Judiciales: Un salto al vacío hacia la flexibilización laboral

Las nuevas formas de trabajo se llevan adelante con la complicidad y entrega de la AJB, quedando la vida de los trabajadores y sus familias a merced de la Corte y la corporación de abogados

En tiempos de pandemia, entre números de muertos, infectados, recuperados, barbijos, respiradores y camas del sistema de salud, los trabajadores en una sobredosis casi psicótica de información, somos “alertados” del mundo nuevo que se viene. “Ya nada será igual”, repiten a cada momento mientras las patronales –con la complicidad de las burocracias sindicales y el propio gobierno- avanzan con despidos, suspensiones y baja de salarios.

En este marco, de manera cool instalaron la idea de “home office”, donde se lo presenta como una manera moderna de trabajo, pero esconde la verdadera cara del capitalismo en su mejor expresión: flexibilización y precarización laboral.

Para nada ajeno a todo esto, la Corte –fiel a su condición de patronal negrera- haciendo causa común con la corporación de abogados, avanza a partir de la implementación del “teletrabajo”.

 

El fordismo judicial

Esta nueva manera de trabajo para los judiciales poco tiene que ver con la situación de pandemia mundial, y menos aún con el cuidado de la salud de los trabajadores, circunstancia que son de absoluto desprecio por la patronal –Corte- y la corporación de los abogados.

El denominado teletrabajo trae una relación con la patronal y también con los propios compañeros.

En primer lugar, establece el aislamiento –pero no como preocupación de salud- sino como garantía de súper explotación. La atomización es garante de la individualización, dando pie así a los llamados telefónicos de funcionarios que no hacen más que apretar a los trabajadores.

En otro orden, implica una absoluta invasión a la privacidad de la vida del conjunto de los trabajadores, que ahora en el marco del teletrabajo, deberán llevar adelante sus tareas, mientras les preparan la mamadera a los chicos, o se organiza el almuerzo y la cena, o simplemente se disfruta del espacio propio. Es entregar nuestra cotidianeidad a la patronal.

Otra cuestión que se plantea es sobre los equipos que se utilizan para el teletrabajo. Los trabajadores deben poner al servicio de la patronal y los abogados las máquinas de su propiedad, exponiéndolas a un uso desmedido en horas y ante cualquier desperfecto o ruptura será un problema del trabajador, la reparación y/o su reemplazo. Es decir, debemos poner nuestros bienes a disposición de la patronal.

Un nuevo elemento que se ha incorporado en estos tiempos fue el de “cyber espionaje”,  hecho que la ministra de Seguridad naturalizó y justificó por los tiempos que corren. Es decir, que también nuestros equipos están expuestos a ser cyber patrullados por la patronal.

En conclusión, es cierto que nada será lo mismo después de esta pandemia, el gobierno y las patronales avanzan en una nueva forma de explotación e invasión de la vida de los trabajadores.

 

La AJB, un capítulo aparte

Es conocido que la composición actual de la directiva provincial de la AJB se compone de un sector –La Verde- que es capaz de negociar con el diablo con tal de mantener sus sillones en la sede de la calle 50; y, el sector hoy aliado –La Celeste- desde un programa vinculado al kirchnerismo y otras variantes del justicialismo tiene la fantasía que existen “patrones buenos” que creen en el país y zaraza zaraza.

El día 26 de abril en la página oficial llevan adelante una publicación dando cuenta de un “acuerdo” con la patronal –la Corte- en orden al teletrabajo, llegando algunas departamentales afines a la conducción gremial a titularlo (a partir de medios locales afines) como “histórico”; es decir, la AJB celebraba y festejaba su acuerdo con la patronal como un gran logro de los trabajadores.

Tan sólo 72 horas después refiere: “Por su parte, la Suprema Corte ha tenido una conducta desleal y ha actuado con mala fe en las negociaciones llevadas a cabo con la AJB, ya que los funcionarios del tribunal siempre manifestaron que la regulación y puesta en marcha del teletrabajo se realizaría en el contexto de sostenimiento del asueto con suspensión de términos”.

Es decir que la patronal en 72 horas, de la mano del convenio firmado por la AJB, avanza sobre nuestras vidas y los dirigentes dicen que se trata de una cuestión de “mala fe”. ¿Qué esperaban muchachos?

Desde  Judiciales Clasistas no vamos a decir que la actuación de la AJB ha sido de “mala fe”, vamos a ser claros, los dirigentes de la AJB consecuentes con su posicionamiento ideológico tienen una conducta genuflexa y de sometimiento a la patronal que a lo largo de los años han ido entregando nuestro salario y ahora entregaron nuestra privacidad y la salud de los trabajadores y sus familias.

Tampoco vamos a decir que no sabían lo que estaban haciendo: un salto inmenso en la flexibilidad laboral, a cambio de una promesa que duró 48hs.

Se inscribe la directiva de la AJB en un hecho histórico, en un momento histórico, ya sin ningún tipo de ropaje luchista, entrega la vida de los trabajadores en igual sentido que lo peor de la CGT.

La claudicación de la AJB viene de un derrotero donde año a año entregan cada una de las conquistas de los trabajadores, desde el silencio a la precarización de los compañeros de limpieza a manos de empresas privadas, a la exposición física de los compañeros de mandamientos y notificaciones y peritos, hasta las formas de teletrabajo que van a llevar a jornadas interminables, donde la vida de los trabajadores queda a criterio de los funcionarios.

La entrega del salario ha quedado chica, ahora la directiva de la AJB de la mano de la patronal –la Corte- van por más!

La AJB ha dejado de ser una cáscara vacía, ahora es un agente abierto de la patronal. Queda en manos de las y los trabajadores judiciales comenzar desde abajo la lucha y organización por la defensa de nuestros derechos.

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