
Cuando desde el discurso se dice que se mantiene la cuarentena en las grandes ciudades, de la mano de Volkswagen, Prodismo y Sachs se levanta la cuarentena prácticamente en toda la actividad industrial de la provincia de Córdoba. Este es el acuerdo de los gobiernos de Fernández y Schiaretti, con la total sumisión del SMATA y la UOM. Un verdadero escándalo, son medidas que van aumentar los contagios.
Es una verdadera ruptura de la cuarentena, que es la única forma posible hasta tanto no se encuentre una vacuna para combatir este virus. Los grupos multinacionales de la industria automotriz y autopartista en la Argentina ponen por delante sus intereses económicos sobre la salud de los trabajadores. Se ponen a producir cuando el contagio del COVID-19 comienza a aumentar, no les interesa la vida de la población, ni de sus trabajadores ni sus familias, en cada paso que dan hay un frío cálculo capitalista,
En la Argentina como en muchos otros países se logró imponer criterios sanitarios, a pesar de la voracidad patronal. Sabemos que donde no se aplicó significó la muerte de miles de trabajadores como en las fábricas en Italia, que desató conflictos y huelgas: el gobierno y la patronal sabe que acá la clase obrera no está derrotada, y es por eso que la cuarentena es una conquista en un sentido de la fuerza de los trabajadores, es la forma de preservar la vida. Hoy se la quieren arrebatar.
Ahora con el verso de la cuarentena administrada quieren ponerse a producir, y diciendo que tienen «compromisos de exportación» los habilitan para abrir sus plantas, la verdad que tienen la excusa perfecta para vulnerar la única medida posible contra la pandemia.
Es decir están aceitando toda la industria para ponerla a producir de acuerdo a sus necesidades. Aunque la mayoría no solicitó autorización, ya picaron en punta en este centro industrial. Volkswagen quiere empezar a producir en dos turnos porque provee de cajas a las plantas del mundo, Sachs amortiguadores para la industria automotriz, Prodismo matrices para la industria, y detrás de estas se preparan el grueso de las autopartistas proveedoras, metalúrgicas y las plantas terminales de la industria automotriz.
Van a ver cómo reaccionan los trabajadores y si pueden imponer con acuerdo con la burocracia la vuelta al trabajo en medio de la pandemia. A las empresas sólo le importa su ganancia y no les interesa la salud de los trabajadores y su familias.
La burocracia sindical del SMATA y la UOM habilitan a mandar trabajadores al contagio
La dirigencia sindical desde que se largó la cuarentena obligatoria jugó a favor de la patronal: si dura la cuarentena pacta acuerdos salariales a la baja, suspensiones y despidos, y si se ponen a producir también a favor de la patronal ya que pacta un acuerdo para garantizar la concurrencia de los trabajadores en plena pandemia, cuando producto del aislamiento social cunde la desorganización. Aprovechan esta circunstancia para transar con las empresas y mandar al contagio a los trabajadores, porque se sabe que con el aumento de circulación de la población, que con el contacto estrecho entre obreros como todo trabajo industrial, aumenta la circulación del virus. No nos vengan que no exponen a los trabajadores al virus, porque el tema no es sólo las medidas sanitarias, sino evitar al máximo la circulación.
Dicen que con la patronal «discuten las medidas de higiene», pero ya está demostrado que las fábricas que se pusieron en marcha multiplicaron los contagios, una dirección sindical que represente a sus trabajadores debe impedir la puesta en marcha de toda planta que no produzca insumos esenciales, más aun en grandes concentraciones urbanas.