
Día tras día la intendencia de Llaryora sigue atacando a los municipales; en los últimos días le sacó la chapa a casi 400 inspectores, y les redujo el pago del 30% de bonificación, muchos de ellos activos en sus puestos de trabajo, a varios los trasladaron y a otros los desvincularon (una nueva figura que suena a despido).
La reacción de los trabajadores de la policía de tránsito no se hizo esperar, rodearon el Palacio 6 de Julio y exigieron una reunión con el intendente. Al negársela, impidieron el ingreso de los vehículos oficiales y Llaryora tuvo que entrar corriendo perseguido por los trabajadores. Fue una verdadera muestra que los ánimos se están caldeando.
La jornada en #Córdoba viene agitada. Docentes y trabajadores municipales salen a las calles en repudio a los ataques que vienen recibiendo por parte de los gobiernos.#ajuste pic.twitter.com/h8OAZtCDpd
— Eduardo Mulhall (@EduardoMulhall) June 18, 2020
El jueves 18 se estará llevando una marcha que todo apunta a que sea multitudinaria. Ni qué decir si confluye con la movilización docente.
La crisis económica, motor del conflicto municipal
Córdoba es en particular una provincia que viene concentrando los elementos de crisis política, económica y sanitaria, producto de la pandemia. En ese marco, está atravesada por numerosos conflictos sin resolver como el del transporte, la crisis del Poder Judicial. Es decir, se acumulan demasiadas tensiones y no hay miras de que eso cambie, porque se suma a una crisis económica muy grande.
Y por la crisis económica el gobierno provincial viene descargando una andanada de ajustes, un recorte a los altos salarios, a las jubilaciones, para luego liquidar el sistema previsional cordobés, seguido de un cheque en blanco al gobernador para negociar la deuda como le plazca.
La jornada en #Córdoba viene agitada. Frente a los ataques del gobierno docentes y trabajadores municipales del @suoemcordoba salen a las calles a luchar. Hay que unir las luchas para ganar. pic.twitter.com/VSLJoPpv9X
— Julia Di Santi (@JuliaDiSanti1) June 18, 2020
Pero además, para hacer frente a la crisis necesita controlar el inmenso presupuesto que maneja la Municipalidad de Córdoba, que concentra 1.500.000 de habitantes (la mitad de la población de la provincia) y el complejo industrial más importante de la misma.
El centro del conflicto municipal es la provincialización de la ciudad de Córdoba, es decir que el PJ de Schiaretti a través de su delfín el intendente Llaryora, toman el control de la recaudación y de la caja del municipio.
Como nunca antes, hay una unidad en los objetivos reaccionarios de avanzar sobre todo tipo de conquistas sobre los trabajadores, los jubilados, sectores populares, porque el control de la provincia y del municipio está en las manos del PJ de Schiaretti.
Para una gestión municipal neoliberal ajustan a los municipales
El ataque de Llaryora aprovechando la cuarentena quiere establecer un cambio estructural en el municipio que, en esencia, pasa por derrotar a los trabajadores municipales en sus conquistas salariales y convencionales, para avanzar en la tercerización de servicios y la precarización laboral. Toda una gestión neoliberal.
No es un ajuste más, van por un cambio estructural, y para eso es necesario derrotar a los municipales.
Las medidas principales: recorte de una hora de trabajo diaria a todos los sectores, a excepción de docentes y salud. Pase de una serie de beneficios con carácter no remunerativo, retiro de la chapa de inspector y del beneficio del 30% por el cobro de esa función a más de 600 inspectores, sobre un total de 1.300, desdoblamiento horario, barrer con los puestos interinos de supervisión, reducción de personal vía jubilación anticipada, y precarización laboral con monotributistas y servidores urbanos.
Es decir, ir a un régimen laboral con extensión de la precarización y reducción salarial similar a la provincia (desde que se inició el conflicto han perdido un 16% del salario en forma directa, sin tener en cuenta la inflación). Y por otro lado, provincializar para usos comunes la recaudación.
¿Cuál es el plan del gobierno para derrotarlos? Sostener una ofensiva reaccionaria
Para llevar adelante este cambio, la política del Llaryora en acuerdo con Schiaretti, fue dar un golpe rápido e inconsulto, sin ningún tipo de debate, ni negociación con los sindicatos. Es decir, un ajuste brutal sin margen para una eventual negociación.
A partir de la aprobación, no pasó día que el Ejecutivo no descargara medida tras medida. Es decir, es la aplicación lo más rápida posible de todas las medidas mientras los trabajadores están en cuarentena.
Por otro lado, precarizar y tercerizar servicios, ya, para de esa manera debilitar las medidas de fuerzas. Es decir, armar un verdadero ejército de rompehuelgas, que ejecuten los trabajos que llevan adelante los municipales, a través del ESOP, monotributistas, y los Servidores Urbanos (precarizados que cobran planes de $10.000).
Esta brutal ofensiva deja sin margen de negociación al SUOEM y a los propios trabajadores; la profundización de las medidas y una radicalización de la lucha es el único escenario que posibilita un triunfo.
La ofensiva reaccionaria de Llaryora tiene un punto débil, los elementos de crisis se aceleran y pueden desatar otras luchas que, sumadas a un conflicto largo, puede dar combinaciones con la posibilidad de unidad con otros sectores. La situación pospandemia será producto de la lucha de clases y hoy la estamos viviendo en Córdoba.
Los municipales no se quedan atrás y dan pelea porque tienen tradición de lucha
Son más de 11.500 municipales que trabajan en varias reparticiones, como Parques y Paseo, Salud, inspectores, Servicios Urbanos, administración, cementerios y tratamientos de efluentes, los CPCs, etc, con una alta tradición. Son trabajadores no derrotados, que siempre lograron imponer su relación de fuerzas y que contaron en cada repartición con un funcionamiento asambleario, con un gran poder de movilización y un gran criterio unitario en sus peleas, y en esa situación lograron sostener sus conquistas y salarios. Eso no quiere decir que no hubo quitas de conquistas, pero fueron los únicos que lograron aumentar el salario de acuerdo a los índices inflacionarios.
El ataque de Llaryora es tan brutal que no deja margen de negociación al SUOEM porque no es un ajuste más, van por todo el convenio y es por esta situación que, al verse todos los trabajadores afectados, recuperan la calle y las mejores tradiciones de lucha. Es decir, ante un ataque reaccionario, hay respuesta de los explotados y oprimidos.
La posición de los municipales hasta el último trabajador, es o “son ellos o nosotros” y que este conflicto es a la larga, “va a ser largo”, es un discurso unitario. (Tiene su peligro porque un conflicto largo también desgasta).
El plan hoy por hoy son las acciones por reparticiones, movilizaciones conjuntas, de la totalidad; es decir, van elaborando medidas diarias y sorpresivas, pero para poder ganar es necesario un proceso de radicalización en las luchas, de desbordes, como se vivieron hoy en la Municipalidad.
Es necesario unificar con otras luchas para poder ganar y un Paro Provincial
Desde el Nuevo MAS creemos que una de las tareas más importantes es la unidad con otros sectores, los docentes, trabajadores de la salud, Luz y Fuerza, incluso con los de UTA y AOITA. Sólo un proceso de gran movilización y lucha en Córdoba puede abrir un camino para parar el ajuste.
Los municipales también deben exigirles a los dirigentes sindicales de las dos CGTs que dejen de mirar para otro lado, ya que hasta ahora vienen convalidando el ajuste por omisión. Basta!! Que de cada lugar de trabajo salga el reclamo de Paro Provincial. Tienen la fuerza para imponerlo.
Desde el Nuevo MAS y la Corriente Sindical 18 de Diciembre venimos acompañando cada movilización y acción que vienen llevando adelante porque consideramos que es una lucha bisagra, porque del resultado de esta lucha estará planteado hasta dónde llegarán con el ajuste. Hay otros convenios que también quieren reventar, el de Luz y Fuerza, el del SURBAC, reducir el presupuesto de salud y educación y avanzar en toda la precarización en la provincia. Como toda lucha en curso, que no está definido el resultado de antemano, porque la disposición de los municipales es extraordinaria, es necesario el más amplio apoyo del conjunto de los trabajadores y la mayor unidad con otras luchas. Desde el Nuevo MAS nos ponemos a disposición para que triunfen.
¡No al ajuste de Schiaretti y Llaryora!
¡No a la provincialización del municipio!
¡Todo el apoyo a la lucha de los municipales!