Entre Ríos

Escuela N° 1 Independencia, un ejemplo de la desidia capitalista en educación

Milei ataca diariamente a la educación pública, el gobierno provincial deja que las escuelas se caigan a pedazos y en cuanto a la burocracia sindical, amenaza a las y los docentes que dan a conocer la situación de las instituciones escolares. A pesar de esto, desde abajo se forjan lazos de solidaridad en la comunidad educativa de Diamante para defender la Escuela N° 1 Independencia.

En pleno centro cívico de Diamante se encuentra la Escuela Independencia, con más de 150 años de historia. La inmensa mayoría de las y los habitantes de la ciudad asistieron a este colegio, o conocen a las docentes, o tiene familiares que concurren o concurrieron. Es una institución emblemática de la comunidad educativa y la vida cultural diamantina, que comparte edificio con la escuela nocturna y el nivel inicial, pero que, tras años sin mantenimiento, se está cayendo a pedazos, como tantas otras escuelas en la provincia.

Para tener una idea de la gravedad de la situación, por problemas edilicios la Cámara Provincial Electoral bajó diez colegios en la ciudad de Paraná que oficiaban como centros de votación en elecciones anteriores.

Aulas sin calefacción ni cerramientos en las ventanas, que filtran agua como cascadas por sus puertas, pisos hundidos, paredes electrificadas, balcones rajados a punto del derrumbe, espacios clausurados por su peligro, baños inaccesibles, son la cotidianeidad de cientos de estudiantes, familias, docentes y no docentes que habitan la institución en tres turnos.

Las y los docentes presentaron notas dirigidas al Consejo General de Educación (CGE), gobernación e intendencia, insistentemente durante los últimos años para dar aviso de las paupérrimas condiciones edilicias y para exigir una inmediata resolución a la acuciante situación edilicia. Dos años atrás, un ordenanza recibió una descarga eléctrica mientras realizaba sus labores de mantenimiento; también, una docente se accidentó por el hundimiento del piso de un aula… la respuesta fue «agradezcan que no fue un niño», «aguanten que no hay plata, pongan voluntad».

A medida que más aulas y espacios se iban deteriorando hasta hacerse inhabitables, desde el CGE, presidido por Alicia Fregonese, sugerían clausurar esos espacios y amontonar cursos en un aula donde recibían clases más de 40 estudiantes de los primeros años de primaria.

Las últimas notas y pedidos de revisión fueron presentadas por las y los docentes en junio de 2024 y febrero de 2025, sin obtener respuesta alguna.

El lunes 1 de septiembre, tras las intensas lluvias del fin de semana, docentes y familias dijeron basta. Llegaron a las 7 de la mañana y se encontraron con mampostería del techo del comedor en el piso. Lo mismo ocurrió en varias aulas, el agua se filtró por todos lados, generando un grave peligro de derrumbe y, además, eléctrico, pues varios tomas comenzaron a hacer chispazos. Ese día, antes de finalizar el horario del turno mañana, se cortaron las clases para improvisar un comedor en un aula.

El martes, al ingreso matutino, las docentes explicaron la situación a las familias desde el hall de entrada de la escuela, diciendo que era muy peligroso que las niñeces ingresaran e informando que el comedor no iba a poder ser utilizado. A su vez, denunciaron persecución y amenazas de las autoridades y del sindicato (AGMER).

La burocracia, mostrando su verdadera cara, bien pérfida, en lugar de hacerse presente y patear todas las puertas gubernamentales necesarias para representar verdaderamente a las y los docentes, se encargó de advertirles a quienes estaban pasando imágenes del desastre edilicio a los medios, que podían perder sus trabajos, sus suplencias o recibir sumarios. Más traidores no se consiguen.

Ese día, los medios provinciales y de la ciudad se hicieron eco de la situación, gracias a docentes y familias que viralizaron las imágenes del interior del edificio. Además, convocaron a un abrazo solidario a la escuela para el día miércoles a las 18 horas.

Allí se convocaron alrededor de 150 personas, entre docentes, alumnes y familias para debatir cómo encaraban la pelea por las mejoras edilicias urgentes. Lejos de quedarse de brazos cruzados, o desmoralizarse ante tamaña problemática, las docentes fueron claras: «estamos hartas de que nos prometan, de los parches que duran hasta la próxima lluvia, de que las decisiones las tomen en una oficina con aire acondicionado, gente que no tiene idea de las urgencias que vivimos día a día, de las presiones que caen sobre nuestras espaldas» expresó una de ellas.

El abrazo a la escuela demostró que la docencia diamantina cuenta con el apoyo de las familias que envían a sus hijas e hijos a educarse allí. Y también que las compañeras y compañeros trabajadores de la escuela les preocupa, por sobre todas las cosas, que «muchos chicos necesitan venir a comer todos los días, porque es su único plato de comida del día, y mientras el comedor no funciona los tenemos a sanguchitos».

La solidaridad es tan grande, que las docentes con salarios de miseria, a quienes su propio sindicato les quiere meter miedo para que no hablen (los representantes de AGMER que tímidamente se acercaron fueron abucheados cuando pretendieron hablar), y quienes pagan de su bolsillo muchas veces las fotocopias de su alumnes, expresan que el apoyo de las familias es su único sostén para encarar la pelea por condiciones dignas de trabajo en un edificio en el que nadie corra peligro.

Ellas son claras: esto no es nuevo, viene de arrastre, de nunca poner un peso en mantenimiento, de siempre decirles que «no hay plata», en una provincia que gobiernan los mismos de siempre intercaladamente, peronistas o radicales o el extinto PRO, ahora como parte integrante de LLA. En todos estos años, nadie ha invertido un peso en mantenimiento ni refacciones necesarias. Este es el interés en la educación que demuestra el gobernador  Rogelio Frigerio que sale a decir siempre que «los chicos pierden clases por los paros docentes», o Alicia Fregonese, enemiga declarada de la docencia entrerriana por atacar el derecho a la organización y la protesta, o el mismo Darío Schneider, responsable de que ninguna obra de reacondicionamiento se lleve a cabo en tiempo y forma.

A raíz de la organización que llevaron adelante las y los docentes, invitando a las familias a abrazar la escuela, cortar la calle y armar una gran asamblea y charla con medios locales, tuvieron que salir a dar la cara Schneider (prometiendo una vez más un «relevamiento» y sin dar soluciones concretas, claro), y se reubicó el comedor escolar para que pudieran asistir las niñeces.

El gobierno provincial sigue sin dar respuesta al reclamo integral: se cierra la escuela por lo que resta del 2025, las docentes explican que ellas son trasladadas a distintas escuelas, alternadamente, cumpliendo horario en otros establecimientos, lejos de sus alumnes a quienes se les quiere imponer la virtualidad.

Obviamente, además de que niegan todo criterio pedagógico condenando a les alumnes a una deficiente calidad educativa, no tienen, la inmensa mayoría de las familias, celulares ni internet, como así tampoco las escuelas, y las docentes deben usar sus propios datos para enviarles tareas. «La virtualidad no sirve, nosotras tenemos que estar con los chicos», expresan.

Mientras redactamos esta nota, Rogelio Frigerio y Alicia Fregonese son abucheados por docentes paranaenses en el cierre de un acto. El malestar de la docencia entrerriana con estos capitalistas enemigos de la educación pública se hace evidente en cada rincón de la provincia. Con salarios por debajo de la línea de pobreza y escuelas que se caen a pedazos, quienes están sosteniendo la educación pública son las y los trabajadores a base de un denostado sacrificio y empatía para con las familias que envían a sus hijos a educarse a la escuela pública.

Las y los docentes de la Escuela Independencia se reúnen, debaten en asamblea abiertas a la comunidad de Diamante los pasos a seguir para que ningún pibe se quede sin su educación.

Desde el Nuevo MAS nos comprometemos a apoyar toda medida de lucha que las compañeras y los compañeros decidan, y también aportamos desde nuestra lista para las elecciones a diputados y senadores por la provincia, la perspectiva de que tenemos que luchar por un salario para vivir que parta de los 2 millones de pesos para todos los trabajadores, así también como la triplicación del presupuesto para educación y para salud y un plan de obras públicas que acondicione cada escuela de la provincia.

Ante los ataques del gobierno inhumano, estafador y oscurantista de Milei y su empleado en la provincia, Rogelio Frigerio, la educación pública la vamos a defender a capa y espada.

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