Marcelo Giecco: ¡presente! ¡hasta el socialismo siempre!

Mientras el capitalismo chorrea “lodo y sangre” con miles de muertos en guerras y pandemia, nos toca despedir a uno de los imprescindibles.

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Es difícil, muy difícil empezar. El dolor está a flor de piel porque nos toca despedir muy tempranamente a Marcelo, un militante revolucionario muy humano en un mundo tan deshumanizado. Mientras el capitalismo chorrea “lodo y sangre” con miles de muertos en guerras y pandemia, nos toca despedir a uno de los imprescindibles.

Fundamos “Judiciales Clasistas” para dar batalla a la burocracia sindical en el medio de un histórico conflicto de los trabajadores judiciales de la provincia de Buenos Aires. Pusimos la espalda contra la pared y dimos batalla no sólo a la conducción sino también al centrismo que en la peor versión sindicalista no querían dar la discusión política.

Había que construir también partido y desde ahí dimos pelea. Un honor haber luchado a tu lado.

En cada reunión de judiciales, los domingos a las 9 de la mañana, tu risa retumbaba por todo el local y así cualquier compañero sabía que había reunión de los judiciales!

Una sola anécdota para reflejar lo que eras como compañero y militante. Una noche fría y lluviosa hicimos el aguante a compañeros de ATE-Educación que habían sido detenidos por el gobierno de Scioli. Estábamos en el edificio penal de La Plata. La directiva de la AJB no quería llamar al paro y especulaba minuto a minuto. Vos no lo dudaste, el primer micro que salió de Junín te contaba entre los pasajeros. Llegaste a la madrugada y, a pesar del frío y la lluvia que arreciaba en esa vigilia, te paraste junto a la bandera de Judiciales Clasistas a exigir la liberación de los trabajadores detenidos. Ese eras vos y así enseñabas. Esa no sería la primera ni la ultima lucha que te convocara y en todas ellas siempre estuviste a la altura, no rehuiste jamás a enfrentarte a cualquier genocida, burócrata o abusador que intentara camuflarse entre las filas de trabajadores. También diste la batalla en que no se ve, la de la formación y el debate interno, la de la teorización y la construcción de conciencia en la base, siempre desde una profunda humildad, generosidad y camaradería, levantando la solidaridad de clase como principio fundamental.

No alcanzaran las palabras para representar la gran pérdida que significa tu partida para la clase trabajadora, un poco por lo mucho que nos dejaste y mucho por lo que no llegaste a concretar. Tan grande fue tu ansia de cambiar esta sociedad y tu compromiso militante, que a pocos pasos de partir, y luchando contra tu propia salud, seguías profundizando en la Teoría del derecho marxista de Yevgueni Pashukanis, así de necio, como dice Silvio “La necedad de asumir al enemigo. La necedad de vivir sin tener precio… Yo me muero como viví…”.

 Judiciales Clasistas en la Corriente «18 de Diciembre»

Cros. Diego Brizuela y Mauricio Pintos

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