Indignante: Gerente de Jetlimp alienta a «manosear y violar» a las trabajadoras para que renuncien

En el repugnante audio que se filtró, el gerente dice: "tenés que convencerlas, cogerlas, violarlas, manosearlas. A ver, hace lo que quieras Luis, pero las minas tienen que salir renunciando". Un caso extremo de misoginia y explotación laboral.

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Días atrás se conoció el escandaloso caso que denunció ante la justicia laboral un grupo de trabajadoras de la empresa de limpieza JetLimp. A través de audios difundidos por Cosecha Roja el gerente de la empresa sugería a los supervisores que con distintas formas de violencia laboral y machista, incluso con el delito de violaciones, se forzara a las trabajadoras que “sobraban” a renunciar.

Una empresa tercerizada de un rubro considerado esencial durante la pandemia por el Covid-19 ha mostrado el maltrato, violencia machista y discriminación que acostumbra a descargar en su relación laboral contra sus empleadas. Esta vez se filtró y salió a relucir la forma aberrante en que el gerente habilitó a presionar a las mujeres trabajadoras para que renuncien si se negaban a trabajar, dado que consideraba que había personal de más.

“A ver qué parte no entendés que tenés gente de más boludo (…)tenés mujeres(…) Vos tenés que cubrir la carga horaria, a ver, tenés mujeres, subilas a una máquina, tenés mujeres hacelas fregar, sino las tenés que echar (…) Con los encargados tenés que convencerlas, cogerlas, violarlas, manosearlas. A ver, hace lo que quieras Luis, pero las minas tienen que salir renunciando. No tengo lugar, entonces las tenés que hacer renunciar”

Las condiciones de superexplotación y sobrecarga de trabajo son la regla en este rubro, más en el contexto actual. Tal como se demuestra en otro fragmento de los audios, el gerente reclamaba:

“Bueno Luis, esa que te está llamando que está descompuesta, llamala y decile, loca vení a laburar que te voy a echar. Llamala y amenazala, no podés ser tan buenito”.

En este caso se refería a una trabajadora de nombre Mari, quien vive en la Villa 21 de CABA y trabaja para JetLimp hace diez años. Tiene artritis y también la enfermedad de Chagas, está dentro de los grupos de riesgo y además acudió a una guardia por un fuerte dolor de rodilla. Ante la recomendación médica de solicitar una licencia para reponerse y no exponerse al contagio, la empresa no le reconoció la misma y dejó de pagarle su salario desde entonces.

En su caso denunció a JetLimp ante el juzgado de primera instancia del fuero laboral n°50 que resolvió a su favor y ordenó le sean abonados los sueldos adeudados. El argumento de la empresa era que su enfermedad no estaba incluida en la lista de la resolución MTEySS 207/2020, según relató Mari a InfoGremiales.

Este caso no es la excepción frente a esos pedidos que hacen a los derechos de cualquier laburante, la empresa y sus jefes responden así:

“Yo necesito que cumplan la carga horaria. Poné a las mujeres a fregar con una mopa. No se les cae el útero ni la matriz por una rotativa, ponelas a laburar.” En una muestra clara de lo que significa el pensamiento de los empresarios capitalistas y machistas, decía: “¡Que se muera en el servicio!”.

Esta empresa tercerizada brinda servicios de ahorro de personal de planta a empresas de supermercados como Coto y Día %, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el shopping Alto Palermo, y otras grandes empresas.A pesar de las grandes ganancias se ahorran fortunas a costa de una empresa que maltrata, hostiga y exprime a sus empleados/as, rebajando y despreciando aún más a las trabajadoras mujeres.

Quedó claro que los problemas de salud y accidentes laborales no importan a la empresa que obliga a “cumplir horario” a costa de la salud e incluso la vida de sus trabajadoras/es. En un audio de una gerente de Recursos Humanos se escuchaba:

“Le decís que ella sale de ART de licencia y sabe que está afuera. ¡Ya decile! No sé cómo hizo para golpearse con un tacho de basura la cabeza” en otro fragmento el desprecio y la discriminación eran insoportables: “Andá al kiosko, comprate una gotita y pegasela en la cabeza a la idiota esa”.

Entre los servicios que ofrece este tipo de empresa por la pandemia están los de desinfección en lugares de trabajo de todo tipo, oficinas, fabricas, clínicas, etc. Generalmente se solicita que las personas que trabajan no posean más que un título secundario y se sometan a horarios rotativos. Se arroja al trabajo a este grupo esencial con elementos de protección insuficientes, quedando a merced del virus. Lo peligroso también es presentar una queja, un reclamo por sus derechos porque puede ser a costa de su fuente de trabajo.

Todo esto deja en evidencia que para las empresas “esclavistas” de limpieza, como JetLimp, todo vale. Si las mujeres son mano de obra “sobrante” se las descarta, invitando a los supervisores a cometer delitos contra la integridad sexual de las compañeras. Hostigar, violentar, descartar como si no fueran vidas que merecen respeto, ni hubiera familias que alimentar o proyectos de vida que sostener. La superexplotación en las empresas capitalistas y misóginas tercerizadas no deja de sorprender ni de indignar. Al momento, no hay información acerca de que el Ministerio de Trabajo de la nación vaya a tomar cartas en el asunto.

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