Tucumán | Quieren prohibir el aborto incluso en caso de violación

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Con una mayoría de legisladores peronistas, en Tucumán tiene ya la firma de más de la mitad de ellos un proyecto que busca criminalizar la interrupción voluntaria del embarazo incluso en casos de violación.

Es evidente que la votación antidemocrática del 8 de agosto en el senado cebó al oscurantismo clerical y evangelista, que busca retomar la ofensiva contra el movimiento de mujeres. La piel de cocodrilo de estos repugnantes militantes de la Edad Media parece ser más y más insensible a la vida de las mujeres cuanto más trágica se vuelve la realidad que las envuelve. Apenas hace dos días supimos de la muerte de una niña de 13 años por el abandono total en que se la dejó en medio de la pobreza, la falta de cuidados y de educación sexual, así como su derecho a la interrupción del embarazo. Que la muerte penda como espada sobre la cabeza de niñas, no importa, que no puedan decidir (ni vivir) es “tener valores”.

El proyecto de ley, presentado por el peronista Marcelo Caponio, busca le persecución policial incluso en los casos nacionalmente conocidos como abortos no punibles. Estos existen en argentina de forma clara a partir del fallo FAL de la Corte Suprema de 2012, en el que se permitió la interrupción voluntaria del embarazo de una adolescente de 15 años. Incluso en ese marco legal estrecho para acceder a un aborto mata mujeres cotidianamente, y ni eso quieren aceptar estos retrógradas.

Tres meses pasaron de la votación en el senado y más mujeres se sumaron a la espantosa lista de muertes por abortos clandestinos, una niña de trece años acaba de morir porque no podía sostener su embarazo, y estos cavernícolas disfrazados de defensores de la vida siguen sosteniendo su slogan de “salvar vidas” mientras dejan un tendal de mujeres muertas en las peores condiciones a su paso.

La ofensiva conservadora tiene un objetivo claro, y no es salvar vidas. Quieren mandar a la mujer a la esclavitud del trabajo doméstico, a las buenas épocas en las que tenían que pedir permiso para hablar, en la que las personas LGBT tengan que esconderse en un closet poniendo en riesgo su integridad física si no lo hacen. Católicos y evangelistas, juntos en esta campaña oscurantista, no quieren saber nada con la niña de 13 años que acaba de morir en Chaco, es cosa de “valores”.

Pero hay que decir que la Iglesia y evangelistas no estuvieron solos. El gobierno macrista les viene dando mucho aire… pero no sólo ellos. La CGT con su “misa”-campaña electoral pejotista en Luján, hizo su buen aporte para tratar de recomponer la influencia de una Iglesia que había quedado muy golpeada. Pero tal vez lo más repugnante de todo son las organizaciones “progres” como la CTEP de Grabois y sus sucursales estudiantiles, algunas de las cuales fueron parte de las jornadas del 13J y el 8A, que organizaron sectores de compañeras feministas honestas, que ahora buscan sacarlas de esa pelea, que abandonan programáticamente el derecho al aborto, y que convencen a las mujeres de que es hora de “la unidad” con la Iglesia contra “la derecha”. No podrían hacerle un mejor favor al macrismo y a los reaccionarios.

Lo de Tucumán es un claro ejemplo de contraofensiva de lo más oscurantista de la sociedad permitida por todas las fuerzas políticas del sistema – progres o de derecha – que le dan respirador artificial a un minoritario clericalismo decadente.

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