Desastre ecológico en el Litoral

Tras el tristemente histórico apagón que afectó a todo el país, Uruguay, Paraguay, sur de Brasil y ciudades de Chile, la paralización de la represa Yacyretá generó bruscos cambios en el río Paraná, generando una catástrofe en el ecosistema del Litoral.

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Foto: Twitter

 

El pasado domingo 16, Argentina sufrió el peor apagón de su historia. Más de 50 millones de personas se quedaron sin luz desde las 7 de la mañana. Pero las consecuencias no sólo se pueden medir en el plano productivo: la represa hidroeléctrica Yacyretá-Apipé (la más potente del país) salió de servicio y cerró sus compuertas, lo que provocó una bajante abrupta del río Paraná, lo que provocó una muerte masiva de peces. Miles aparecieron en las costas de las islas Apipé y de Ituzaingó.

¿Cómo fue que esto ocurrió? Cuando se registró la falla que sacó de servicio todas las líneas del Corredor Litoral, se activaron los sistemas automáticos del Sistema de Interconexión que, al igual que una llave térmica, su función es paralizar las centrales eléctricas. Como es automático, en Yacyretá provocó que se cierren todas las compuertas, lo que generó la brusca bajada del nivel del río. Cuando se abrieron de vuelta, el golpe de tal masa de agua tan brutamente mató a miles de peces, que fueron quedando en las costas correntinas.

Para poner en números, el hidrómetro de Ituzaingó marcó un nivel de 1,10 m (con picos bajos de 80 cm), cuando antes del apagón marcaba 1,72 m; más de medio metro por debajo de su cauce inicial. Hacia el mediodía, ya había retomado su cauce normal. Son estos cambios bruscos los que generaron el descalabro ecológico en la zona[1].

Yacyretá, lamentablemente, estuvo siempre en el ojo de la tormenta por las alteraciones ecológicas que generó desde su construcción. Según un estudio realizado por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE)[2], el embalse que generó la represa hundió bajo el agua a más de 100.000 hectáreas (es como decir cinco ciudades del tamaño de Buenos Aires), destruyendo sus biomas y condenando a la extinción a especies endémicas de plantas acuáticas que no pueden sobrevivir donde hay agua estancada.

Las consecuencias de la gestión capitalista no solo se sienten en el abandono y la desidia a la hora de planear las necesidades estructurales de la economía del país, sino también en las terribles consecuencias medioambientales que este sistema le produce al país y al mundo entero. El capitalismo lleva al planeta a su destrucción; la única salida es tirarlo abajo, una salida anticapitalista y socialista. Empezando por la estatización bajo control obrero de todo el sistema de energía eléctrica, con una administración que tenga como prioridad las necesidades del pueblo trabajador y el cuidado del medio ambiente.

[1]Ver https://misionescuatro.com/regionales/bajante-parana-isla-apipe/

[2] Influencias del embalse de Yacyretá sobre los ecosistemas costeros. UNNE, 2016

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