Argentina fue el único país en contra de votar una resolución para «Intensificar los esfuerzos en la prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra mujeres y niñas, en especial en el entorno digital».
Hubo otros países que se abstuvieron. Irán, que tiene institucionalizada la misoginia y la represión a las mujeres. Malí, país africano en el que se practica la mutilación genital femenina. Burundí, otra tragedia africana con discriminación legal a las mujeres. Rusia y Nicaragua, cuyos regímenes reaccionarios comparten la campaña de derecha contra la «ideología de género». Corea del Norte, que ya no sorprende a nadie con absolutamente nada. Pero Argentina fue más allá: votó en contra.
Así lo denunció Manuela Castañeira: «Este gobierno machista y misógino despliega en su comunicación oficial y a través de su aparato de trolls en las redes una catarata de discursos de odio y de provocaciones contra las mujeres y diversidades. Discursos de odio que habilitan pasar de las palabras a los hechos como se vio en el triple lesbicidio de Barracas. Es este gobierno nefasto el que se da el lujo de mostrarse al mundo como enemigo de las mujeres y de las diversidades, posicionándose a la derecha incluso de países cómo Afganistán e Irán. Pero que sepa Milei que este es el país de la marea verde, en el que conquistamos el aborto legal con la lucha y en el que el movimiento feminista va a pelear hasta derrotar los ataques a las mujeres y diversidades y para combatir la violencia de género.»
Ayer Argentina fue el único país en el mundo en votar en la Asamblea General de la ONU contra la resolución que establecía «Intensificar los esfuerzos en la prevención y eliminación de todas las formas de violencia contra mujeres y niñas, en especial en el entorno digital».
Este… pic.twitter.com/l9XAxN2g8Y
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) November 15, 2024
Como siempre, las resoluciones de la ONU no tienen ningún efecto práctico. Las potencias hacen lo que quieren y le dan el derecho a las naciones oprimidas a hacer votos simbólicos en contra. Pero nadie es tan tono como para creer que el voto en contra el gobierno quiso decir algo como: «queremos combatir la violencia a las mujeres y niñas pero esto no alcanza«. No, el gesto del gobierno de claramente el opuesto: son enemigos explícitos de la lucha contra la violencia de género. La consideran parte de la «agenda del marxismo cultural«, la teoría de la conspiración neonazi a la que los funcionarios de este gobierno adhieren.