Notas a propósito del viaje internacionalista del ¡Ya Basta! y el SiTraRepA a Los Ángeles

La semana del 27 de julio al 2 de agosto, una delegación del ¡Ya Basta! y el SiTraRepA viajamos a Los Ángeles, cumpliendo una de las resoluciones del Plenario Nacional del ¡Ya Basta! para llevar nuestra solidaridad con la lucha de los migrantes contra la política de deportaciones de Trump y también como parte del SiTraRepA para avanzar en la preparación del 2do Congreso Internacional de Trabajadores por Plataformas a realizarse en abril de 2026.

En este viaje pudimos intercambiar ideas con compañeros que son parte de la organización de la nueva clase trabajadora en Estados Unidos y vienen siendo protagonistas junto a las comunidades migrantes de la resistencia contra la política racista y autoritaria de Trump. Luego del inicio de las redadas en esa ciudad el 6 de junio, se desató un importante movimiento, el Summer of Resistance (“Verano de la Resistencia”), protagonizado por jóvenes, trabajadores y comunidades migrantes, que le pusieron un importante freno a la política de Trump con enfrentamientos callejeros y decenas de acciones de protesta que se sucedieron durante más de un mes y aún hoy continúan.

Además, el viaje coincidió con el lanzamiento de una inmensa campaña por la afiliación de conductores por aplicación, que están dando una gran pelea para formar su sindicato a nivel estatal, el California Gig Workers Union. A su vez, pudimos tener una charla con trabajadores en la sede del sindicato intercambiando experiencias de organización y lucha y abriendo un diálogo entre la situación de Argentina y Estados Unidos. Y culminamos el viaje con un breve paso por la ciudad de San Francisco para acompañar acciones de lucha vinculadas a una demanda judicial contra Trump, por haber suspendido las protecciones para migrantes de diversos países con su política reaccionaria y xenófoba.

Se trató de una experiencia interesantísima, que deja una gran cantidad de reflexiones y conclusiones de un viaje exitoso.

La ciudad de Los Ángeles

El Gran Los Ángeles, es un área metropolitana que se extiende de manera continua, conformada por cientos de ciudades de 5 condados que se fusionan en un gran casco urbano, uno de los más grandes del continente y en donde viven más de 15 millones de personas. Es una ciudad enormemente cosmopolita, con comunidades de las más diversas regiones del mundo, la segunda más poblada de EE.UU.

Lo primero que impacta al llegar a Los Ángeles es el enorme contraste que hay en esa inmensa ciudad. Por un lado, es un centro económico, financiero, tecnológico, artístico y cultural, con un centro dominado por los grandes edificios de bancos y empresas, con zonas famosas por las opulentas casas de millonarios de Hollywood, etc. Y también llama la atención la modernidad de la ciudad, donde por todos lados se ven avances tecnológicos como la proliferación de vehículos autónomos (autos que funcionan sin un conductor), o hasta robots guiados por IA que llevan pedidos en ciertas zonas de la ciudad.

Por el otro lado, es una ciudad marcada por el abandono, con decenas de miles de personas que viven en la calle en carpas, autos o bajo los puentes. Se trata de trabajadores y familias que no logran pagar una vivienda, que fueron expulsados de las mismas, o que tienen problemas de salud, salud mental o adicciones: esas personas quedan abandonadas a su suerte sin ningún tipo de cobertura ni respuesta por parte del Estado. Tal es así que hay áreas enteras de la ciudad como Skidrow, donde son miles las personas desplazadas que viven en la calle sin ninguna protección.

También es sintomático lo que se observa en la movilidad en la ciudad. Se trata de una ciudad claramente diseñada para moverse en automóvil, que cuenta con un infinito flujo de vehículos por sus avenidas; lo que contrasta con una estructura de transporte público débil y de corte claramente clasista, donde las personas que se trasladan en colectivos, trenes o subtes son mayoritariamente los sectores trabajadores más pobres.

Del 6 de Junio al “Summer of Resistance”: la lucha contra la política racista de Trump

El primero de los objetivos del viaje era extender nuestra solidaridad con la lucha de los trabajadores y comunidades migrantes de la ciudad contra las redadas de ICE y la política racista de Trump.

El 6 de junio fue sin lugar a dudas un punto de quiebre en la Ciudad y en la situación política. Ese día por la mañana, tropas de ICE, la policía migratoria[1], junto a tropas del FBI y otras fuerzas, se desplegaron por diversos puntos de la ciudad y comenzaron con la cacería de decenas trabajadores migrantes, desplegando redadas y detenciones ilegales.

SiTraRepA

Lo sintomático y brutal de esas razzias es que tuvieron como objetivo trabajadores migrantes en sus propios lugares de empleo, como tiendas mayoristas de ropa, locales de la cadena de artículos de construcción Home Depot, lavaderos de autos, hospitales, escuelas, y otros. Es que los migrantes son una parte enormemente significativa de la fuerza laboral en Los Ángeles y todo EE.UU. La política racista y autoritaria de Trump, evidentemente, no tiene nada que ver con el supuesto discurso oficial que nadie cree de “expulsar delincuentes”. Está a la vista de todo el mundo cómo secuestraron sin orden de arresto a trabajadores, familias e incluso a personas que concurrían a sus citas judiciales para regularizar su situación migratoria: sencillamente una política de ultraderecha anti inmigrantes.

Pero lo que sucedió a partir de ese 6 de junio fue que amplios sectores salieron a las calles contra las redadas, con un claro protagonismo de la juventud. Organizadores sindicales y estudiantiles, miembros de organizaciones comunitarias, familias y comunidades migrantes salieron a enfrentar a la policía, dando lugar a días de lucha[2]. Durante varios días se sucedieron choques en las calles, movilizaciones de sectores más masivos o más de vanguardia, se decretó el toque de queda en el centro de la ciudad y Trump escaló desplegando a miles de miembros de la Guardia Nacional para reprimir.

Entre las acciones represivas de ese primer día, una acción de gran impacto fue la detención del dirigente sindical David Huerta, presidente del SEIU de California y ciudadano americano (razón por la que fue liberado a los pocos días), que fue golpeado, detenido y acusado de –supuestamente– “obstruir el accionar de la policía migratoria”. La detención de un referente de un sindicato ampliamente reconocido tuvo un gran impacto político y movilizó también a amplios sectores sindicales en el repudio de estas políticas racistas.

La respuesta frente a las redadas no se hizo esperar, y así fue que desde sectores de la vanguardia del movimiento laboral, junto a organizaciones comunitarias y de todo tipo, se puso en pie el Summer of Resistance (“Verano de la Resistencia”) con un acampe que duró 30 días en la “Placita Olvera”, a metros del edificio donde eran trasladados los detenidos. Desde ese espacio, impulsado por sindicatos y con importante peso de la juventud, se organizaron decenas de actividades y movilizaciones que nuclearon a varios miles de personas y a un activismo que salió a las calles con una infinidad de medidas. A su vez, el 14 de junio se llevó adelante la movilización “No Kings” en todo el país, de la que participaron más de dos millones de personas, en rechazo al autoritarismo y racismo de Trump. Estas acciones de respuesta fueron fundamentales para ponerle un freno a las razzias y detenciones, y culminaron en una decisión judicial de suspender las redadas contra migrantes en numerosos distritos de California, una orden que prohíbe a los agentes federales detener a personas basándose en su etnia o en el idioma que hablan.

Foto: Naomi Suzuki

La vivencia de los jóvenes y trabajadores que estuvieron incansablemente en las calles desde ese 6 de junio contra ICE y las deportaciones, es que Los Ángeles logró propinarle una derrota parcial a Trump. Prácticamente no hay zona de la ciudad que no esté intervenida con todo tipo de expresiones populares como pintadas, carteles, pancartas o consignas contra el ICE y Trump. Hay un nuevo piso en la conciencia, crece la bronca contra el gobierno entre amplios sectores, especialmente dentro de la juventud, quienes se ponen de pie y se preguntan cómo enfrentar a Trump[3], hacen sus primeras experiencias en el enfrentamiento contra la policía y se organizan para seguir enfrentando estas políticas.

La pelea es inmensa y se logró una primera victoria parcial, pero está lejos de haberse ganado la guerra. Trump salió golpeado del primer round en Los Ángeles, pero es un gobierno tremendamente agresivo y peligroso, que prepara una nueva ofensiva. Hoy, 6 de agosto, mientras terminábamos de escribir esta nota, recibimos noticias de los compañeros, porque esta mañana hubo nuevas redadas con decenas de detenidos, aun a pesar de la prohibición judicial que está vigente. La respuesta no se hizo esperar y esta noche ya se ha convocado una vigilia para enfrentar estas medidas, y el 12 de agosto realizarán un gran paro comunitario de 24hs. Los trabajadores, jóvenes y comunidades de Los Ángeles se preparan para nuevos enfrentamientos contra las deportaciones fascistas de Trump y orquestadas por el racista consumado Stephen Miller, subjefe de gabinete de la Casa Blanca.

La pelea por la sindicalización y la lucha contra los capitalistas del Siglo XXI

En conjunto con la resistencia contra las políticas de Trump, California, y en particular la ciudad de Los Ángeles, son también uno de los epicentros del recomienzo de la experiencia de organización sindical, un gigante que se va poniendo de pie en Estados Unidos. Es cierto que se parte de un piso bajo, con una tasa de sindicalización en torno al 10%. Sin embargo, los últimos años vienen mostrando un renacer de las luchas laborales en EE.UU., con importantes paros como hace décadas no se veían y campañas de afiliación sindical muy extendidas (como Amazon o Starbucks) que implican una inmensa pelea contra los ataques de los empresarios y sus políticas antisindicales, que hacen todo lo que pueden y más para impedir la organización. La expresión más clara de este proceso de recomienzo fue el “Hot Labor Summer” (“verano sindical caliente”) de 2023, nombrado de esa manera por la confluencia de múltiples paros y acciones de distintos sectores laborales.

Sindicato de Starbucks

Hoy, ese hilo de continuidad del Hot Labor Summer encuentra su próxima parada en la campaña de afiliación por el California Gig Workers Union, que apunta a formar un sindicato a nivel de todo el Estado de California para los conductores por aplicación que trabajan para Uber, Lyft y otras empresas. Se trata de la campaña de sindicalización más grande de EE.UU., que abarca a cientos de miles de trabajadores de todo California, que pelean por lograr ganar su sindicato. Al momento de llegar a Los Ángeles, pudimos ser parte del lanzamiento de esta campaña, que viene cosechando excelentes resultados, genera un gran entusiasmo y en donde la gran mayoría de los conductores ve que es el momento y se suma a formar su sindicato.

Por si fuera poco, esta campaña es doblemente importante, porque significa un nuevo enfrentamiento con las empresas, que hace tan solo 4 años vienen de gastar más de 200 millones de dólares (la campaña por una ley más costosa en la historia de California) para pasar la Proposición 22, que negaba los derechos laborales a los conductores. Poco tiempo después, los conductores se reorganizaron y ahora están peleando por pasar una ley que les permite el derecho a formar su sindicato y están tomando la tarea en sus manos.

La campaña del California Gig Workers Union da un enorme impulso a la organización de los trabajadores por aplicación internacionalmente, que continúan con su lucha por el reconocimiento de sus sindicatos, de la condición laboral y por sus derechos en todo el mundo. Es en este marco que avanzamos con la preparación del Segundo Congreso Internacional de Trabajadores por Plataformas, que se llevará adelante en abril de 2026. Este Congreso llega en un momento en que se está desarrollando un fenómeno mundial donde los trabajadores por plataformas irrumpen en todo el mundo: en Brasil se viene del inmenso Breque (huelga) de apps del 31 de marzo y 1 de abril, una de las acciones más importantes de sectores de trabajadores en ese país en el último tiempo y que continuó esta misma semana con una nueva acción en las protestas contra el evento multimillonario “Ifood Move” de la principal empresa de reparto brasilera. Al mismo tiempo, el SiTraRepA crece en su organización por el reconocimiento sindical extendiendo su trabajo por todo el país, así como crece la lucha de los trabajadores por plataformas en todo el mundo.

El Segundo Congreso es una importantísima expresión de una lucha internacional que crece, frente a la “economía gig” o trabajo por plataformas, que es la punta de lanza del capitalismo del siglo XXI, donde los empresarios utilizan las nuevas tecnologías para aumentar la explotación de los trabajadores, precarizar y recortar los derechos laborales. Además, conecta con un debate internacional en pleno desarrollo, sobre el impacto de la Inteligencia Artificial y los algoritmos para la gestión del trabajo. Todos estos elementos dan al Congreso una importancia inmensa, al ser un punto de referencia para organizaciones de trabajadores que pelean contra estas políticas del capitalismo del siglo XXI.

Se trata de un reagrupamiento sindical, pero también con características claramente políticas, de sectores de vanguardia de los trabajadores, que se organizan contra estas nuevas formas de explotación. El primer Congreso fue fundacional y está por delante para el próximo año la consolidación y desarrollo de este espacio de organización, que tiene un perfil claramente internacionalista e incluso anticapitalista, enormemente progresivo ante el mundo en que vivimos.

Este segundo Congreso llegará en un nuevo momento: el primero se desarrolló bajo el gobierno de Biden y en el medio de la discusión del Parlamento Europeo sobre regulación del trabajo por algoritmo. En esta segunda oportunidad, se va a realizar promediando el mandato de fuerzas de extrema derecha como Trump o Milei y mientras se desarrolla una situación mundial marcada por el genocidio en Gaza y las tendencias a mayores desequilibrios y choques entre las clases. Todas estas condiciones le dan un peso aún mayor a este Congreso, como espacio de reagrupamiento de sectores de trabajadores que están organizando la lucha contra la punta de lanza del capitalismo del siglo XXI y las nuevas formas de explotación. También tiene una profunda relación y solidaridad con la situación de los trabajadores migrantes (que son una inmensa proporción en el trabajo por plataformas a nivel global), expresa una organización internacionalista y muestra su solidaridad con la causa palestina, y refleja también las peleas feministas y por los derechos de las mujeres trabajadoras.

Por la construcción de un partido revolucionario en Estados Unidos

La experiencia transitada en este viaje deja planteadas una serie de tareas por delante. Está claro que el mundo en el que estamos está dominado en este momento por los ataques de la extrema derecha que nos quiere como esclavos. Pero al mismo tiempo, por abajo también hay una reversibilidad y existe otro fenómeno: es el despertar de un movimiento de masas, que tiene expresiones en la resistencia contra Trump y su política racista, en las experiencias de organización como el Congreso Internacional de Trabajadores por Plataformas o la campaña por la sindicalización del California Gig Workers Union.

Está claro que la situación está marcada en primer lugar por los ataques de la derecha, de los Trump. El capitalismo del siglo XXI es ultra agresivo, tiene un programa brutal de ataque a nuestros derechos, de intensificación de la explotación y de ataque a nuestras condiciones de vida. Pero en los últimos años se viene operando una lenta transformación en la conciencia: las discusiones con activistas, las posiciones, las ideas de cómo enfrentar estos ataques no son los mismos que años atrás, o que antes del 6 de junio en Los Ángeles. Los ataques brutales de Trump y de los capitalistas del siglo XXI generan respuesta, radicalizan.

«No Kings». Masiva manifestación en San Francisco

La juventud en Estados Unidos, como en el mundo, cada vez más está harta del capitalismo. Se preguntan cuál es la salida, cómo organizarse, cómo dar la pelea. Hay una nueva vanguardia en el movimiento sindical, que no solo pelea por las condiciones de trabajo o los salarios, sino que también se organiza contra el gobierno, contra las deportaciones, el autoritarismo, la represión. También en el movimiento estudiantil hay un despertar: el año pasado estuvo marcado por los acampes por Palestina en las universidades, hubo salidas de los estudiantes secundarios de clases a marchar en defensa de sus familias migrantes y protestando contra las redadas de ICE.

Lo que pudimos percibir en este viaje es que hay conciencia de la necesidad de organizarse y endurecerse para enfrentar a Trump. Pero hay enormes dudas sobre el cómo, la manera de consolidar los movimientos de lucha, y que no queden meramente en explosiones espontáneas como la marcha “No Kings” que luego se disipan.

Es claro que hay un límite dramático en la falta de un partido revolucionario, un partido de trabajadores. Es también producto de la presión del bipartidismo y el posibilismo, que se expresa en que “construir algo por fuera del partido demócrata es demasiado difícil y hay que intervenir dentro de lo que hay”. Pero al mismo tiempo, no hay activista que no exprese que hace falta construir otra cosa para enfrentar a Trump, a los propios demócratas y los ataques del capitalismo.

Se vienen grandes choques de clases y un mundo más radicalizado. Hay una oportunidad histórica si se superan esos límites, se rompe con el bipartidismo y se abraza la construcción de una alternativa para los trabajadores, un partido revolucionario internacionalista y socialista para dar la pelea para transformarlo todo.

[1] Se trata de verdaderos grupos de tareas con características fascistoides, profesionales de la cacería racista de seres humanos.

[2] Ver La batalla de Los Ángeles: la raza se planta contra la Casa Blanca en izquierdaweb.com.

[3] Que para colmo está inmerso en una grave crisis política producto de sus vínculos con Jeffrey Epstein.

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