
La excusa oficial del ingreso de tropas pertenecientes al Grupo de Fuerzas Especiales de la Armada de los Estados Unidos es la “coordinación” contra el narcotráfico y el cumplimiento de funciones de “instrucción”. Pero, como denunciaron senadores de la oposición en la sesión extraordinaria de hoy, nadie sabe de qué se trataría el rol “docente” de los marines. No fue explícito el contenido en el proyecto presentado a toda velocidad al Senado, que levantó la mano servilmente.
Viniendo de un partido históricamente narco con presidentes notoriamente narcos (como el antecesor del actual, Cartes), la excusa de la lucha contra el narco suena al menos sospechosa.
Los “instructores” ingresarán a territorio paraguayo no con tiza, papel y lápiz sino con su propio equipamiento militar, armados hasta los dientes y aviación también propia, sin control de locales.
A nadie debería sonarle casual que coincida con el movimiento político de los Estados Unidos de reforzar su control sobre la zona en medio de la crisis venezolana. Menos que menos después del fervoroso apoyo que ha recibido Guaidó de parte de Abdo Benítez y el detalle de que se reunirán mañana mismo en Asunción con la presencia de representantes directos de Trump. Esto no significa que las tropas que ingresan a Paraguay intervengan de forma directa en Venezuela (lejos estarán de poder hacerlo) pero sí que se fortalece la capacidad logística de los yanquis en toda la región. Este tipo de acuerdos han tenido siempre ese contenido, en el que grupos de “instructores” comandan a los ejércitos cipayos para defender más y mejor los intereses locales de sus jefes imperialistas.
El régimen político seudo-democrático del Estado paraguayo ha sido siempre históricamente un servil felpudo de los Estados Unidos. El del Partido Colorado es prácticamente un régimen de partido único con algún maquillaje, mal aplicado y de mal gusto, aquí y allá. Recordemos que era el partido de Stroessner, dictador militar del país durante más de 30 años, que fue depuesto por un golpe de Estado encabezado por otro colorado, también militar. El Gobierno de Stroessner terminó en 1989 como comenzó en 1954, con un golpe de estado del Partido Colorado contra el Partido Colorado. Sus altos funcionarios han sido siempre históricamente militares de alto rango o funcionarios de las FF AA. Los colorados gobiernan el país de forma ininterrumpida desde 1948 con la sola excepción de la presidencia del depuesto Lugo. O sea, de los últimos 71 años, gobernaron 67. Y su currículum no tiene ni rastros de veleidades antiimperialistas, la subordinación de los Estados Unidos han sido siempre históricamente consecuente.






