El pasado jueves (13), el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, anunció el inicio de la operación “Lanza del Sur” con el fin de expulsar a los “narcoterroristas” del hemisferio.
Así, la Casa Blanca avanza con el despliegue militar que inició hace unos meses en el Caribe, el cual utiliza como excusa para encubrir sus actos de terrorismo de Estado en la región. Al momento de escribir esta nota, el ejército estadounidense bombardeó más de 20 embarcaciones «acusadas» de transportar drogas, provocando un total de 80 ejecuciones extrajudiciales (es decir, asesinatos sin condena).
El gobierno estadounidense apeló a la “guerra contra las drogas” para justificar el envío de buques de guerra, cazas F-35, aeronaves de reconocimiento y otros recursos militares. Ahora, con la operación “Lanza del Sur”, busca ampliar el despliegue militar con buques de superficie robóticos de larga duración, pequeñas lanchas interceptoras robóticas y aeronaves robóticas de despegue y aterrizaje vertical en la zona denominada Southcom.
El anunció de la operación coincide con la llegada del USS Gerald R. Ford, que cuenta con 5.000 marineros, más de 75 aviones y es el buque de guerra más caro del mundo. El traslado de dicho portaaviones al Caribe marca un hecho importante en términos geopolíticos, ya que se mantenía en Europa para “controlar” a Rusia.
En total, la Armada de los Estados Unidos cuenta con 11 portaaviones, de los cuales suele mantener tres operativos. Los otros dos se encuentran en Japón (resguardando Asia, en particular a China) y el océano Índico (para vigilar Medio Oriente). Así, este es el mayor despliegue militar desde la operación “Tormenta del Desierto” en el Golfo Pérsico en 1991 y, en el contexto caribeño, el mayor desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962.
Debido a esto, las tropas en el Caribe pasarían de 10 mil soldados a 15 mil. A lo largo del año se han realizado ejercicios militares con tropas regulares en Panamá. Además,Trinidad y Tobago anunció el inicio de ejercicios militares conjuntos con el ejército estadounidense y, por su parte, Noboa (Ecuador) también trabaja muy de cerca con el imperialismo norteamericano (aunque sufrió una derrota contundente en el referéndum para reabrir bases militares en su país).
Al mismo tiempo que se hizo el anuncio sobre la operación “Lanza del Sur”, Trump dio a conocer que “Me he decidido más o menos” sobre las posibles acciones contra Venezuela, “No puedo decirles cuál es [la decisión], pero hemos hecho grandes progresos con Venezuela en lo que respecta a impedir que las drogas invadan” Estados Unidos, agregó. En una entrevista para CBS el inquilino de la Casa Blanca aseguró que los días de Maduro en el poder “están contados”.
Según The Washington Post, Trump ya tendría identificados objetivos dentro de Venezuela, incluyendo instalaciones militares supuestamente usadas para el contrabando de drogas. Sin embargo, el propósito real sería enviar un mensaje a Maduro: ha llegado la hora de que abandone el poder.
De Maduro a Petro, las amenazas de Trump en el Caribe y Pacífico
En las últimas semanas, como parte de la escalada y del inicio de los ataques contra embarcaciones en el Pacífico, Trump también comenzó a amenazar a Petro, presidente de Colombia. Al igual que el caso de Maduro, lo señala por ser “un líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas”.
Como parte de las tensiones, Washington le quitó a Colombia la certificación como socio colaborador en la lucha contra el narcotráfico e impuso sanciones económicas contra Petro, su esposa, un hijo y un asesor cercano.
A esto se suman las amenazas desde Washington: “Ellos lo están haciendo muy mal en Colombia, ellos hacen cocaína, tienen fábricas de cocaína, ellos cultivan drogas muy malas que llegan a las costas de Estados Unidos, generalmente a través de México. Mejor que tenga cuidado porque tomaremos acciones en contra de él y su país, le ha hecho caer en una trampa mortal”.
En medio de las crecientes amenazas, Maduro opta por buscar apoyo en Rusia, China e Irán. En el caso de Moscú se le envió una solicitud para incrementar la colaboración militar, y la asistencia pidiendo radares defensivos, reparaciones de aeronaves y potencialmente misiles. Para el Kremlin, Caracas es un socio relativamente importante en la región; por ejemplo, empresas rusas producen 100.000 barriles de petróleo, que representan el 11% de la producción venezolana y generan cerca de 67 millones de dólares al mes.
Además, Rusia tiene derechos de exploración y exportación sobre los campos offshore de gas Patao y Mejillones, valuados en hasta 5.000 millones de dólares. Sin embargo, debido a las sanciones internacionales y el desarrollo de la guerra en Ucrania, han llevado a un decrecimiento de las inversiones del país euroasiático en Caracas.
En el caso de China, Maduro habría solicitado una “mayor cooperación militar” entre sus dos países para contrarrestar “la escalada entre Estados Unidos y Venezuela”. En cuanto a Irán, Ramón Celestino, ministro de Transportes venezolano, coordinó un reciente envío de equipos militares y drones, tales como “equipos de detección pasiva”, “inhibidores de GPS” y, “casi con seguridad, drones con un alcance de 1000 km [600 millas]”.
Visto lo anterior, es claro que hay una escalada en las amenazas de la Casa Blanca en contra de Venezuela. Además de posibles ataques militares en contra del país, también es factible que Trump especule con que se produzca algún movimiento interno que deponga al gobierno de Maduro, a sabiendas de lo erosionado que está el apoyo del régimen chavista en la actualidad. Es más, esta es la orientación que desarrolla la “Nóbel de la Paz”, María Corina Machado, que en reiteradas ocasiones difundió mensajes en apoyo a una intervención militar estadounidense y alienta a los militares venezolanos a deponer las armas en las horas decisivas que se acercan.
Reiteramos nuestro repudio al despliegue militar y las amenazas del imperialismo estadounidense contra Venezuela (y ahora contra Colombia). Nos colocamos del lado del pueblo venezolano en la defensa de su soberanía nacional y el derecho a autodeterminarse. Esto lo hacemos sin brindar ningún apoyo político al gobierno autoritario y burgués de Maduro, al mismo tiempo que denunciamos a la oposición burguesa pro-imperialista que abiertamente apoyan y alientan una intervención militar estadounidense.




