Trump bajo arresto: compareció ante el tribunal de Manhattan y se declaró no culpable

Hubo movilizaciones a favor y en contra del exmandatario, que se convirtió en el primero en ser imputado penalmente en la historia de los Estados Unidos.

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Trump en el tribunal de Manhattan

Es un día histórico para Estados Unidos. Por primera vez, un expresidente debe presentarse frente a tribunales federales por imputaciones penales. No podía ser otro que Donald Trump.

Es en la causa en la que se lo investiga por el pago de un soborno con dinero en negro a la actriz porno Stephanie Clifford, mientras Trump se encontraba en plena carrera electoral hacia la Casa Blanca, en 2016.

A pesar de no haber sido esposado por pedido de sus abogados, Trump estuvo hoy técnicamente bajo arresto: debió escuchar los 34 cargos que se le imputan, se le tomaron las huellas dactilares y se lo fotografió. Asimismo, y como ya habían adelantado sus representantes, se declaró no culpable, por lo que el caso irá a juicio.

Según Clifford, Trump le pagó 130.000 dólares para mantener en secreto una relación que habrían tenido años antes, mientras el empresario estaba casado.

No obstante, lo «grave» en términos legales para la fiscalía no es tanto el soborno como los orígenes irregulares del dinero: Trump habría utilizado dinero de la campaña electoral, pero hizo pasar el pago como «honorarios legales» a su ahora exabogado Michael Cohen, quien a su vez habría redirigido el dinero hacia Clifford. De comprobarse, la maniobra significaría una violación a la Ley de financiamiento de las campañas electorales.

Una incipiente dinámica callejera

Las cámaras no apuntaban sólo hacia adentro de los tribunales, buscando tener una imagen en exclusiva del primer presidente arrestado, sino también hacia afuera, en la calle. Ya la semana pasada, cuando surgió el rumor de que Trump sería imputado, el líder republicano había convocado a sus seguidores a apoyarlo en la puerta de la fiscalía de Manhattan.

Fue finalmente el martes de esta semana el que tuvo que comparecer ante la justicia, con movilizaciones a favor y en contra afuera.

Sin haber logrado una concurrencia masiva ni mucho menos, algunos trumpistas se acercaron a las puertas de los tribunales a denunciar la «caza de brujas» contra su líder, replicando las palabras con las que el propio Trump calificó el proceso legal.

Los seguidores ultraderechistas se sumaron a la campaña que sostiene que se trata de una persecución política de los demócratas (el fiscal que lo acusa es de ese partido) o directamente de una conspiración de la «izquierda» para evitar su retorno a la Casa Blanca en 2024.

Lo interesante es que también se registraron movilizaciones anti-Trump que lo acusaban de «mentiroso» y pedían su encarcelamiento. Una por ahora incipiente dinámica callejera pero que puede ir en crecimiento, sobre todo cuando más avance el proceso legal y más se instale de lleno e debate electoral del año que viene, que todo apunta a que será bajo el signo de una fuertísima polarización.

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