¿Un gobierno con más pasado que futuro?

En Lomas de Zamora quedó al desnudo el fin de la legitimidad del ajuste fiscal, del ajuste a lo público, un pilar económico y político del gobierno. La continuidad del gobierno expresa al régimen actuando para contener, incluido aquí el peronismo, que vota en el parlamento, pero se niega a movilizar, ni la CGT a convocar a medidas de paro y acción contra el gobierno aberrante, y a la espera de las elecciones.

Todo gobierno y todo proyecto político necesitan un relato, una apelación al colectivo social que presente el interés de la propia clase como un interés transversal, general o al menos de una porción social suficiente que legitime sus acciones. Pero, evidentemente, con esto no basta. Además, otros tienen que acompañarlo, apoyarlo, sentirlo como propio y depositar expectativas en que esa representación de los problemas y las medidas para solucionarlos sean coherentes, incluso si esto ocurre de manera pasiva.

Días atrás, el desborde de vecinos de Lomas de Zamora a una caravana oficialista con más policía y agentes de seguridad privados que simpatizantes reales de Milei, escenificó el quiebre del relato anarcocapitalista y su fracaso. Un relato que nunca logró hegemonía social (recordemos que Milei ganó las elecciones vía ballotage que genera una falsa mayoría social, y por 56% contra 44% de Massa) pero que fue acompañado de manera pasiva; es decir, sin capacidad de movilizar en las calles, por una mayoría social que venía desilusionada por los gobiernos peronistas y el breve gobierno de Macri. Un balance lapidario que puede resumirse en que el país no crece hace 15 años.

Frente a esto, y en el marco de un clima mundial reaccionario, en que la extrema derecha comenzó a ganar presencia, Milei irrumpió con un discurso “anticasta”, enemigo de lo público (el Estado en su relato) y de la “justicia social”, denunciándolos como un artilugio de los gobiernos anteriores para “robarle a la gente”, y agitador del anarco capitalismo, del ajuste fiscal, de los salarios en dólares, y de un discurso de odio oscurantista y reaccionario contra los derechos sociales y democráticos adquiridos, desde las condiciones de vida y salariales, hasta la protesta social y la diversidad de género. Su discurso había logrado estatus de relato y sus ataques legitimidad en un sector parcial de la sociedad.

La experiencia transcurrida luego de un año y nueve meses de gobierno, no sin sobresaltos (recordemos por poner sólo algunos ejemplos, la movilización histórica contra el ataque a las Universidades, la marcha en repudio a la igualación de homosexualidad a pedofilia por Milei y, a otra escala, la movilización de la comunidad de discapacidades y jubilados) ha dado un salto. Sobre la base de una pésima y cada vez peor situación económica, desde la que las amplias mayorías trabajadoras miran en perspectiva el relato de Milei sobre las causas de los fracasos de gobierno anteriores y los beneficios de su motosierra, se fue ensanchando una brecha. En esa brecha cayó una bomba. El robo flagrante de los fondos para las discapacidades orquestada desde la cumbre del poder con Karina “El Jefe” Milei a la cabeza, tocó una fibra sensible. En los barrios se conoce como “rastreros” a los que le roban a los propios vecinos, a los laburantes. Pero una cosa es ser rastrero, y otra cosa es ser gobierno supuestamente “anticasta y anticorrupción”. Varios subsuelos abajo del rastrerismo, está el antro del robo mileísta a los discapacitados y sus familias.

Este hecho actuó como un verdadero“principio de revelación”. El ajuste fiscal que implica el retiro del Estado del financiamiento a la salud, la educación, las jubilaciones, la asistencia a las discapacidades, la quita de los subsidios a las tarifas del transporte, luz o gas (que actúa como salario indirecto y sin los cuales el salario real se desploma aún más). En definitiva, el relato del “ajuste a lo público” y de las condiciones de vida para luego salir adelante, que un sector social asumió como compromiso, se reveló como una farsa. El relato de una banda de estafadores usando lo público para el enriquecimiento privado, la muerte del relato. FIN.

La escena de Lomas de Zamora dio cuenta de otro elemento de fondo: las relaciones de fuerzas se hicieron públicas una vez más en defensa de lo colectivo. Signos vitales de una sociedad con muchos lazos solidarios, con mucha empatía como para cruzarse de brazos ante las injusticias más graves, sustrato propicio e inconmensurable para una sociedad sin explotadores ni explotados, ante un Estado capitalista que falla hace décadas. Exactamente lo contrario a una sociedad de suma de partes, de meros individuos, de la guerra de todos contra todos que añora el proyecto anarcocapitalista de Milei.

En esa escena antecedida por las escaramuzas en Junín, y seguidas por la de Corrientes y por un cierre de campaña provincial militarizado y sin gente en Moreno, quedó al desnudo el fin de la legitimidad del ajuste fiscal, del ajuste a lo público, un pilar económico y político del gobierno. La deslegitimación del ajuste fiscal en una mayoría social de trabajadores y sectores populares, que no se ha expresado aún como una irrupción de masas, pero sí como un clima social de bronca explícita contra el gobierno y de vuelta a la vida, es el dato más grave y mortal para el gobierno de Milei.

Sin ajuste fiscal no hay Milei ni anarco capitalismo. Visto desde el interés de la burguesía: si Milei no puede cumplir, no ya con las contrarreformas pos octubre, un horizonte temporal completamente incierto, sino siquiera con este principio existencial de su proyecto que necesita de la anuencia de al menos un sector de la sociedad no minoritario: ¿para qué está? Ese “elefante blanco en la sala” ya no admite omisión. Es lo que apuntan las cientos de editoriales escritas en los últimos siete días por lo más granado de la burguesía política como Liotti, Jacquelin, Yebra, Donovan, entre otros, respecto de la necesidad de refundar al gobierno luego de un (difícil de imaginar) “triunfo sanador” para el oficialismo en las nacionales de octubre.

Al escándalo de corrupción, una mecánica clásica de los regímenes capitalistas que aceitan las relaciones entre el Estado y la burguesía (en este caso la droguería Suizo Argentina) con coimas y dádivas, se sumó el intento de censura previa y de allanamiento contra los periodistas Jorge Rial y Mauro Federico que divulgaron audios sobre el caso. Otra medida que cayó pésimamente mal y generó el repudio desde la izquierda, como el caso de Manuela Castañeira, hasta sectores del periodismo hasta antes de ayer simpatizantes. Llueve sobre mojado.

La propia idea de refundar el gobierno sobre otro programa o sobre la base de una coalición junto a otros partidos que asuman ministerios, por ejemplo, es admitir el fracaso de un grupo lumpen incapaz de generar alianzas, y orgulloso de esa impronta. Impronta que los llevó a romper diálogo, por nombrar el último de los casos, con Valdés recientemente electo a gobernador por la provincia de Corrientes con el 52%, a quién extorsionaban para que se corriera y diera su lugar a un candidato de LLA que sacó el 8%.

Otros burgueses económicos y políticos como el caso del Madanes Quintanilla, dueño de Aluar, además de FATE, adelantan tácitamente un paso reglamentario (de no mediar un estallido social en regla, algo que no se puede descartar) en caso de que Milei se viera obligado por presión y circunstancias a la renuncia: la asunción de Villarruel a la presidencia. Una recorrida de la vice y amiga de Videla junto al magnate por la planta de neumáticos en San Fernando, en plena crisis de gobierno, visita que fue repudiada bajo la consigna de “persona no grata” por la agrupación Marrón y la Naranja, dieron un guiño en ese sentido. Hay recambio posible.

Varios sectores de la burguesía económica que también reclaman al gobierno por el ajuste fiscal. Desde luego, no por la parte que iba a salarios estatales, salud o educación, sino a aquella parte destinada a infraestructura, como son las rutas. El retiro del Estado en la mantención de vías férreas para transporte de carga y caminos impacta en los costos de producción y hacen una odisea el traslado de las mercancías, y echaron por tierra las inversiones extranjeras. Incluso la exención impositiva a las mega mineras impulsadas por el RIGI han tenido cero impacto en nuevas inversiones, ante la queja de las multinacionales que hay otros países con recursos mineros, sin impuestos significativos y con mejores rutas.

El punto común entre los grandes capitalistas y Milei en lo que refiere al ataque a los salarios y las condiciones laborales queda corto respecto de otros intereses generales, como el resguardo de la infraestructura general del país que, en la medida que el Estado se retira, quedan vacantes y expuestas al deterioro. El rechazo en el Congreso a las medidas de Sturzenegger al frente el Ministerio de Desregulación que eliminaban Vialidad, además del INTI e INTA, fueron una cachetada para el gobierno, que había prometido llevar a la justicia las medidas si no pasaban el filtro del parlamento. La pérdida de control del gobierno lo obligó a retroceder de esa pretensión. Para qué insistir con eliminar ámbitos que también son de interés para la burguesía, y exponerse a un rechazo traspié en la justicia. Un retroceso acorde a la coyuntura crítica de un gobierno en crisis.

Sumemos por último el giro económico anti anarco capitalista de intervenir en la compra de dólares por debajo del techo de la banda (hoy en $1470) para evitar una devaluación antes de octubre. Dólares que deberían ir a parar al pago de los U$D 20 mil millones de vencimientos del 2026, y que le hace sudar la gota gorda al FMI que, aunque no quiere soltarle la mano al gobierno, mira con preocupación el destino del préstamo de abril. Con la tuya, FMI!

Un manotazo que se suma a los encajes de los bancos (porcentaje que deben inmovilizar sin poder prestarlos ni usarlos en la timba) a niveles históricos del 55%, similares a los que puso Menem a la salida de la hiperinflación, o las tasas exorbitantes de hasta 70% de interés anual que reciben los bancos por mantener los bonos del Estado, una política económica recesiva con la que los sectores financieros hacen enormes negocios, pero que liquida el crédito necesario para el funcionamiento del sector productivo.

Grave crisis de gobierno, contenido por las próximas elecciones y el régimen

Mientras que la idea de crisis terminal recorre las notas de periodistas como Liotti o Tenembaum, el régimen conserva su salud. El Congreso ha tenido un protagonismo como fiscalizador y limitador de las iniciativas de Milei como no había ocurrido desde el inicio del gobierno, cuando la Ley Bases bis pasó como si nada. La justicia ha dado lugar a una rápida investigación de los casos de corrupción, con los contrapuntos del fallo censurador del juez Maraniello, acusado de acoso y abuso sexual por varias de sus empleadas. Y las elecciones siguen marcando el timing del recambio de poder.

Por esto, aún ante la grave crisis del gobierno, Milei sigue al frente del país. La continuidad del gobierno expresa al régimen actuando para contener, incluido aquí el peronismo, que vota en el parlamento pero se niega a  movilizar, ni la CGT a convocar a medidas de paro y acción contra el gobierno aberrante, y a la espera de las elecciones. Sin la válvula de escape electoral, otra sería la situación.

Desde luego que esto no quiere decir que ante un fuerte traspié electoral del oficialismo incluso en las elecciones provinciales del inmediato 7 de septiembre, no pueda haber nuevos momentos de zozobra. Ni qué hablar del caso que la derrota del gobierno se exprese en las urnas también en octubre. En ese caso, otros mecanismos deberán actuar ante el derrumbe del gobierno, sea vía coalición de gobierno, renuncia de Milei y recambio institucional, o incluso eventuales Asambleas Legislativas, como ocurrió durante el 2001 con una crisis mayor por la rebelión popular y el “Que se vayan todos”, un mecanismo de “último recurso” (sin obviar las Asambleas Constituyentes)  .

Pero la lucha de clases no siempre respeta los tiempos institucionales. La crisis social en aumento, el malestar y el descontento podrían traducirse en nuevos desbordes e incluso irrupciones masivas en el próximo periodo. La contención del peronismo y la CGT podría resultar insuficiente. Otras compuertas podrían romperse.

En lo inmediato, el resultado de septiembre tendrá implicancias nacionales aun siendo legislativas provinciales. Una derrota cualitativa de LLA, aun cuando el peronismo, sin programa alternativo, hace todo para no ganar o para ganar por el menor margen posible, como lo muestra la inexistencia de su campaña, podría acelerar los tiempos políticos y meter aún mayor ruido en la economía. En todo caso, se descarta una enorme abstención que dejará a cualquiera de los ganadores con porcentajes bajos en relación a la totalidad de los habilitados para votar, un signo de debilidad para cualquiera de las alternativas triunfantes.

En este marco, el Nuevo MAS ha desarrollado una gran campaña con la ambición de representar las necesidades de las y los trabajadores, mediante el reclamo de 2 millones de salario mínimo. Contra viento y marea, y enfrentando campañas millonarias, de los partidos y coaliciones capitalistas como Fuerza Patria o LLA e incluso, aunque a otra escala, pero también millonaria, del FITU. Campaña con la que dimos puntapié inicial a las elecciones nacionales de octubre.

De regreso a octubre

Luego de 14 años de PASO proscriptivas, y en medio de una enorme crisis, volvemos a participar con candidaturas efectivas para las elecciones en la mitad de las provincias del país, y con una de las principales referentes de la izquierda, como el caso de Manuela Castañeira, que viene de realizar una gira por las ciudades de La Plata y Mar del Plata.

Competiremos por ingresar de manera directa al Congreso en una pelea durísima contra los enormes aparatos del peronismo y LLA, pero también del FITU, que se ha negado abiertamente a llevar adelante una coalición junto con nuestro partido. En este caso, Manuela Castañeira, una compañera militante y trabajadora no docente que enfrentará a Nicolás Del Caño, una figura con acumulación de desgaste tras años de presencia parlamentaria y que, además, también viene de encabezar la lista de la Provincia de Buenos Aires, dándole la oportunidad a los simpatizantes de la izquierda a que elijan por quién se sienten mejor representados y de renovar a la izquierda. Se suman a la batalla por la renovación de la izquierda nuevas y jóvenes figuras, como Julia Di Santi en Córdoba y Federico Winokur, y de tradición, como Héctor “Chino” Heberling en CABA.

Las elecciones de octubre se presentan como una gran oportunidad para el Nuevo MAS, donde el debate salarial estará al tope de las problemáticas, y con la novedad del abandono del resto de la izquierda respecto de este reclamo, que es el más sentido por las y los trabajadores. Nuestra principal consigna será la necesidad de elevar los salarios a 2 millones de salario mínimo en todo el país, y vamos a desarrollar una enorme campaña para  ingresar al Congreso y hacer un escándalo por este reclamo.

Junto con esto, daremos a conocer un Manifiesto anticapitalista para demostrar la posibilidad de llevar los salarios a estos niveles como punto de partida, y de otras medidas estructurales para terminar con una década y media de estancamiento económico, en el marco de impulsar el control y dirección democrática de la economía por parte de las y los trabajadores, ante los sucesivos fracasos de los gobiernos capitalistas y anarco capitalistas.

Una campaña que buscará colocar a nuestro partido entre las voces que representen a los trabajadores y trabajadoras en el Congreso, a la vez que impulsará toda instancia de lucha que se presente en el periodo que tenemos por delante. La policrisis que se desarrolla en el país puede tener expresión tanto electoral como de nuevos eventos de conflictos en las calles por la movilización de sectores de la educación, de la salud, de jubilados o de sectores populares. Nuestra campaña anticapitalista que va de abajo hacia arriba tendrá un ojo puesto en cada evento de la lucha de clases que pueda ocurrir, para visibilizar y contribuir a su máximo desarrollo con nuestra participación activa. Combinada con una agitación sistemática para que las necesidades de las mayorías sociales sean escuchadas en el Parlamento.

Sumáte al lanzamiento de campaña de Manuela Castañeira, el próximo 19 de septiembre en Puán, y construyamos juntos una salida anticapitalista para el país.

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