Milei, en minoría en el Congreso: el absurdo de la «penalización» del gasto público

Después de las derrotas del oficialismo en el Congreso, Milei hace propuestas para la tribuna como la "penalización" del gasto público.

La semana pasada, Milei perdió 12 votaciones consecutivas en el Congreso. Ni más, ni menos. «Vamos a vetar estas leyes que buscan llevar al país a la bancarrota. Son genocidas del futuro» dijo en su tono delirante en un discurso frente a la Sociedad Rural algunos días antes.

La mayoría de los bloques parlamentarios cómplices decidieron que demasiada complicidad se volvía demasiado costoso. Son los mismos que le cedieron facultades delegadas con la aprobación de la Ley Bases, que le permitió a Milei pasar motosierra y licuadora a jubilaciones y salarios. No es por convicción que actuaron como oposición, sino por necesidad. A millones no les cae nada simpático que el ajuste lo estén pagando los jubilados, el Garrahan, las Universidades y los discapacitados. Además, se vienen las elecciones legislativas, y para votar seudo oposición la gente mejor vota oficialismo o nada.

Entre las leyes aprobadas está el Financiamiento Universitario y la emergencia pediátrica en el Garrahan. Además, rechazaron los DNU de destrucción del Instituto Nacional del Teatro, la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal, el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, el Instituto Nacional de Semillas y la Comisión Nacional de Semillas, el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), el Instituto Nacional de Vitivinicultura; o instituciones como el Banco Nacional de Datos Genéticos.

No es nada casual que la agenda «opositora» en el Congreso haya sido el de la calle. De nuevo, no es la supuesta oposición la protagonista, sino la movilización. Fue el rechazo al ajuste en las calles el que le puso agenda al Congreso.

Milei está sintiendo en el Congreso también sus delirantes intentos de gobernar solo. El régimen político sigue apostando a que haga el «trabajo sucio» porque ninguna fuerza política capitalista tiene un programa alternativo.

Crisis del frágil «plan» económico

Sin el ajuste y la miseria a los jubilados, sin la destrucción de la salud pública, el esquema económico se desploma. Las derrotas de Milei en el Congreso desesperan a una gestión que tiene por base necesaria de su estabilidad la miseria para la mayoría.

Dijo Milei en cadena nacional: «Usando causas nobles como excusas, promulgan leyes que irremediablemente llevan a la quiebra nacional. Los proyectos aprobados por el Congreso, si los sumamos todos —que incluyen reinstalar la moratoria previsional, aumentar el salario de docentes y las pensiones por discapacidad, entre otros—, representan un gasto anualizado de prácticamente 2,5% del PBI. Esto implicaría un aumento del gasto público equivalente a una YPF por año o, dicho de otra manera, implicaría un endeudamiento adicional de más de 300.000 millones de dólares, o un incremento de la deuda del Estado Nacional del 70%.»

Pero es curioso como funciona: «ruina» y déficit fiscal es ajustar a los jubilados, pero no es «ruina» y déficit fiscal anunciar la baja de las retenciones al campo. Darle algo a los pobres es pobreza, darle mucho a los ricos es riqueza; así funciona el dogma «libertario».

Lo cierto es que la baja de las retenciones anunciada hace dos semanas tiene el mismo costo fiscal que la suba de las jubilaciones votada en el Congreso. «Lo curioso es que, en verdad, el costo fiscal de la «degenerada» ley de aumento jubilatorio y de la virtuosa baja de las retenciones es el mismo. Así lo reveló un informe privado elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) el último domingo, que precisó que la reducción parcial de los derechos de exportación anunciada por Milei el sábado «equivale al 0,2% del PBI».»

Milei está eligiendo empobrecer a los jubilados y enriquecer a los ricos del agro: «Es decir, Milei podría elegir no vetar el aumento a los jubilados en vez de quitarle impuestos a un sector acomodado como el campo y afrontar el mismo costo fiscal. O, alternativamente, podría promulgar el aumento del bono jubilatorio a 110.000 pesos junto con la extensión de la moratoria, dos medidas que, juntas, también tendrían el mismo costo fiscal que la baja de las retenciones.»

La bravuconada de la «penalización» del aumento del gasto público

Con la pompa ridícula que lo caracteriza, Milei dijo frente a las derrotas en el Congreso que «estaremos tomando dos medidas para amurallar el déficit cero y la política monetaria de este Gobierno». El primero sería que «el día lunes firmaré una instrucción al Ministerio de Economía de la Nación para prohibir que el Tesoro financie el gasto primario con emisión monetaria». El gobierno le instruye al gobierno para que no tome medidas que el gobierno no quiere. Toda una novedad.

«En segundo lugar, en los próximos días estaré enviando un proyecto de ley al Congreso para penalizar la aprobación de presupuestos nacionales que incurran en déficit fiscal.»

El absurdo es completo. Milei quiere proponer a los legisladores que voten una ley que los penaliza por tomar ciertas decisiones políticas. No solamente es completamente imposible que se imponga una ley así, la sola idea es ridículamente autoritaria. Propone convertir en crimen la toma de decisiones políticas colectivas.

Con esta gente, siempre hay que estar mirando con lupa lo que dicen. Hay que fijarse que su «instrucción al Ministerio de Economía de la Nación» es para «prohibir que el Tesoro financie el gasto primario con emisión monetaria». «Gasto primario» dice, lo que significa que no pueden emitir para pagarle a jubilados o al Garrahan pero sí para pagar deuda. Y es lo que vienen haciendo: no han parado de emitir, de ampliar la base monetaria, para pagar pasivos remunerados a los bancos. 

No es verdad que hayan hecho nada ni parecido a la «emisión cero». No lo hicieron en ninguno de los rubros de la base monetaria.

«Según el último informe del BCRA, la base monetaria creció un 97% en los últimos 12 meses. Sí, casi el doble, lo que muestra el desacople con el nivel de actividad. El agregado M3, que es la plata en los bancos y en el bolsillo, aumentó un 64%. Pero lo más jugoso está en los llamados «cuasi» pesos: pasivos remunerados como LECAPs y pases, que crecieron un 5,6% en solo 30 días» explicó un artículo de LPO. «El corazón del actual esquema es un pacto con el diablo financiero: ofrecer tasas altísimas para que nadie guste de comprar dólares. Claro que esas tasas tampoco se pagan con amor: se pagan con más emisión. El Estado imprime para sostener una fantasía financiera. Es como tapar una pérdida con otra apuesta, esperando que no se note.»

En su cadena nacional, Milei repitió la monserga de que «la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario» para justificar el dogma monetarista de que la emisión es la única fuente de inflación. Es imposible no preguntarse dos cosas. La primera: ¿cómo justifican la duplicación real de la base monetaria mientras repiten ese dogma? La segunda: ¿qué tipo de «fenómeno» creen ellos que es para nosotros, los que nos oponemos al dogma monetarista, la inflación? ¿Un fenómeno culinario?

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