Una revolución obrera a contramano de las tendencias del período

Después de las elecciones “fallidas” del 51, en las cuales el POR llama a votar nulo, las contradicciones ya estaban bastante avanzadas.

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“Las clases aprenden las dimensiones de su poder y la eficiencia de su poder no desde los análisis previos, que son todos incompletos o presuntivos o totalmente inexistentes, como consecuencia de aquellos límites cognoscitivos de ese tipo de sociedades en el momento de quietud, sino a partir de la práctica; aquello que pueden y aquello que no es lo que son”

R. Zavaleta Mercado, Clases sociales y conocimiento

Después de las elecciones “fallidas” del 51, en las cuales el POR llama a votar nulo, las contradicciones ya estaban bastante avanzadas. A pesar del electorado restringido a poco más de 105.000 votantes en un universo preestablecido de 211.000 electores en 1951, con una población que superaba los 3 millones de habitantes, el MNR, con su candidato Paz Estenssoro obtuvo 54.000 votos contra el segundo del PURS, que obtuvo poco menos de 40.000 (E. de Oliveira Andrade, La revolución boliviana).

Lo que representa esta elección es que el MNR tenía una base en los grandes centros urbanos; eso se reflejará tiempo después en querer adjudicarse el gobierno nacional, cuando la clase obrera haga el trabajo de destruir al ejército.

Ya hacía tiempo el MNR venía trabajando como tomar el poder por medio de una estrategia conspirativa y elitista, separada de los enfrentamientos directos o de la movilización de masas. Es por esto que trabaja oportunamente cuando en el 52´, después del primer día de combate, se retira de la contienda porque creía que el intento conspirativo había fracasado.

Por otro lado, el POR, tras el 3º congreso de la Cuarta Internacional, realizado entre agosto y septiembre en París en 1951, tomará una de las peores decisiones para el movimiento obrero boliviano y también internacional. La dirección de la Cuarta Internacional dirigida por Pablo y Mandel determinaba que el mundo se preparaba para una tercera guerra mundial que separaría al mundo en dos “campos”. Con esta justificación, la Cuarta Internacional se alinearía con la burocracia stalinista.

Lo que la Internacional determinaba era que todos los grupos trotskistas realizaran un “entrismo” en los PCs o los partidos nacionalistas de masas en el tercer mundo. Si bien hubo discusiones por parte de la sección francesa, la postura mayoritaria era disolver los núcleos de la joven organización internacional en las formaciones burocráticas o reformistas.

Es en este momento cuando comienzan las divisiones dentro de la Internacional; este curso escandalosamente oportunista tendría consecuencias trágicas en todo el mundo y de manera particular e inmediata en Bolivia. El POR cumplirá a pie de la letra lo que la dirección internacional había propuesto. Esto significaba dejarle todo el campo libre al MNR.

Así lo demuestran las resoluciones del Congreso dedicadas a América Latina: “Intervenir enérgicamente en ella con el propósito de impulsar lo más fuerte que sea posible la toma del poder por parte del MNR, sobre la base de un programa progresivo de frente único antiimperialista”.

Es así como el POR cambia vergonzosamente su política frente a la clase obrera. Bajo la influencia de las orientaciones de la Internacional se desvían de un curso de independencia de clase y empiezan a ver al MNR como el que tendría que conducir al proletariado, y no el partido revolucionario.

La gran tragedia del proletariado en Bolivia es que cuando éste más necesitaba de la dirección revolucionaria, ésta había abandonado la perspectiva independiente y cedía al partido pequeño burgués, que intentaría en el momento oportuno apropiarse de la revolución como “revolución nacionalista” y no obrera y socialista, como hubiera correspondido y para lo cual había tantas condiciones.

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