En recuerdo de Alejandro Torres (Ale Moto)

Qué difícil se hace despedir a un compañero querido como Ale.

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Hace pocos días casi de repente se fue, que tristeza cuando se va un compañero, un amigo con el cual compartiste tantas cosas.

Me toca escribir estas líneas para recordarlo, para reivindicar su vida, su lucha de cada día por lo que soñaba y se apasionaba: su familia, su trabajo arriba de la moto, la música y la militancia revolucionaria desde su condición de trabajador.

Ale era un tipo especial, cerrado, callado, pero abierto a escuchar y dar una mano solidaria a los que lo rodeaban,tenía convicciones firmes por las que peleaba en las circunstancias que le tocaran.Aunque no le gustaba figurar, siempre sumaba su granito de arena, pasaba desapercibido, pero justamente por su característica humildadsiempre estará presente.

Cumplía perfectamente una máxima que en algún momento acuñé que dice “cada uno en lo suyo defendiendo lo nuestro”, una manera práctica de explicar que cada compañero que en algún momento decide dedicar su vida (con sus tiempos y estilos) a la militancia y la construcción de un colectivo revolucionario, se hace más grande y más importante como sujeto, como persona, porque es parte de una confraternidad donde todos y todas somos iguales, con roles diferentes pero con la misma voluntad y convicción de que peleamos por el objetivo más humano que existe sobre la tierra: la liberación de los trabajadores y sectores oprimidos y la construcción de una sociedad libre de explotación y opresión.

Lo conocí en los años 90 en Avellaneda, estudiaba y militaba en la Escuela de Música Popular de Avellaneda, donde organizó un grupo de estudiantes para enfrentar los planes que tenía Menen de destrucción de la escuela pública.Y va el ejemplo de que siempre la actividad militante te puede abrir nuevas oportunidades, la presencia de Ale que estaba en el Centro de Estudiantes nos posibilitó enganchar una importante reunión que se desarrolló en la escuela a mediados del año 2001, donde se dieron cita los más importantes movimientos de desocupados de la zona sur, que decidieron la realización del primer gran corte de la Ruta 2 en la Rotonda de Alpargatas.La participación en ese multitudinario corte fue el inicio de nuestra intervención política en el movimiento piquetero, que luego desarrollamos con la formación del Frente de Trabajadores Combativos (FTC).

Otro jalón destacado fue su participación activa en la organización de los motoqueros.Miles de trabajadores despedidos durante el menemismo que laburaban con sus motos para repartir mensajería y productos por la Capital y el Gran Bs. As., encima de sufrir la exclusión de sus trabajos formales tenían que soportar el constante verdugueo de la yuta, motivo por el cual casi naturalmente cuando se desató la rebelión popular fueron protagonistas junto a miles de manifestantes del Argentinazo, que bajo la consigna del “Que se vayan todos” echó al gobierno de De La Rúa y cambió la historia política del país. Esa acción fundacional cristalizó en la fundación del SIMECA, Sindicato de Mensajeros y Cadetes, así callado y sereno como lo conocimos, Ale (Semilla para sus compañeros) fue fundador del combativo sindicato y Tesorero de la comisión directiva que abrió el primer local en Venezuela y Piedras en el Barrio de Montserrat.

Más acá en el tiempo, lo recuerdo en las noches que compartíamos en el local central de Chile, cuando terminábamos alguna actividad, alguna marcha y volvíamos a dejar las banderas y los bombos, momento para charlar y hablar de música, obvio de las grandes bandas de rock pesado, progresivo y blues de acá o de afuera. Y también me hacía la gamba cuando me quedaba hasta tarde escribiendo algo, un volante, un artículo para el periódico, y se acercaba a ver de que se trataba el tema y de paso también preguntaba que música estaba escuchando porque “no la tenía”.Una de las últimas veces recuerdo que sonaba en la compu Nick Cave &The Bad Seeds.

Días atrás lo despedimos en Wilde, abrazamos a los familiares, los rodeamos con amor, sus amigos, sus compañeros motoqueros y los compañeros y compañeras de militancia en el Nuevo Mas, presentes en la despedida.

A Ale lo quiero recordar con su sonrisa y sus lágrimas en oportunidad de la presentación del SiTraRepA, Sindicato de Base de Repartidores por Apps en el Ministerio de Trabajo.Estaba realmente conmovido y orgulloso al ver que una nueva generación militante, organiza a lospibes y las pibas que arriba de sus motos y bicis surcan las calles de la ciudad para luchar por sus derechos. Nos abrazamos fuerte con la íntima convicción de la tarea cumplida, de los desafíos que se vienen, pero alegres de que hay futuro.

Ale Moto ¡Presente! ¡Hasta el Socialismo siempre!

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