
La legislatura salteña aprobó el pasado viernes el proyecto que suspende «de manera excepcional y extraordinaria» las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de esa provincia, para los comicios del año que viene.
Salta se convierte así en el primer distrito en suspender las PASO, mientras que Catamarca y San Juan también están evaluando medidas de este tipo.
El año que viene la provincia del norte de nuestro país celebrará sus elecciones provinciales en el mes de abril, separadas de las nacionales. A diferencia de estas últimas, los salteños sólo deberán concurrir a la elección general, ya que no habrá primarias.
El gobierno de la provincia argumentó que las PASO «se han convertido en una gran encuesta, y en una muy cara en este contexto de escasez de recursos». Por lo tanto, enmarcaron la decisión en línea con el ajuste fiscal que está llevando adelante el gobierno nacional y al que se suman los gobiernos provinciales.
En ningún lado de los fundamentos por los que se suspenden las primarias se hace referencia a su carácter antidemocrático. Las PASO instauraron un piso proscriptivo del 1,5% para participar en la elección general. Muy por el contrario, el único argumento que se da a favor de su suspensión es el ahorro fiscal.
Tanto la oposición del Frente de Todos como de Juntos por el Cambio se opusieron a la medida. Ambas fuerzas políticas transitan fuertes diferencias internas por lo que probablemente requerirán del mecanismo de las PASO de elección de candidatos.
Es por eso que hoy por hoy ambas coaliciones defienden su utilización a nivel nacional, ya que les sirve de «filtro» para dejar en el camino a otras opciones (como la izquierda) fomentando aun más la falsa polarización electoral entre el peronismo y la oposición de derecha.
Por su parte, que se trate de una mera «suspensión excepcional» y no una anulación definitiva deja en claro que los partidos patronales apoyan o rechazan las PASO según les convenga en el momento a sus propias disputas políticas y al escenario electoral. Para las elecciones del 2021, el Frente de Todos había coqueteado con la idea de suspenderlas, pero sólo porque así agudizaba aun más las internas entre candidatos de Juntos por el Cambio. Finalmente, las PASO no se suspendieron.
El gobierno de Compromiso por Salta aplica la misma lógica: suspende las PASO de manera «extraordinaria» dejando abierta la posibilidad a rehabilitarlas si el escenario político-electoral cambia. Un juego de oportunismos y conveniencias con el derecho democrático más elemental, el del voto.
Si bien la anulación de las PASO es una necesidad básica para terminar con el sistema proscriptivo hacia los partidos con menos recursos y que no transan con los empresarios y el Estado, no hay nada de esta intención en la decisión del gobierno salteño de suspenderlas, sino una mera maniobra fundada en cálculos político-electorales, al igual que el desdoblamiento de las elecciones provinciales con respecto a la nacional.