Durante las últimas semanas el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la UBA y numerosas universidades y facultades de todo el país emitieron comunicados expresando la gravísima situación presupuestaria que atraviesa la educación pública, bajo un enorme ataque con el gobierno de Milei.
El gobierno dispuso que el presupuesto de este año para las universidades sea el mismo de 2023, mientras contamos con más de 200% de inflación interanual. De esta manera, los recursos para solventar los gastos de funcionamiento y los sueldos sólo alcanzan hasta abril, mayo o, en el mejor de los casos, junio, como denuncian las propias gestiones universitarias. Con Milei la educación pública, y en particular las universidades, están en peligro.
En ese marco, el pasado miércoles 21 de febrero se llevó adelante un importante Cacerolazo Educativo en Acoyte y Rivadavia, del que participaron mil personas. Se trató de la primera acción del movimiento estudiantil frente al gobierno de Milei. La iniciativa surgió de la asamblea del CEFyL (Filosofía y Letras UBA) a propuesta del ¡Ya Basta!, donde fue aprobada por unanimidad.
Con el paso de los días la convocatoria creció, sumando la adhesión de más de 10 centros de estudiantes, varias asambleas barriales, sindicatos docentes, Unidxs por la Cultura y otros sectores. Así se construyó una acción contundente cortando toda la Av Rivadavia durante 2 horas, sin ningún “protocolo” aplicado, expresando los reclamos por presupuesto, boleto educativo y salario para docentes y no docentes. La medida generó alto impacto mediático y mucha simpatía social. En estos días se están desarrollando convocatorias similares en distintos puntos del país.
El rol del movimiento estudiantil
El movimiento estudiantil en nuestro país tiene una enorme tradición de lucha. De la Reforma Universitaria al Cordobazo, pasando por los estudiantazos y el enorme peso de estudiantes y jóvenes en la marea verde, históricamente ha sido un sector fuertemente organizado y de peso en las luchas políticas más importantes de nuestro país. Además, la educación pública y gratuita es una conquista social inmensamente valorada, a pesar del desfinanciamiento y los ataques de parte de los diferentes gobiernos.
El ataque de Milei sobre la educación pública no tiene precedentes en los últimos años. La brutalidad del recorte en términos reales que significa el congelamiento del presupuesto universitario realmente pone en riesgo la continuidad de la educación pública como tal. Eso es lo que se ha expresado incluso en voz de autoridades hasta de la Franja Morada, que apoyó la Ley Ómnibus, que acostumbran recortar y hacer negocios con la educación, que hoy se ven obligados a admitir que el presupuesto actual implicaría el cierre de las instituciones.
En ese marco, la preocupación entre toda la comunidad educativa y, en particular entre les estudiantes, es inmensa. Se trata de una medida que directamente nos roba el futuro impidiendo que continuemos con nuestra educación superior. Esa bronca es la que se empieza a gestar por abajo y tuvo su primera irrupción en el Cacerolazo Educativo.
En este 2024, el movimiento estudiantil puede ser un factor de primer orden que, con el comienzo de las clases a mediados de marzo, puede irrumpir con fuerza en la situación política. Desde el ¡Ya Basta! apostamos a que el movimiento estudiantil aparezca con fuerza y vemos que hay condiciones para que sea un actor clave.
La gravedad del ataque de Milei a la educación pública pone en agenda la necesidad de preparar un gran estudiantazo que le dé una respuesta, retomando los métodos de lucha del movimiento estudiantil. Es fundamental impulsar movilizaciones y ocupaciones de facultades para enfrentar los ataques a la Universidad. Tenemos que generar un gran movimiento que pelee en defensa de la educación, contra el plan de Milei en general y que fortalezca la unidad obrero estudiantil, tanto luchando junto a docentes y no docentes, como acompañando a los sectores de trabajadores en general.
Construir un estudiantazo contra los ataques de Milei a la educación
Es claro que el movimiento estudiantil tiene un papel a cumplir ante el plan de ataque en toda la línea del gobierno de Milei. La defensa de la educación será una tarea central, tanto en la pelea por el presupuesto para sostener abiertas las universidades, como por el Boleto para poder llegar a cursar, y el salario para docentes y no docentes que hacen funcionar las universidades. Al mismo tiempo, el movimiento estudiantil históricamente ha estado enormemente comprometido con otras peleas, en apoyo a las luchas de los trabajadores, junto al movimiento feminista y de la diversidad, por causas democráticas y antirrepresivas, por la ecología, contra la precarización laboral y un largo etcétera.
En este marco, es evidente que hay una traba importante para la organización, que son los centros de estudiantes y federaciones, mayormente conducidos por la Franja Morada en primer lugar, y luego por sectores del peronismo. Estas organizaciones hacen todo lo posible por mantener a los centros de estudiantes pasivos, evitar la organización desde abajo o, en caso de que surjan acciones, contenerlas para que no vayan más allá.
Pero el nivel de ataque es tan grande, que incluso en algunos casos estas conducciones se van a ver obligadas a abrir espacios o convocatorias. Es el caso del CEFyL, conducido por el peronismo, que convocó a la primera asamblea general de la facultad en años, producto de la presión por abajo. El propio Cacerolazo Educativo fue votado a favor por la conducción del CEFyL, esperando una acción más pequeña y controlada, pero luego, producto de la enorme campaña del ¡Ya Basta! por instalar la acción, y la gran recepción que encontró entre les estudiantes, se convirtió en una convocatoria mucho mayor, que desbordó todos los planes de la conducción del CEFyL, que se vio claramente incómoda.
Por eso es fundamental pelear para arrancarle a estas conducciones que no quieren luchar asambleas, espacios de organización y movilizaciones. En ese proceso hay que fortalecer la organización independiente para poder desbordarlas.
Hay una realidad y es que el movimiento estudiantil genera empatía con la sociedad de manera muy profunda. Hay lazos estructurales, las facultades son un lugar de encuentro natural de estudiantes con los trabajadores de la educación. Enormes sectores de la sociedad son o fueron estudiantes, tienen hijes o familiares o amigues en la Universidad. La educación pública es una conquista social enormemente valorada, que permite proyectar un futuro a millones de personas. También las universidades son espacios de desarrollo científico y tecnológico, cultural y de representaciones del mundo.
Todos esos factores confluyeron en el gran impacto del Cacerolazo Educativo, y pueden verse en la pelea en defensa de la educación, que cosecha enorme simpatía en la sociedad. Muestra de esto es que el gobierno no pudo ni animarse a amenazar con represión al corte total de Rivadavia. Mientras movilizábamos desde la Facultad de Filosofía y Letras hasta el cacerolazo, vecinos aplaudían, tocaban bocina y sacaban fotos mostrando su apoyo a la pelea de les estudiantes.
Las universidades son puntos de concentración orgánicos de la sociedad, con grandes vínculos sociales e influencia. Por eso el movimiento estudiantil, que tiene una gran tradición de lucha, tiene la potencia de impulsar a la pelea y arrastrar a otros sectores menos estructurales de la sociedad.
Desde el ¡Ya Basta! peleamos porque el movimiento estudiantil entre en escena con todo. Lo decimos claramente: hay que construir un estudiantazo nacional para enfrentar a Milei, su plan de gobierno y sus ataques a la educación. Lo que está en juego es muy profundo, por eso apostamos a convertir las universidades en centros organizadores, donde el movimiento estudiantil se pueda unificar en las peleas con otros sectores, de trabajadores de la educación, barriales, culturales, etc. Les estudiantes ya han mostrado su capacidad de pelea en muchísimos momentos de nuestra historia, y lo que significa la construcción de una verdadera unidad obrero-estudiantil. Ese es el camino que tenemos que construir para enfrentar a Milei.