
Una vez en la oficina del comisario, quien hacía que escribía en un gesto burlón, cuando decide filmar esa situación comienza a ser agredido brutalmente. Courtade, también denuncia haber sido torturado por los agentes policiales en esa dependencia.
Es la misma policía que protagonizó el asesinato y posterior desaparición de Luis Espinoza en mayo, aquella de la maniobra que en junio dejó sin respiración hasta asesinar en plena calle del centro a Walter Ceferino Nadal. Por su parte, el titular del Ministerio de Seguridad del gobierno de Manzur, Claudio Maley y el jefe de la policía tucumana, Manuel Bernachi, declararon que:
«No toleran ni tolerarán ningún tipo de acto inmoral, abuso de la fuerza ni conductas reñidas con la defensa y garantía de los derechos humanos por parte de miembros de la fuerza», o son en extremos ingenuos, o son de una hipocresía galopante estas declaraciones. La segunda, parece la opción más razonable dados los hechos sistemáticos que ponen en evidencia una situación de impunidad total para la policía asesina y criminal.
Desde la seccional de Concepción, una vez conocidos los hechos elevaron a la fiscalía un documento donde ponen al comisario, Arnaldo Villafañe como una victima dentro de lo ocurrido. Sin embargo, el video difundido en las redes lo muestra lejos de ser una “víctima” dentro de la situación de la que toma parte activa comenzando la golpiza contra Enrique Courtade.
“Pensé que estaba cerca de transformarme en la tercera víctima de la Policía en menos de tres meses”, declaró en los medios el abogado Enrique Courtade que denunció haber sufrido golpes y torturas en la comisaría de Concepción. A raíz de su testimonio y el video de la golpiza inicial que la victima llegó a filmar y, se hizo viral, la causa está en manos del fiscal Miguel Varela. De momento los cinco policías sólo fueron separados de su cargo y puestos a disposición de la justicia.
Enrique contó que lo llevaron esposado un calabozo y comenzaron a golpearlo, «Me pusieron la rodilla en la nuca y me apretaron el cuello con una bufanda, pese a que les pedí que no me golpearan porque soy asmático», dijo en relación a lo ocurrido. Relata que las torturas que sufrió duraron alrededor de una hora. Una persona en la comisaría lo reconoció y llamó a un funcionario que llegó logrando que pusieran fin a las agresiones. Los policías implicados borraron la filmación de su celular. Él pudo recuperarla con la ayuda de un técnico posteriormente.
“Lo que pasó es muy grave. Si lo sufrí en carne propia, ¿qué le queda a un ciudadano común? La Policía está totalmente descarriada y nos hace acordar a los peores tiempos de la dictadura. Voy a seguir hasta las últimas consecuencias”, resaltó en diálogo con el diario local La Gaceta.
La reflexión es más que pertinente, hechos de extrema gravedad se suceden a diario y tienen como protagonistas a los miembros de las fuerzas policiales, en este caso de una fuerza provincial de antecedentes atroces ya. Otra vez el estado garantiza la impunidad, otra vez el silencio repugnante del gobernador Juan Manzur, del Frente de Todos.
Recordemos que esta fuerza política parece demasiado laxa, o carente de una reacción política a la altura, ante las violaciones reiteradas a los derechos humanos por parte de las fuerzas represivas. Una gestión que decide garantizar la máxima impunidad no sorprende, ya que es parte de un gobierno que todavía no se hace eco, ni responde ¿dónde está Facundo Castro?