
Guernica se convirtió en un verdadero foco de resistencia dentro de la coyuntura actual. Más de mil familias llegaron para ocupar las tierras, prácticamente abandonadas hace 20 años. La situación puso frente a todos los que quieran ver el déficit habitacional del país, el cual alcanza según proyecciones en base al censo de 2010 a entre 3 y 3,5 millones de hogares. Una cifra escandalosa.
Según datos de 2019 uno de cada tres hogares dispone de problemas de vivienda. El número actualizado llegaría a los cuatro millones. Se calcula que el déficit se incrementa aproximadamente a un ritmo de 36 mil por año. Los números oficiales son imposibles de rastrear por la poca importancia que le ha dado cada gobierno al problema. Vale destacar que las diferentes crisis solamente han profundizado el escenario, llevando a millones de personas a lo largo y ancho del país al extremo de la pobreza.
Para colmo en cada espacio tomado la única respuesta por parte de Alberto Fernández es el desalojo. Si bien existen diversos planes que permiten el acceso a una casa ninguno soluciona el problema de fondo y además puede tardar años en brindar un territorio concreto. Ni hablar de toda la burocracia y juego de beneficios en el medio para los intendentes y dirigentes políticos locales. La defensa de la propiedad privada siempre ha sido prioridad. Guernica debe servir de ejemplo por la organización y solidaridad entre las familias para enfrentar la represión.