La “cuarentena administrada” de Alberto Fernández se parece cada vez más a un irresponsable levantamiento de la misma. Es cierto que amplios sectores de la población están cansados de la cuarentena por justas razones, en especial las y los trabajadores informales, precarizados o que no tienen trabajo, así como también las mujeres que sufren violencia doméstica. Sin embargo, dejar correr el levantamiento de la cuarentena cuando ni de lejos se ha llegado al pico de casos es de una irresponsabilidad importante. El gobierno hace esto porque no ha tomado una sola medida real contra el empresariado; porque está sin fondos en medio de la pandemia pretendiendo seguir con el circo del pago de la deuda.

Levantar la cuarentena sin test masivos y laboratorios en todo el país es criminal. Hay que dejar de pagar la deuda, expropiar a todas las empresas que violen la prohibición de despidos o pretendan reducir salarios. Es hora de dejar de dar vueltas e implementar un verdadero impuesto a la riqueza y a las ganancias empresarias.

Y, sobre todo, hay que cuidar a quienes nos cuidan: testear sistemáticamente a todo el personal de salud para protegerlo, liquidar el doble empleo, rotar los planteles de los hospitales y formar comisiones de solidaridad e higiene en los servicios laborales esenciales para cuidar la salud de las y los trabajadores.

Tomemos en nuestras manos las tareas de higiene y solidaridad. El Estado es inútil y pretende monopolizar las decisiones que parecen “muy lindas” desde arriba pero que abajo no llegan. Es la sociedad oprimida y explotada la que tiene que tomar en sus manos la lucha contra la pandemia y la crisis económica con todos los recaudos sanitarios necesarios.