Bajo el gobierno de Milei, la industria manufacturera viene en franco retroceso. El sector es la quinta parte del PBI y sus trabajadores son de los mejor organizados y con más conquistas del país. Los números están en rojo casi todos los meses desde enero de 2024 en adelante.
El panorama general de la industria
La industria manufacturera argentina representa el 19 % del PBI, aporta 2,6 millones de empleos con una productividad 63 % superior al promedio nacional. Sin embargo, bajo el gobierno de Milei, esta industria está en severo retroceso. En 2024, el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI) registró una caída anual del 9,4 %, la mayor entre 79 países. En 2025, marzo mostró una caída mensual del 4,5 % del el Índice de Producción Industrial manufacturero en marzo y una reducción del 17,3 % respecto a marzo de 2023. El primer trimestre reflejó una contracción cercana al 10 % frente al año anterior.
El uso de la capacidad instalada también sufrió. Descendió de 65,6 % en 2023 a 58,3 % en 2024, ubicándose en torno al 54,4 % en marzo de 2025, con una caída de 12,9 puntos respecto a 2023. Todas las ramas industriales, salvo alimentos y bebidas, mostraron repliegue en su utilización operativa.
La sangría es palpable: 2.333 empresas (incluyendo minería y construcción) cerraron en 2024, y se perdieron más de 107.000 puestos de trabajo ligados a la industria. El desempleo industrial y de construcción superó 30.000 altas en seguro de desempleo sólo en los primeros tres meses de 2025.
Milei como causa de la contracción industrial
Desde su asunción, Milei implementó un conjunto de medidas que agudizaron la crisis industrial:
Ajuste fiscal y caída del consumo interno: La fuerte reducción del gasto público, la licuación salarial y desregulación de precios han golpeado el poder adquisitivo. Las ventas minoristas cayeron 2,9 % en mayo interanual, y alimentos y bebidas retrocedieron 7,6 %.
Apertura comercial indiscriminada: La eliminación de aranceles y barreras ha expuesto a sectores como la indumentaria, calzado, y electrónica a una competencia desleal. Las importaciones de bienes de capital crecieron 73,4 %; las de consumo, 77,7 %.
Apreciación cambiaria: La paridad del peso con el dólar impacta directamente en la competitividad de la industria nacional al abaratar las importaciones respecto a la producción local. Argentina es cara en dólares, lo cual es un disparate que sólo se sostiene con deuda externa.
Desmantelamiento de políticas industriales: A través del DNU 70/2023 se eliminaron programas como «Compre argentino» y “Desarrollo de Proveedores”, desfinanciando mecanismos de protección.
Los sectores mas beneficiados
Mientras la industria se desmorona, un bloque de grandes empresas cosecha ganancias extraordinarias que podría decirse que se deben a su posición dominante y que son rentas cuasi monopólicas. Estos grupos aumentaron su rentabilidad neta en más del 300 % anual. Este dato es revelador: mientras el salario promedio está 30 % por debajo de la canasta básica, los grandes capitales se hacen con enormes excedentes.
El ranking de estos sectores es liderado por la agroindustria, que creció 925% en su resultado operativo, y es secundado por las energéticas, que crecieron 375%. Tercera estuvo la industria del ensamblado, dado que se favoreció la importación de insumos, pero resta ver si la reciente quita de aranceles y beneficios a Tierra del Fuego no terminan por destruir o mermar a este sector.
En mayor medida se trata de sectores que no contribuyen al desarrollo orgánico del capitalismo argentino, que sólo cosechan ganancias gracias al empeoramiento deliberado de las cargas de la deuda externa, del ajuste fiscal brutal y de legislaciones que los benefician. Es pan para ellos, hambre para el resto.
Argentina siempre ha sido un país dependiente y ahora ve, con este plan, una profundización del patrón capitalista dependiente: la fantasía de despegue industrial se desvanece y lo que surge es un capitalismo aún más inviable bajo la gestión de Milei.