Contra viento y marea avanzamos a la 4ta vocalía

Gran elección de Tinta Roja en el Colegio Nacional de Buenos Aires

Los pasados jueves 6 y viernes 7 de noviembre, el claustro estudiantil del Colegio Nacional de Buenos Aires votó a sus representantes de cara al año 2026.

Se trató de elecciones conservadoras, en las que las dos listas mayoritarias, La25 (La Cámpora) y Contrapunto (agrupación “independiente” con vínculos con la Franja Morada), se jugaron a despolitizar un Centro de Estudiantes que cuenta con una tradición histórica.

Esta tendencia se evidenció de forma más que clara a lo largo de la semana de campaña, en la que Contrapunto se dedicó enteramente a la demagogia, entre otras cosas regalando helado de rapanui, camisetas de fútbol y hablando de un CENBA “sin política externa”, mientras el gobierno de Milei ataca más que nunca.

La25, por su parte, se decantó por ser parte de esta corriente, organizando charlas con Matías Bottero, condenado en 2023 por violencia de género, y con Martín Disalvo (“Coscu”), acusado de difundir imágenes íntimas no consentidas de una menor (incluso siendo una agrupación que se reivindica feminista). Esta última actividad tuvo que ser cancelada ante el masivo repudio estudiantil.

Con esa política, impulsaron que en estas elecciones no se discutiera sobre el plan de lucha frente a un gobierno de extrema derecha que no para de atacar nuestros espacios, tal como sucedió el año pasado, para pasar a discutir sobre quién llevaba al streamer más famoso, o quien regaló más cosas. No es casualidad que estas dos agrupaciones hayan estado en contra de la toma frente al veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. Además, ambas agrupaciones responden a las autoridades del Colegio, que aplica el presupuesto de miseria de Milei y se dedica a atacar toda organización independiente.

Estas elecciones estuvieron enmarcadas en un contexto nacional complejo: tras unas elecciones de medio término en las que predominó el voto conservador, y el peronismo le entregó la elección a Milei, allanando el camino para el ascenso de la ultraderecha, perdiendo cerca de un 10% de su apoyo en apenas cuarenta días. Frente a este panorama, las estrategias de campaña fueron reveladoras.

Contrapunto buscó consolidar la despolitización bajo consignas como un “CENBA sin partidos detrás” y “sin política externa”, ignorando el hecho de que, en un momento en que el gobierno avanza de forma oscurantista, hambreadora y violenta contra la educación y las instituciones públicas, la politización se vuelve más urgente que nunca.

Por su parte, La25 demostró lo que ya muchos percibían: no estuvo a la altura de las circunstancias ni de las necesidades del estudiantado a lo largo del año. Esto se reflejó electoralmente, ya que perdió cerca de un 10% de los votos respecto al año pasado —pasando de 760 en 2024 a 565 en 2025— y terminó perdiendo la conducción del centro de estudiantes. Mientras tanto, La Justicialista capitalizó el desencanto de un sector peronista que se alejó de La Cámpora, logrando sumar parte de ese voto, pese a sus similitudes crecientes con el camporismo.

Frente a esto, Tinta Roja enfrentó una elección a contracorriente y con todo en contra, logrando revalidar el espacio conquistado en la Mesa Directiva y avanzando de la 5ta a la 4ta vocalía. Nuestra campaña se plantó tanto contra la coyuntura conservadora, como la tendencia a la despolitización dentro del CNBA liderada por Contrapunto.

También, en medio de la campaña sufrimos la persecución política por parte de las autoridades del CNBA y del Carlos Pellegrini, que, en el transcurso de la campaña, desaparecieron mesas de Tinta Roja, más de una vez demoraron notablemente el envío de las autorizaciones para lxs estudiantes que debieran salir de clases. Pero el quiebre fue el ridículo pedido de sanción a un compañero de Tinta Roja, por el mero hecho de haber ido a la escuela hermana, el Carlos Pellegrini, a llevar su solidaridad en el marco de la lucha por el financiamiento universitario.

Dicho pedido de sanciones fue notificado al estudiante 1 mes y medio después de lo sucedido, en pleno proceso electoral y 1 hora antes de un debate entre candidatos en un programa de stream, con el único fin de amedrentar tanto al estudiante como a una agrupación independiente de dichas autoridades y que lucha hasta el final.

Pese a todo esto, Tinta Roja revalidó su vocalía en mesa directiva, avanzando también un puesto, siendo ahora 4ta vocalía y consolidándose también como 4ta fuerza dentro del CENBA, pero como la primera oposición, pues durante toda la campaña fue la única lista que llevaba la política como primer bandera, tanto la interna como la externa, que demostró que no le tiembla el pulso al mencionar las arbitrariedades de la gestión y la única lista que no le tuvo miedo a la palabra “toma” cuando hubo que plantarse contra la extrema derecha y defender nuestra educación.

Por eso, mientras para algunos la “política” es mala palabra, Tinta Roja está en la vereda de enfrente, porque en estos momentos donde gobierna la extrema derecha, y el peronismo y las autoridades dejan pasar sus ataques, sabemos que la única salida es seguir luchando y que tenemos que seguir siendo la juventud anticapitalista que no para de crecer.

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