice opuesto del ultracapitalismo del gobierno. Denunciamos el fracaso de todos los gobiernos capitalistas y la necesidad de una transformación radical de la sociedad.

No se puede realizar un análisis idealista de los resultados, como marxistas que somos. Es material que un frente de cuatro organizaciones que tiene parlamentarios hace años cuenta con un piso de votantes mayor, así como es incomparable la presencia mediática que han tenido las y los candidatos del FIT-U y los nuestros.

Igualmente, agradecemos el elogio por la visibilidad que logramos con la campaña, que es una demostración de la energía, convicción y creatividad de nuestra militancia, que con muy poco logró hacer el mejor spot de la campaña, el “¿Quién es quién?”, en el que, por mencionar dos casos, denunciamos la adhesión sionista de Hagman y anti-derechos de Grabois.

Tomando como eje la necesidad de un salario que parta de los 2 millones de pesos y llevando como candidatos a referentes que comparten los padecimientos de las grandes mayorías de la Argentina, desde el Nuevo MAS llevamos a la discusión nacional los intereses del conjunto de los trabajadores, silenciados por todo el resto de las listas durante la campaña. Con estas ideas, que hicimos llegar a millones de personas, sembramos una perspectiva estratégica a través de una campaña que nos llena de orgullo y que se expresó en más de 100.000 votos logrados con orgánica y militancia de base.

Seremos directos: Te necesitamos para seguir creciendo.

Manteniendo independencia económica de cualquier empresa o gobierno, Izquierda Web se sustenta con el aporte de las y los trabajadores.
Sumate con un pequeño aporte mensual para que crezca una voz anticapitalista.

Me Quiero Suscribir

Sumate a la discusión dejando un comentario:

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí