
En el momento más crítico desde que comenzó la pandemia, los trabajadores acumulan una serie de demandas que son desoídas por el gobierno provincial. En los medios de comunicación se habla con frecuencia del porcentaje de la ocupación de camas de UTI, pero poco se habla de cuál es la situación de las y los que están en la primera línea: médicos, enfermeros, camilleros, personal de limpieza etc. El esfuerzo y trabajo esencial que realizan para combatir la pandemia y ayudar a la mayor cantidad de gente posible se ve retribuido con salarios de miseria.
En el caso particular de los médicos, en el mes de abril el gobierno de Axel Kicillof y CICOP acordaron un aumento del 25.5% para el primer semestre del año, con la “promesa” de reabrir la discusión paritaria en el mes de junio, sin embargo nunca sucedió. Este magro aumento queda muy por detrás de la inflación acumulada en los últimos años.

Pero como relatan los trabajadores, la exigencia de reabrir paritarias no está vinculado exclusivamente al merecido aumento salarial sino a las condiciones de trabajo que se recrudecieron frente a la pandemia. El reclamo clave que atraviesa a todos los hospitales es la falta de personal, ya que los nombramientos fueron escasos frente a la demanda. Los contagios de COVID-19 del mismo personal de salud sumado a otras dificultades médicas por las cuáles deben tomar licencia empeoran esta situación. En algunos casos esta falta de personal se traduce en la negativa a otorgar licencias a trabajadores que son parte del grupo de riesgo poniendo sus vidas en peligro, como sucedió en el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora cobrándose la vida de dos enfermeras, María Ester y Lucy.
En lo que refiere a la ocupación de camas, la situación también es crítica. En el Hospital Iriarte es del 100%, en tanto que en el UPA (Unidad de pronta atención) de Quilmes la situación es similar sin posibilidad (o con grandes dificultades) para transferir pacientes en el mismo municipio. Los trabajadores hacen malabares para dar respuesta a la mayor cantidad de pacientes posibles.
El fondo de todos estos problemas es la falta de presupuesto de la salud pública. Esta misma semana el gobierno de Alberto Fernández cerró el acuerdo con los principales bonistas cediendo ampliamente a su propuesta inicial. El dinero que se van a llevar los usureros internacionales, es el que va a faltar en el presupuesto de salud para no arriesgar la vida de los pacientes ni de los trabajadores.
Desde la Corriente Sindical 18 de Diciembre y el Nuevo MAS acompañamos los reclamos de los trabajadores y nos ponemos a disposición de las medidas de lucha que decidan tomar en pos de satisfacer sus demandas.






