«Estamos viendo tres encuestas» había dicho Larreta días atrás, «que fue lo que acordaron ellos [los posibles candidatos], para ver quién está mejor posicionado, con lo cual a lo largo de esta semana sabremos quién es el candidato único del PRO en la Ciudad de Buenos Aires».

Las encuestas fueron realizadas por las consultoras Isonomía, Aresco y Trespuntozero. Y el candidato que se impuso fue Jorge Macri, primo de Mauricio, presidente del PRO bonaerense y hasta este momento intendente del municipio bonaerense de Vicente López. Larreta hizo pública la decisión para mostrar una imagen de unidad, pero quien festejó la designación fue la presidenciable del ala dura del PRO, Patricia Bullrich. Lo mismo hicieron otros referentes del PRO como Grindetti, Ritondo y Waldo Wolff.

Palomas y halcones

Ya de por sí, el método usado para dirimir la interna porteña del PRO es curioso. Los últimos años demostraron (en todo el mundo) que las encuestas electorales son, cuanto menos, poco precisas y fácilmente manipulables. En las encuestas encargadas por el PRO, Jorge Macri acaparó un 18% de intención de voto y Quirós un 13%. También mide una intención de voto del 50% para JxC y un 20% para el FdT. Pero la muestra de estudio es de 1200 casos, en una ciudad con 2 millones y medio de habitantes.

En última instancia, lo que hace el PRO es instalar la idea de que el candidato elegido es objetivamente el más competitivo. De fondo, el contenido de la interna porteña no radica tanto en quién es más votable. No había demasiadas dudas sobre el mayor piso de Jorge Macri, quien gobierna territorio desde hace años, frente a un candidato sin cara como Quirós.

Lo que se discute dentro del PRO es qué plataforma se presenta en las PASO: una de gestión neoliberal clásica como la de Larreta o la de ofensiva reaccionaria y anti – obrera como la de Bullrich.