Milei juntó a los mismos funcionarios que construyeron el fracaso de su gestión y les agregó una mesa política, como si la crisis política fuera un problema de mobiliario.
El vocero presidencial (y legislador electo) Manuel Adorni salió de su larga parálisis. Más de una semana había pasado el balbuceante funcionario mileísta sin soltar ninguna barbaridad ante la opinión pública. El récord de silencio del vocero fue una medida más de la inmensa crisis que atraviesa el proyecto libertario.
Durante todo el lunes la mesa chica del gobierno buscó alguna forma de reaccionar ante la crisis política y económica. Al parecer, la mejor idea que tuvieron fue agregarle una mesa a la reunión habitual (¿será que se reunían de parado?). Como mínimo puede decirse que la monstruosa ultraderecha libertaria sigue siendo una fuente inagotable de memes.

La semana arrancó con rumores de cambios en el Gabinete y el pedido de refundación que el macrismo y la burguesía le alargaron al gobierno. Milei respondió a la altura de su gestión: con una ridiculez. Adorni anunció la creación de una mesa política del gobierno nacional que buscaría reorientar la gestión ante la paliza recibida el último domingo.
Lo llamativo de la cuestión es que en esa mesa se sentaron los mismos que todas las semanas se reúnen con Milei. Bullrich, Martín Menem, Guillermo Francos, Santiago Caputo, Karina «Alta Coimera» Milei y el propio Adorni. El presidente ultraderechista parece (una vez más) encaprichado en hacer el ridículo.
La primera reunión de la nueva – vieja mesa política tuvo como punto central rehacer la relación con los gobernadores. Milei se ocupó en las últimas semanas previas a la elección de bastardear a la oposición colaboracionista del interior del país, desoyendo las advertencias de Guillermo Francos. Ahora mandató al propio Francos para que llame a todos los gobernadores e intente acercar posiciones.
¿Qué ofrece a cambio Milei? De momento, nada. Al parecer, poco cambió en la mente y la orientación mileísta tras la inmensa paliza recibida el domingo. La mezcla de agresividad, salvajismo reaccionario y profunda ineptitud que caracteriza al armado libertario sigue en su apogeo. Mientras tanto, la derrota electoral del gobierno se replica en descalabros y desastres económicos, con el dólar subiendo, las acciones bajando y las reservas al rojo vivo.