En junio, la industria manufacturera utilizó apenas el 54,5% de su capacidad instalada, una cifra alarmantemente baja que no se veía desde 2002 y se sitúa solo 1,2 puntos porcentuales por encima del nivel registrado durante la pandemia de Covid-19, cuando la actividad estaba prácticamente paralizada. Esta disminución refleja una caída interanual de 14,1 puntos, lo que subraya la magnitud del deterioro en la producción industrial.
El informe publicado por el INDEC revela que los sectores más afectados en junio de 2023 fueron las industrias metalúrgicas básicas y la industria metalmecánica, excluyendo automotores. Las industrias metalúrgicas básicas registraron un uso de capacidad instalada del 56,6%, una cifra drásticamente inferior al 81% de hace un año. La principal causa de esta caída fue la disminución en la producción de acero, lo que contribuyó significativamente a este retroceso.
Por otro lado, la industria metalmecánica, que en junio operó al 42% de su capacidad máxima, también sufrió un importante descenso respecto al 60,1% registrado un año atrás. Este desplome se debió principalmente a la disminución en la demanda y producción de maquinaria agrícola y electrodomésticos, dos pilares fundamentales para este sector.
Otros bloques sectoriales que también se ubicaron por debajo del promedio general de la industria incluyen productos minerales no metálicos (46,8%), productos textiles (43,9%), edición e impresión (41,3%), productos de caucho y plástico (39,4%), industria automotriz (39,0%) y productos del tabaco (35,4%). Estos sectores enfrentan desafíos significativos en términos de capacidad productiva, reflejando una crisis más amplia en la industria manufacturera.
Solo algunos sectores lograron operar más cerca de su capacidad máxima, destacando la refinación del petróleo con un 80,8%, seguida por sustancias y productos químicos (66,3%), papel y cartón (60,4%) y productos alimenticios y bebidas (59,4%).
Las consecuencias del ajuste
La política de ajuste brutal del gobierno ha conseguido llevar al país a una contracción económica. La utilización de capacidad instalada en junio fue la segunda más baja desde junio de 2020, superada solo por la registrada en marzo de este año. Este dato es particularmente preocupante, ya que se sitúa por debajo incluso del registrado en junio de 2002, cuando el país comenzaba a salir de la crisis de la convertibilidad. En aquel entonces la industria utilizó el 55,4% de su capacidad instalada.
El panorama para la producción industrial en junio fue desalentador. Según el INDEC, el Índice de Producción Industrial (IPI) se contrajo un 20,1% interanual, marcando también un descenso en comparación con mayo. La industria sigue lejos del «rebote en V» anunciado por el Gobierno tras «tocar fondo» en marzo.