Vaya nuestro homenaje a Carlos Albarracín

Desde el Nuevo MAS queremos mandar un apoyo y un saludo muy grande a su familia, a sus seres queridos y a los que compartieron su vida.

Acaba de fallecer Carlos, el Pollo, a los 76 años. Es una triste noticia que nos golpea mucho a los que compartimos con él estos últimos años en el Nuevo MAS, pero también al resto de la militancia de izquierda y a muchos compañeros del movimiento obrero.

Es una tristeza inmensa ya que sus últimos años dio una lucha permanente frente a sus problemas de salud y las miserias de esta sociedad. Pero también, pese a esa situación, siempre fue optimista, siempre trató de comprender cuál era el camino para la emancipación de la humanidad. Y, hasta el último día, lo caracterizó su profunda fraternidad, su sensibilidad, una confianza plena en la clase obrera como motor de cambio en la sociedad y su compromiso militante.

Carlos era un cuadro obrero trotskista, un histórico. Entro en el año 72 en el PRT-La Verdad, que luego se llamó PST- Fue el primer obrero que ingresó al partido en Córdoba. Trabajaba en FIAT y a través de él conocimos a los compañeros de SITRAC SITRAM. Él acercó al Petiso Páez. Con la dictadura sufre la persecución como tantos compañeros. Trabajo en las grandes fábricas y pasó por muchas metalúrgicas de Córdoba. Fue un activista destacado en la UOM, delegado y apoyó de forma permanente a los trabajadores en lucha, a los municipales, los de ECOGAS y tantas otras. Orientando también a las nuevas camadas de activistas obreros. El Pollo era parte del clasismo de los setenta, era uno de los compañeros que sintetizaba toda una época pero que no se quedó en el pasado.

No solo eso. Carlos era un obrero militante, singular, con un nivel cultural que se destacaba dentro del partido, como su capacidad de estudio de los textos marxistas y con un poder de síntesis que llamaba la atención.

Su militancia también fue internacional. Ayudó a construir el partido en Brasil, cuando la LIT (CI) lleva adelante la construcción del PSTU. Fue un militante con una gran experiencia en el movimiento obrero y en la construcción internacional, un cuadro revolucionario. Siempre en todos los ámbitos su preocupación fue construir el partido.

Nos volvemos a encontrar con él luego del 2001, en medio de la crisis del viejo MAS, en un periodo muy duro en la Argentina y en el mundo, cuando la caída de los estados del Este y la disolución de la URSS era un tema ineludible en la militancia de la izquierda. Esta situación, lejos de amilanarlo, lo llevó a un profundo proceso de reflexión y conclusiones políticas para encontrar una perspectiva que lo acercaron al Nuevo MAS y ayudar en su construcción.

Recuerdo perfectamente cuando me vuelvo a encontrar con él. ¿Dónde? En una fábrica metalúrgica donde estaba trabajando, Fumiscor, y ante mi pregunta ¿qué haces vos acá?, el me responde ¿vos que haces acá? y había entrado ese día. Fue muy gracioso. Así era él y compartimos un buen tiempo en esa fábrica. Fue una hermosa situación que nos permitió retomar la discusión política. Nuestras conclusiones eran las mismas o parecidas. Él decía “no fueron Estados Obreros, no era la clase obrera la que gobernaba”. Realmente me impactó, incluso por su espíritu crítico, que le atañe hasta hoy a las organizaciones de izquierda. Y luego de un tiempo de intercambio, de conclusiones, se incorporó al Nuevo MAS participando activamente de su construcción.

Supo compartir y trasmitir sus experiencias y entablar un dialogo con nuestra juventud, la enriqueció, porque fue unos de los hilos de continuidad en la construcción de nuestro partido con las viejas generaciones del movimiento obrero y sus experiencias, y la experiencia también construye. Porque cuando alguien tan valioso comparte las posiciones de nuestra corriente internacional SOB y de nuestro partido, también fortalece a nuestro joven partido.

Como dijo un compañero, se nos va alguien inmenso y es muy duro despedirlo. Vaya un abrazo a sus seres queridos y a los que compartieron su vida.

En el Nuevo MAS sabemos decir que la construcción del partido y la revolución es intergeneracional. Se nos fue el Pollo, una vida militante para construir el partido, para lograr la revolución socialista, la verdadera autoemancipación obrera, en la que efectivamente gobiernen las y los trabajadores. Esta esperanza en la clase obrera y en la humanidad es lo que defendió hasta el último día.

Pollo, estate seguro tu esperanza está intacta en las nuevas generaciones que abrazan la causa del socialismo con la clase obrera en el poder.

Compañero Pollo, por el socialismo y la clase obrera en el poder.

Compañero Pollo, hasta el socialismo siempre.

Pollo, presente, ahora y siempre.

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