Moritz Hess: el olvidado “Rabino Rojo” amigo de Marx II

Excursus: Hess y Marx contra el Nacionalismo Económico de List: los primeros intentos (¿fallidos?, ¿en falso?, ¿exploratorios? ¿críticos?) de Marx de una crítica a la Economía Política de la época, conocida en esa época en Alemania como Nationalökonomie, Volkswirthschaftslehre, Volkswirthschaftspolitik, Polizeiwissenschaft o incluso la más antigua de Kameralwissenschaft,[1] se sucedieron a lo largo de los años 1842-1843 (mucho antes de su exilio en París) en un contexto muy especial, han despertado escaso interés y llamado la atención de pocos especialistas. Dentro de las autointerpretaciones que Marx realizó sobre su propia Bildung, la más conocida se encuentra en el famoso “Vorwort” en la Kritik de 1859; allí afirma que “en 1842-1843, siendo redactor de Gaceta Renana me encontré por primera vez en el trance difícil de tener que opinar sobre los llamados intereses materiales (materielle interesen). Los debates de la Dieta renana sobre la tala furtiva y la parcelación de la propiedad de la tierra, la polémica oficial mantenida entre el señor von Schaper, por entonces gobernador de la provincia renana, y la Gaceta Renana acerca de la situación de los campesinos de Mosela y, finalmente, los debates sobre el Librecambio y el Proteccionismo (Freihandel und Schutzzoll), fue lo que me movió a ocuparme por primera vez de cuestiones económicas (ökonomischen Fragen).”[2] Otra pista es del propio Engels en el “Vorwort” de 1885 al segundo tomo de Das Kapital afirma que “Marx había iniciado sus estudios económicos (ökonomischen Studien) en 1843 en París, con los grandes escritores ingleses y franceses; de los alemanes sólo conocía a Rau y List, y con ellos le bastaba”.[3] Marx remite su encuentro con la Economía Política (Nationalökonomie) cuando asume su puesto el diario económico Rheinische Zeitung, en el cual llegará a ser Chief Redakteur, ese extraño laboratorio donde convivían hasta su clausura por el gobierno prusiano la burguesía renana, liberales de izquierda y jóvenes hegelianos,[4] los discípulos de Hegel (los de izquierda, también llamados los afrancesados, Affranchis) y los liberales renanos se confabularon en una empresa periodística contranatura, curiosa e inédita. El objetivo del diario era la defensa de la burguesía industrial renana contra la alianza del Absolutismo prusiano con los terratenientes, los Junkers. Aquí la carrera pública y política de Marx, después de su período anterior de protégé de Bruno Bauer, es impulsada por una formación de compromiso, una alianza entre una fracción de la burguesía liberal renana y un colectivo de filósofos, ensayistas, autodidactas. O sea: Marx no entra a la Política por su adhesión o afinidad con el Proletariado, sino a la inversa, ingresa en la Política en una experiencia liberal y demócrata burguesa que lo llevará a una experiencia comunista dentro del campo liberal-demócrata. Será un punto nodal, de mediación, en el desarrollo de Marx, que pasará de ser un erudito con tendencia activista a un activista con formación académica. Y esto será consecuencia de su encuentro con Hess en Colonia.

En la Rheinische Zeitung Marx dejará de ser el mejor discípulo de Bauer a ser, por méritos propios, un autor y un polemista destacado que sorprenderá a sus lectores. Izquierdistas y padres fundadores del Anarquismo y el Comunismo (Hess, Engels, Marx, Stirner) se abrazan con los padres del Capitalismo liberal renano (Camphausen, Hansemann, Mevissen) y con los defensores de la burguesía proteccionista (List, Höfken). Una breve historia del periódico nos permitirá entender mejor al propio Marx: a mediados de 1841 un joven abogado de Colonia, perteneciente a una influyente familia, Robert Jung, muy relacionado con los jóvenes hegelianos, junto con un intelectual radical hijo de un importante comerciante exportador y refinador de azúcar judío (nuestro Moritz Hess) elaboran la idea de un nuevo periódico sostenido financieramente mediante acciones o títulos. Hess, aka “El Rabino rojo” ya era un protocomunista o un socialista “verdadero”, como veremos, dos términos que se confundían en la época, con una breve pero intensa carrera de periodista político. ¿Pero qué hacía un comunista en una corporación empresarial de socios por acciones? Puede resultarnos raro en la actualidad, pero en la década de 1840’s no era del todo extraño que los socialistas percibieran esta forma de empresa comercial como un paso más allá de la propiedad individual y familiar hacia una suerte de Colectivismo ad hoc.[5] Hubo dificultades legales para establecer una corporación, por lo que acordaron una forma comercial relacionada, una Kommanditgesellschaft, una sociedad en comandita por acciones como se la conoce hoy en día, similar a una empresa con capital limitado de la “Common Law” anglosajona, en la que la responsabilidad de la mayoría de los socios se limitaba a su inversión, mientras que algunos socios generales tenían una exposición mayor al riesgo. Los tres socios generales eran Jung; el banquero de Colonia, Dagobert Oppenheim; y el editor del periódico, el comerciante de libros Engelbert Renard.[6] La propia “composición de clase” de los inversores nos permite entender su orientación política y las diferencias dentro de la élite de Colonia (como por ejemplo en el caso de List). Muchos de los inversores no eran naturales de la zona, se trataba de capitalistas inmigrantes, en muchos casos innovadores empresariales que estaban sacudiendo los caminos establecidos de la metrópolis renana. Estos inversores tendían a ver al tradicional diario católico Kölnische Zeitung, como la voz oficial de los capitalistas nativos y atrasados, grupo que veían como una camarilla con conexiones clientelísticas cuestionables y corruptas con el gobierno municipal.[7] El biógrafo clásico de Marx, Mehring, define al KZ como un periódico “clerical”, señala que “que mantenía las pretensiones del Partido ultramontano, que en el Rin era muy potente y daba mucho que hacer a la Política policíaca del gobierno… el monopolio ejercido sobre la prensa de la región por la KZ era tan fuerte que su propietario eliminaba sistemáticamente, cerrándoles el paso, a cuantos periódicos surgían queriéndole hacercompetencia, aunque fuesen fomentados desde Berlín.”[8]

En Renania los puntos de vista procatólicos eran simultáneamente anti-prusianos, y el núcleo duro del nuevo periódico era en su mayoría de confesión protestante (como el hijo de von Mevissen[9] o el presidente de la banca y de la Cámara de Comercio Ludolf Camphausen). Mehring no andaba desacertado: por ejemplo el gobernador prusiano del distrito de Colonia… fue uno de los inversores iniciales en el nuevo proyecto de la RZ. Como Hess lo vislumbró, la fórmula inédita tenía dos componentes explosivos: intereses económicos capitalistas buscando con desesperación su expresión política e intereses políticos radicales buscando desesperadamente sostenes financieros para salir del ghetto intelectual de la academia. Sólo puede compararse a las extrañas alianzas prácticas del Saintsimonismo en Francia en la misma época. La Rheinische Zeitung für Politik, Handel und Gewerbe (“Gaceta Renana, para la Política, el Comercio y la Industria”) es una verdadero “Bloque Histórico” en el sentido de Gramsci o una formation de compromis en la jerga psicoanalítica, un equilibrio frágil al filo siempre del estallido.[10] Uno de los creadores, impulsores y jefes redactores del proyecto no es otro que el “rabino rojo” Hess, a quien se define como verdadera alma del proyecto. No es de extrañar ya que en su libro de 1841, La Triarquía europea, ya defendía una nueva síntesis revolucionaria de la Teoría alemana, la Política práctica de Francia y la Economía política británica, cuyo eco resonará tanto en Engels como en Marx.

Su primer número saldrá el 1º de enero de 1842, el equipo de redacción lo cubren Hess (quien también es el encargado de la corresponsalía en Francia, aunque no le han dado el cargo de jefe de redacción debido a la desconfianza de los accionistas por su radicalidad), pero lo importante para nosotros es que el director pensado para la publicación era nada más ni nada menos que el economista proteccionista Friedrich List (el futuro ideólogo de la Economía cerrada y de la unión aduanera alemana, portavoz de la burguesía industrial naciente), que no pudo asumir su cargo por problemas de salud, y designó como su reemplazante a uno de sus más fieles seguidores, el economista Gustav Höfken (quién sería ministro de finanzas en la unión aduanera austro-germana). Su mano derecha Höfken demostró no solo ser un editor y jefe de redacción inepto sino que a ello se le agregaron los evidentes conflictos ideológicos no solo con el núcleo joven-hegeliano sino con los sectores burgueses que sostenían mediante acciones al diario. Colonia era un centro financiero importante y un dinámico puerto de río, una ciudad eminentemente comercial cuyo centro de gravedad era su posición como punto medio entre los productos manufacturados en Alemania y aquellos que llegaban del mundo del Atlántico. En contraste con otras partes de Alemania occidental, no existía una gran red de industrias, el “Libre Comercio” era la consigna más popular entre los grandes empresarios y “traders” de la ciudad. Obviamente las ideas proteccionistas que List defendió y que su protegido Höfken quería convertir en el centro de la política editorial de la RZ tenían un apoyo mínimo en el consejo editorial. A modo de ejemplo, Höfken consideraba esencial proteger los intereses económicos de las fracciones de la burguesía alemana poco competitivas o atrasadas con respecto a Inglaterra: “La extensión de la Unión aduanera alemana, el desarrollo del Comercio alemán y de la Política comercial alemana así como la liberación del Espíritu alemán de todo lo que constituye un obstáculo para la Unidad de Alemania, es sin duda en la actualidad la más elevada tarea que debe encarar un diario alemán.”[11] Al intentar hacerlo, se puso en desacuerdo tanto con los accionistas como con los socios en general, de modo que duró como editor unas pocas semanas después del inicio de la publicación en enero de 1842. La excusa de su separación fue su negativa a publicar un artículo precisamente del maestro-padrino de Marx, el líder de la izquierda hegeliana Bruno Bauer.[12] En su renuncia de enero de 1842 a los co-gerentes del diario, deja en claro que “si ustedes simplemente hubiesen echado una ojeada a mi currículo vital, fácilmente se hubieran convencido de que no soy partidario del Neo-hegelianismo”.[13] La tensión no solo era entre liberales neosmithianos versus nacionalistas sino a su vez entre ellos y las ideas comunistas y socialistas emergentes. Hess publicará un artículo polémico en abril de 1842, “Los comunistas en Francia”,[14] en el cual comenta con traducciones de párrafos completos, un manifiesto comunista publicado por La Presse, el diario conservador de Girardin, en Paris. Aprovechando explica las limitaciones y méritos de las ideas de Saint-Simon y Fourier. Traduce largos párrafos escandalosos para la situación política alemana: “la práctica de la igualdad se debe basar en: 1) la Comunidad del Trabajo; 2) la Igualdad de Derechos para la utilización de lo que se produce en común; 3) la Comunidad de la Educación y la transformación de la familia; 4) la Comunidad de la Tierra”. Inmediatamente creará un círculo de estudios socialistas conocido como “Köln-Kreis” donde Marx no estará inicialmente (se sumará en octubre de 1842)[15] pero sí un amplio grupo de comunistas que será el arma de choque tanto contra los Affranchis como contra la temerosa fracción “nacional-proteccionista” del diario dirigida por el discípulo de List, Höfken. El grupo se reúne regular y secretamente en la LasserHof de Colonia. Este círculo será además el futuro semillero de la mítica Liga de los Comunistas en 1848, fundamento organizativo del Manifiesto Comunista. Entre ellos Gottschalk, Grün, D’Ester y Daniels, que jugaran un papel destacado en los inicios del Comunismo europeo. En un balance posterior (1845) Hess comentará cómo funcionaba este núcleo oculto y accidental de protocomunistas en la NZ: “La primera huella de Socialismo radical en Alemania la descubrimos en el Rheinische Zeitung, o sea: un órgano del Partido filosófico del movimiento. Los Anuarios de Arnold Ruge, ciertamente, se habían adherido ya antes a la política radical; pero en ellos todavía no se hablaba de Socialismo… En este punto hay que destacar la circunstancia de que durante todo el tiempo que existió el citado diario el Partido filosófico del movimiento fue enemigo del Socialismo radical y, en realidad, éste fue introducido clandestinamente en el Rheinische Zeitung”. En seguida Höffken renunció y en su lugar se designó un junghegelianer y cuñado de Bruno Bauer, que llegaba con el visto bueno de Marx: el geógrafo Adolf Rutenberg.


[1] Sobre la Economía Política en Alemania véase el excelente panorama de Keith Tribe: Strategies of economic Order. German economic discourse, 1750-1950, Cambridge University Press, Cambridge-New York, 1995, capítulo “Cameralism and the science of government”, pp. 8-31.

[2] Marx, Karl: Zur Kritik der Politischen Ökonomie; en: Karl Marx/Friedrich Engels: Werke; Dietz Verlag, Berlin/DDR. p. 7; en español:

[3] Engels, Friedrich: “Vorwort”, en: Marx, Karl: Das Kapital. II, Ullstein, Frankfurt/ Berlin, 1985, p. 12; en español: “Prólogo”, en: Marx, Karl: El Capital. Tomo II/ Vol. 4, Siglo XXI Editores, México, 1984, p. 10.

[4] Sobre la Rheinische Zeitung y el rol central de Hess, como su actividad como redactor, véase: Silberner, Edmund; “Moses Hess als Begründer und Redakteur der Rheinischen Zeitung”, en: Archiv für Sozialgeschichte, Band IV,  1964, pp. 5-44.

[5] No nos sorprende entonces que Marx tuviera en su biblioteca personal en esta época un manual práctico sobre el tema: Wolowski, Louis François Michel Raymond: Des sociétés par actions; Bureau de la Revue de législation et de jurisprudente, Paris, 1838.

[6] Véase: Hansen, Joseph (Hsg.): Rheinische Briefe und Akten zur Geschichte der politischen Bewegung 1830–1850, 3 vols.: Band 1, Peter Hanstein Verlag, Bonn, 1919, p. 843 y ss.

[7] El análisis del contexto político de la creación de la RZ en: Jonathan Sperber: Karl Marx. A nineteenth-century Life; Liveright Publishing, New York, 2013, Chapter 3 “The Editor”.

[8] Mehring, Franz: Carlos Marx. Historia de su Vida; Grijalbo, México, 1957, p. 48.

[9] Hansen tiene una gran biografía sobre uno de los grandes burgueses industriales (en este caso textil y con inversiones en la industria pesada y en los ferrocarriles) que financiaba la RZ: Gustav Mevissen: Ein rheinisches Lebensbild 1815–1899, 2 Bad., Georg Reimer, Berlin, 1906.

[10] Véase: Wilhelm Klutentreter: Die Rheinische Zeitung von 1842/43; Dortmunder Beiträge zur Zeitungs-Forschung 10/1; Dortmund, 1966.

[11] Carta de Höfken a los co-gerentes D. Oppenheim y G. Jung, 16 de diciembre, 1841; en: Von Hansen, Joseph (Hrsg.): Rheinische Briefe und Akten zur Geschichte der politischen Bewegung 1830-1850, Band I, Essen, 1919, p. 301; re-impreso por Biblio Verlag, 1998.

[12] Véase: Langkau, G., & Pelger, H. Studien zur ‘Rheinischen Zeitung’ und zu ihrer Forderung nach Handelsfreiheit und Grundrechten im Deutschen Bund – Mit einem Brief von Karl Marx an Hermann Müller-Strübing (1843); Schriften aus dem Karl Marx-Haus, Trier, 2003; sobre Bauer en la Rheinische Zeitung, véase: Hans-Martin Sass: “Bruno Bauers Idee der Rheinischen Zeitung”, en: Zeitschrift für Religions- und Geistesgeschichte, Volume 19, Issue 4, 1967, pp. 321-332.

[13] Carta de Höfken a los co-gerentes D. Oppenheim y G. Jung, 18 de enero, 1841; en: Von Hansen, Joseph (Hrsg.): Rheinische Briefe und Akten zur Geschichte der politischen Bewegung 1830-1850, Band I, Essen, 1919, p. 315; re-impreso por Biblio Verlag, Osnabrück , 1967.

[14] Moritz Hess: “Die Kommunisten in Frankreich”, en: Rheinische Zeitung, 19. und 21.4.1842.

[15] Sobre el período de Marx en Colonia, véase: Heinrich Billstein: Marx in Köln. Mit einem Beitrag von Karl Obermann; Pahl-Rugenstein, Köln, 1983.

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