
La feroz interna de Juntos por el Cambio (JxC) parece interminable y comienza a tomar ribetes telenovelescos, confundiendo a propios y ajenos. Este lunes se realizó una pomposamente anunciada reunión en la sede central de la UCR en la Ciudad de Buenos Aires. Allí se reunirían los presidentes de los 4 partidos que integran JxC. Gerardo Morales (UCR), Federico Angelini (Pro), Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicando Federal) y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica).
El temario de la reunión tenía sólo dos puntos: las incorporaciones a la coalición del gobernador Schiaretti en Córdoba y el liberal derechista Espert en la Provincia de Buenos Aires. Pero ambos puntos quedaron irresueltos. Sucede que a la reunión se sumaron dos invitados inesperados, el senador y candidato cordobés Luis Juez y el diputado porteño López Murphy.
«Planteé la inquietud, les dije que la decisión (de incorporar a Schiaretti a JxC) nos genera una situación de extrema incomodidad«, dijo luego el propio Juez. «Pasaron a un cuarto intermedio y van a evaluar el planteo».
Gerardo Morales se mostró menos conforme con los resultados. «No se avanzó en nada de lo que íbamos a discutir» dijo el radical. Según Morales, la causa del fracaso en el plenario fueron «los intereses» de Patricia Bullrich, quien se opone al ingreso de Schiaretti y Espert. Además, Morales se quejó de la presencia de López Murphy. «Lo invitó Bullrich», dijo, y se quejó además de que Alberto Assef, hombre cercano a Bullrich, intentara ingresar a la reunión. «No tenemos fecha, ni día ni nada, la reunión de hoy se levantó»
Dibujando los contornos de la derecha republicana
Mientras el gobierno peronista parece hundirse sin más en su propia crisis, la interna de la oposición cambiemista no se detiene. En última instancia, la discusión entre palomas (los Larreta, Carrió y otros) y halcones (el sector de Bulrrich y Macri) no se trata realmente de los nombres. La cuestión es delimitar qué tan a derecha se presentará electoralmente la oposición con el objetivo de desbancar al peronismo en crisis.
Larreta teme que un nuevo gobierno de Juntos termine bajo el asedio de las piedras, como el de Macri en diciembre de 2017. De allí que pida «ampliar» la coalición para buscar más apoyos en términos de gobernabilidad. Y, de paso, aprovecha para realizar algunas maniobras contra Bullrich. La incorporación de Espert le permitiría dividir el voto duro de la derecha que busca Bulrrich. El mismo razonamiento aplica para el caso de Schiaretti, que proviene del peronismo y es un viejo enemigo del candidato cambiemista, Luis Juez.
Hasta el momento, la guerra de maniobras quedó empatada. De un lado se paran Larreta, Morales y sus socios menores (Carrió y Pichetto). Del otro Bullrich, Macri y la mayoría del Pro federal (casos como el de Juez).






