Contando los estados en los que ya terminó el recuento, en estos momentos Biden lleva la ventaja con 238 votos del colegio electoral (más de 69 millones de votos populares) y Trump tiene 213 votos electorales (67 millones del voto popular). Para ganar, cualquiera de los dos debe alcanzar los 270 votos electorales.
Los estados todavía en disputa son:
Pensilvania. 20 votos electorales (Trump lleva la ventaja del 9% con el 64% del recuento realizado)
Carolina del Norte. 15 votos electorales (Trump gana por 1% con el 94% del recuento)
Georgia. 16 votos electorales. (Trump, gana por 2% con el 94% del recuento)
Michigan. 16 votos electorales (gana Biden por 1% con el 96% del recuento)
Wisconsin. 10 votos electorales (gana Biden por 1% con el 95% del recuento)
Nevada. 6 votos electorales (gana Biden por 1% con el 67% del recuento).
Carolina del Norte y Georgia parece que se definirán por Trump, lo que sumaría 31 votos electorales, dejándole al candidato republicano un total de 244 votos electorales firmes. Wisconsin y Nevada los analistas creen que serán de mayoría demócrata, lo que le aseguraría a Biden 16 votos electorales más, con un total de 254.
Los estados definitorios estarían siendo Michigan y Pensilvania. En el primero, el recuento ya casi termina pero la diferencia es demasiado estrecha (hay 16 votos electorales en disputa). Si Michigan se define finalmente por Biden, la elección final está hecha y los demócratas se alzaron con el triunfo. Sin embargo, la diferencia sería tan estrecha (270 a 268 votos electorales) que se abriría la caja de Pandora de la resolución por otras vías.
Pensilvania puede ser el estado del escándalo. La ventaja de Trump como reflejan los números actuales no es tal: todavía ni siquiera comenzaron a ser contados los votos por correo, que se descuentan serían ampliamente demócratas. Se trata de unos 3 millones de votos que sin duda volcarían la definición hacia Biden. Son precisamente esos votos los que Trump pretende desconocer y llevar la definición hacia la Corte Suprema, para que no sea ni siquiera el antidemocrático sistema electoral estadounidense el que defina sino los jueces que le responden a él. Ni hablar del votos popular: Biden lleva una ventaja de dos millones y medio de votos.
La política de Trump está siendo la del fraude, liso y llano.